No te separes de la comunidad

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Nitzavim (Deuteronomio 29:9-30:20 )

Enseñanzas profundas de la parashá semanal del líder espiritual de Moshav Matitiyahu en Israel.

Hoy están parados frente a Hashem, su Dios (Deuteronomio 29:9).

Después de las 98 maldiciones que el pueblo judío escuchó al final de la parashá Ki Tavó, ellos estaban devastados y preguntaron si serían capaces de soportar castigos tan terribles. Moshé los alentó con las palabras que dan comienzo a la parashá de esta semana: "Hoy están parados". A pesar de que han pecado muchas veces, todavía están aquí, de pie frente a Dios.

¿Estaba Moshé tratando de minimizar la severidad de la reprimenda Divina, o implicando que era sólo una amenaza que no se haría realidad? Más aún, ¿cómo pudo decir Moshé que estaban vivos y bien a pesar de sus pecados, cuando en realidad en el desierto habían muerto miríadas?

Más bien, la intención de Moshé era asegurarle al pueblo judío que el propósito de las maldiciones no era vengarse de sus pecados, sino asegurar su supervivencia como una nación. Y por eso él les dijo: “Todos ustedes – kuljem – están parados aquí hoy”. Después de todos los pecados y todos los castigos, la comunidad es eterna. El concepto de muerte no existe respecto a la comunidad. Quienes murieron no lo hicieron como individuos, sino como parte de la comunidad judía y, por lo tanto, ellos aún viven.

Por el contrario, quien se separa de la comunidad y dice: "Yo haré como me parezca" no será perdonado y, eventualmente, será destruido. Nuestra relación con Dios existe sólo a través de la comunidad; la Torá no se le entregó a individuos, los pactos tampoco fueron hechos con ellos. Nuestra relación con Dios existe unicamente como miembros de la comunidad judía. Maimónides (Teshuvá 3:24) describe a un hereje como quien respeta todas las mitzvot pero se separa del pueblo judío. Sin un lazo con la comunidad, no puede haber un lazo con Dios y la Torá.

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Las Enseñanzas de Hillel

Hillel enseñó (Pirkei Avot 2:5): "No te separes de la comunidad". La Mishná continúa con enseñanzas de Hillel que parecen ser adicionales y que no están relacionadas con este principio. Sin embargo, un estudio más profundo de la Mishná revela que en realidad son la refutación de varios argumentos que hablan de separarse de la comunidad.

"No confíes en ti mismo hasta el día en que mueras". No creas tener la suficiente fortaleza espiritual para funcionar por tu propia cuenta, sin el apoyo de una comunidad judía. No confíes en tu aparente seguridad espiritual, porque nunca está garantizada.

"No juzgues a tu compañero hasta que hayas estado en su lugar". Cuando critiques a los demás miembros de la comunidad, no te convenzas de que estarías mejor separado de ellos. En cambio, júzgalos para bien y entiende las circunstancias detrás de esas acciones que te ofenden; concéntrate en sus características positivas. Evita lo que es negativo sin separarte por completo.

"No hagas una declaración que no pueda ser entendida fácilmente pensando que eventualmente será entendida". La gente a veces se frustra porque sus perspectivas y opiniones no son aceptadas por la comunidad, pero uno debe entender que la falla puede estar en sus perspectivas y no en la comunidad. Quizás sus opiniones no merecen ser escuchadas y aceptadas.

Y, finalmente, "No digas: 'cuando tenga tiempo estudiaré', porque quizás nunca tendrás tiempo". Están quienes sienten que las responsabilidades comunales atentan demasiado en contra de sus horarios y de su potencial para el desarrollo personal. Por lo tanto, concluyen que separarse de la actividad comunitaria les dará más tiempo para estudiar. Nunca pienses que puedes generar más tiempo evitando una Mitzvá, puede que ese tiempo nunca se materialice. Dios no permitirá que una persona se beneficie de evitar sus responsabilidades comunitarias.

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Lazo con la Comunidad

Uno de los beneficios de ser parte de la comunidad es que como parte de una entidad unificada, las fallas individuales pueden ser pasadas por alto. La nación judía es eterna, pura y sagrada, y uno se beneficia al fortalecer su conexión a ella. Pero no puede aceptar los beneficios de la comunidad sin aceptar las responsabilidades inherentes. No te engañes pensando que "Lemaan sfot haravá et hatzamea" – que dos campos adyacentes son regados juntos a pesar de que sólo uno de ellos merece el agua; eso es una fantasía.

A pesar de que cada individuo debe preocuparse de su juicio personal en Rosh HaShaná, como comunidad nos vestimos bien y comemos cenas festivas en señal de confianza de que Dios nos exonerará como miembros de la comunidad. Los Diez Días de Arrepentimiento son días para intensificar nuestro lazo con la comunidad. Por esta razón, todo individuo durante este período tiene asegurado que sus súplicas a Dios serán escuchadas tanto como lo son las de la comunidad durante todo el año. Durante estos días el individuo y la comunidad se convierten en uno.

Es por eso que el cantor (sheliaj tzibur) en Rosh HaShaná tiene asegurado un poder especial para representar a todo individuo, incluso a quienes son proficientes en plegaria, y por lo tanto no están incluidos en las plegarias del sheliaj tzibur durante el resto del año.

Elisha el profeta ofreció rezar por la infecunda mujer de Shunem en Rosh HaShaná, pero ella respondió: "Vivo en medio de mi nación". Rav Jaim Shmulevitz explica su respuesta: "No me distingas, porque el poder de la comunidad es incluso más grande que la plegaria del profeta elegido de Dios".

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