El valor del judaísmo

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Vaiejí (Génesis 47:28-50:26 )

Ideas de la parashá fáciles de leer y compartir.

La parashá Vaiejí cita el versículo en el que Jacob, antes de morir, expresa su deseo de ser enterrado “en la tumba que cavé” (Génesis 50:5), haciendo referencia a la Tumba de los Patriarcas situada en Hebrón. Sin embargo, esta declaración es problemática ya que esa parcela había sido comprada por Abraham, y Jacob había vivido los últimos 17 años en Egipto. Entonces, ¿a qué se refería Jacob cuando dijo “la tumba que cavé”?

El Midrash explica que la palabra “cavé” también puede significar “montón”. Aquella parcela pertenecía a Jacob y a Esav por igual. Jacob reconoció el valor eterno de la Tumba de los Patriarcas y compró a Esav su mitad - a cambio de un montón de dinero - toda la fortuna que había adquirido por su trabajo en la casa de Labán durante 20 años.

Sin embargo surge otra pregunta: ¿por qué Jacob debía comercializar todo su patrimonio a cambio de aquella tumba? ¿No hubiera alcanzado la mitad de esa suma para convencer a Esav de que la vendiera?

La respuesta reside en que durante los 20 años que había vivido en la casa de Labán, Jacob no pudo cumplir con dos preceptos: honrar a sus padres y vivir en la Tierra de Israel. Al renunciar a toda la fortuna que había acumulado en esos 20 años, estaba demostrando que todo ese dinero no tenía ningún valor en comparación con el valor eterno de una mitzvá, un precepto.

Esto demuestra un nivel altísimo de compromiso hacia el judaísmo, y sirve como modelo para las generaciones posteriores.

Después de esto, surge una pregunta interesante para reflexionar: en pocas palabras, para nosotros, ¿cuánto vale nuestro judaísmo?

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