Inmediatamente

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Toldot (Génesis 25:19-28:9 )

José está teniendo una crisis de la mediana edad, por lo que decide intentar inscribirse en un monasterio. Cuando llega, le informan las reglas: Cada persona tiene derecho a hablar sólo dos palabras por año.

Un año pasa y José está esperando para decir algo. Finalmente, se acerca el líder de los monjes que lo invita a hablar. "Cama dura", dice José deliberadamente. Para su grata sorpresa, al día siguiente llega una nueva cama a su habitación.

Otro año pasa. José está haciendo todo lo posible para controlarse a sí mismo y respetar la regla de "no hablar". Entonces el momento mágico llega; él es invitado a decir dos palabras. "Comida salada", dice José. A partir de ese momento, a José le sirven comidas especiales bajas en sodio.

Otro año pasa. José decide que no puede aguantar más. Él quiere regresar a su vida normal en el mundo de trabajo. El monje se acerca y lo invita a hablar. "Me voy", dice José.

"No me sorprende", dice el monje. "¡Usted se ha estado quejándose desde que llegó aquí!".

* * *

Negocios entre Hermanos

De todos los tipos de rivalidad entre hermanos, probablemente el más intenso es entre gemelos. Esav y Iaacov, los dos hijos de Isaac y Rebeca, comenzaron luchando ¡incluso en el interior del vientre materno! Al nacer, lucharon para ver quien saldría primero. Y crecieron compitiendo por llamar la atención de su padre Isaac, para ver quien podría heredar el manto del liderazgo judío.

La Torá (Génesis 25:29-34) describe un incidente fundamental:

"Iaacov cocinó un guiso; y vino Esav del campo, y estaba exhausto. Esav dijo a Iaacov: ‘Por favor, dame de comer de esa cosa rojiza'. Iaacov dijo: ‘véndeme tu primogenitura a cambio'. Esav dijo: ‘He aquí que voy a morir, ¿para qué me sirve la primogenitura?'. Entonces Esav acordó venderle la primogenitura. Entonces Iaacov le dio a Esav pan y guiso de lentejas; Esav comió, bebió, se levantó y se fue. Así menospreció Esav la primogenitura".

Una pregunta obvia: ¿Por qué Iaacov tomó ventaja injustamente de su hermano hambriento?

La verdad es que no tomo una ventaja injusta porque, en primer lugar, Esav no quería la primogenitura. La primogenitura traía consigo principalmente un patrimonio espiritual, en lugar de riqueza material. Y además de los privilegios de la primogenitura, había muchas responsabilidades, como por ejemplo ser un modelo para la nación judía. Esav quería una vida fácil; ¡no estaba buscando más responsabilidad! Es por eso que la Torá dice que "menospreció la primogenitura".

Pero esto no responde realmente la pregunta. Si Esav, de hecho, se estaba muriendo de hambre, entonces ¿cómo podría Iaacov persuadirlo para que accediera a llegar a un acuerdo? La ley judía establece claramente que una persona no está restringida por acuerdos que aceptó ¡bajo la amenaza de vida o muerte!

La respuesta es revelada al leer cuidadosamente los versos: "Iaacov le dio a Esav pan y guiso de lentejas". Primero, Iaacov le dio pan, para que satisficiera su hambre, y así, saliera del estado de "muriendo de hambre". Sólo entonces Iaacov le dio el guiso de lentejas, y al aceptarlo, Esav selló el acuerdo, justa y fielmente.

* * *

Lo Quiero Ahora

En un nivel más profundo, hay otra forma de entender la declaración de Esav: ‘He aquí que voy a morir, ¿para qué me sirve la primogenitura?'. Esav está revelando su filosofía de vida: "El mundo comienza cuando yo nací, y termina cuando yo me muera. Por lo tanto, ¿para qué preocuparse por cosas intangibles como un 'patrimonio espiritual'? Voy a tomar el guiso ahora ¡y voy a ser feliz!". De hecho, el Midrash dice que después de consumar el trato, Esav realmente se burló de la estupidez de Iaacov. "Yo recibí una taza de guiso caliente ¡y tú recibiste una supuesta recompensa futura!", se reía Esav.

Esav es un hombre impulsado por el deseo físico. Su preocupación es sólo el "aquí y ahora". Él exige gratificación instantánea. Él busca placer físico y comodidad, porque para él, los placeres del cuerpo son todo lo que hay en la vida. Esto se refleja a través de sus acciones:

1. Esav dice: "dame de comer de esa cosa rojiza". Él es tan hedonista que ni siquiera quiere esforzarse para levantar el tazón. "Sólo viértelo en mi garganta", le dijo a Iaacov.

2. Esav se refiere al guiso como "cosa rojiza". A él le atrae el brillante color del envase. El contenido interno es menos importante; le gusta la forma en que se ve desde una perspectiva superficial y sensual.

3. Esav está tan afectado por sus deseos que incluso está dispuesto a consumir el guiso de lentejas casi crudo. "Na", significa "medio cocido" (como en Éxodo 12:9), sin embargo Esav quiere tenerlo ¡YA! (fuente: "Me'am Loez" - Génesis 25:30)

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Signos de Madurez

Todo ser humano está compuesto de dos partes, una parte física (cuerpo) y una parte espiritual (alma). Cada parte tiene que ser alimentada y sostenida, ahora bien, cada una logra esto de manera muy diferente. El cuerpo busca comodidad y gratificación inmediata: comida, sueño, dinero, sexo. El alma busca cosas duraderas, placeres eternos: significado, amor, buenas obras, conexión con Dios.

El Talmud dice: "¿Quién es sabio?, él que ve el futuro". Esta capacidad de considerar las consecuencias espirituales a largo plazo es lo que distingue a los maduros de los inmaduros. Un niño no puede predecir que el hecho de comer 20 dulces ahora le provocarás un dolor de estómago más tarde. Un estudiante universitario no puede ver que la promiscuidad sexual puede poner en riesgo su vida. O por ejemplo, un padre no puede ver que las horas extraordinarias de trabajo pueden conducir a una irreparable desconexión con su esposa y sus hijos.

Los patriarcas judíos podrían haber sido conocidos como "Abraham, Isaac y Esav", pero lamentablemente, Esav perdió la lucha entre el cuerpo y el alma. Así que en lugar de ello, durante miles de años y hasta el día de hoy, millones de judíos le rezan al Dios de "Abraham, Isaac y Iaacov".

* * *

Alimento para el Alma

Hoy en día, cada uno de nosotros está luchando la batalla de Esav. Cuerpo versus alma. Los medios de comunicación gastan millones de dólares para incentivarnos constantemente a caer en lo "inmediato". Entre restaurantes de comida rápida, cámaras desechables y banca en línea, nos hemos acostumbrado a un mundo donde la inmediatez es la norma. Y el efecto es que hemos perdido nuestro sentido de la perspectiva.

Los expertos en marketing son astutos. Ellos no quieren que crezcamos. Ellos quieren que sigamos siendo infantiles en relación a nuestra demanda de juguetes, juegos y diversión instantánea. Porque si maduráramos, nuestras compras impulsivas, motivadas por el ego, ¡se verían reducidas!

Para ganar la batalla, debemos ser activos en la realización de actividades espirituales. Algo tan simple como decir una bendición sobre nuestros alimentos transforma un acto "físico" en una experiencia espiritual. Al hacer esto ponemos nuestras acciones en contexto, y reflexionamos sobre el aspecto profundo detrás de las cosas. El mero hecho de detenernos un segundo, es en si una manera de equilibrar nuestra imperiosa necesidad de gratificación instantánea.

El Rabino Alexander Ziskind (Europa, siglo XIX) tenía la costumbre de romper el ayuno de Iom Kipur cada año con pescados con muchas espinas. ¿Por qué? Porque de esta manera se veía obligado a comer despacio y no a tragar los alimentos. En medio del hambre, el Rabino determinó que su alma mantendría el control sobre su cuerpo.

Es la capacidad de moderar (no de silenciar, sino de frenar) las necesidades del cuerpo, lo que nos da la libertad para perseguir las necesidades del alma. Porque cuando todo está dicho y hecho, nuestras vidas son sólo tan buenas como el alma que hemos alimentado.

La próxima vez que estés en un funeral, escucha con atención el elogio: Él era un padre dedicado, donó dinero para ayudar a construir un hospital, se preocupaba por los demás, y fue fiel a su fe. Nunca escucharás acerca de qué tipo de automóvil conducía, cuántos restaurantes diferentes frecuentaba, o cuánto dinero invirtió astutamente. En ese momento de verdad eterna, no hay duda de lo que es verdaderamente importante.

* * *

Cambio de Mentalidad

Ahora podemos entender más profundamente por qué Esav "se levantó, se fue y menospreció la primogenitura". Esav, subconscientemente sabía que había saboteado su propio potencial para la grandeza. Y ahora, a fin de aliviar su culpabilidad, él racionalizó: "¡Yo no quería esa tonta primogenitura de todas formas!".

El Midrash dice que años más tarde, cuando Esav creció, comenzó a reconectarse con su voz interna y comenzó a tener más claridad en cuanto a sus prioridades. Por lo tanto, Esav decidió acercarse a Iaacov con una oferta para renegociar la primogenitura. ¿Cuál era la oferta? Esav estaba dispuesto compartir toda su riqueza, ¡con el fin de obtener una parte en la eternidad del pueblo judío! ¡Qué giro más dramático!

Lamentablemente, continúa el Midrash: Cuando los hijos de Esav escucharon que él estaba planificando comprar algo tan intangible como una conexión espiritual, rápidamente pusieron fin a sus planes. "Olvídalo, papá", dijeron, "¡No permitiremos que gastes el dinero de nuestra herencia!".

Comprensiblemente, Esav se decepcionó de la actitud de sus hijos. Pero entonces se dio cuenta de quien habían aprendido...

* * *

Piénselo Dos Veces

El Midrash concluye que al momento de su muerte, la cabeza de Esav rodó dentro de la Tumba de los Patriarcas, donde fue enterrado junto con Abraham, Sara, Isaac y Rebeca. Esav no era malvado, sólo estaba confundido. Su cabeza era digna de ser sepultada con los fundadores del pueblo judío. Los deseos de su cuerpo, sin embargo, resultaron ser su ruina. Causaron que fuera cortado de la eternidad.

¿Cuál es la lección para nosotros hoy? Mantén tus ojos en la pelota. Adquiere sabiduría. Tienes que saber exactamente porqué estás viviendo. Mantén tus deseos materiales bajo control. Ten cuidado con las emociones "instantáneas".

Esto requiere de concentración y de mucho esfuerzo. Nuestras acciones presentes y las decisiones que tomamos, no sólo afectan a nuestras propias vidas, sino que influyen en las generaciones futuras. En resumen: debes saber cuándo alejarte de una "oferta atractiva" que puede atormentarte por el resto de tu vida... y más allá.

Shabat Shalom,
Rav Shraga Simmons

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