Se un dador

5 min de lectura

Vaierá (Génesis 18-22 )

Conceptos prácticos y relevantes de la parashá semanal por Rav Shraga Simmons.

Abraham se encuentra en una misión que consiste en enseñarle al mundo acerca de Dios. Pero Dios es una fuerza infinita que abarca todo y carece de nada. Él no se cansa, no está sediento, no siente frío, no se pone inquieto. Entonces, ¿cómo puede ser descrito?

La respuesta se encuentra en lo que motivó a Dios a crear el mundo en primer lugar. Él no estaba solo. No estaba aburrido. Y no se trataba de un experimento científico. Pero a Dios le hacía falta una cosa, por así decirlo. Carecía de alguien, fuera de Él mismo, a quien poder nutrir y otorgarle bondad. De este modo, el atributo de "dar" ¡es la cosa más esencial que podemos decir acerca de Dios!

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La Grandeza Espiritual de Abraham

Abraham emulaba a Dios a través de la realización de un sinfín de actos de bondad. Su tienda, localizada en el medio de una "autopista interurbana", estaba abierta por los cuatro costados para que cualquier viajero que pasaba por ahí fuera bienvenido a un banquete real.

Inevitablemente, al final de la comida, los satisfechos invitados querían darle las gracias a Abraham. "No es a mi a quién deberían agradecer", respondía Abraham. "Sólo estoy emulando al Todopoderoso Quien nos da vida, nos proporciona alimentos, y nos sustenta minuto a minuto. ¡A Él debemos agradecer!".

A aquellos que rechazaban la idea de agradecer a Dios, Abraham les ofrecía una alternativa: Pagar el precio completo de la comida. Teniendo en cuenta el astronómico precio de una fabulosa comida en medio de un desierto árido, Abraham tenía éxito en inspirar incluso a los más escépticos a "darle una oportunidad a Dios".

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¿Hablándole a Dios?

Nuestra parashá comienza con Abraham que acaba de circuncidarse a sí mismo a la edad de 99 años. Nosotros esperaríamos que cualquier persona en estas condiciones estaría en cama recuperándose. En lugar de ello, Abraham está sentado a la entrada de su tienda ¡en busca de invitados!

Pero en aquel día, no había visitas a la vista. Porque Dios envió una ola de calor para asegurarse de que no hubiera viajeros en la carretera, dándole así a Abraham algunos días de descanso. Excepto por un pequeño problema: La estrategia no funcionó. Porque para Abraham, el dolor de la circuncisión no era nada en comparación con la angustia de no poder entregar bondad hacia los demás. Así que ahora Dios debía enviar invitados ¡para aliviar el dolor de Abraham!

"Dios se le apareció (a Abraham), mientras él estaba sentado a la entrada de la tienda, al calor del día. (Abraham) Alzó sus ojos miró, y he aquí que tres varones estaban parados delante de él. Viendo [eso] corrió al encuentro de ellos desde la entrada de la tienda y se prosternó en tierra. Y dijo: "Por favor, ¡pasen! Traeré un poco de agua, se podrán lavar y descansarán... "Abraham se apresuró a la tienda de Sara y dijo: 'rápidamente haz tres tortas'. Abraham corrió a su ganado, seleccionó uno muy bueno, y lo dio a su hijo quien se apresuró en prepararlo..." (Génesis 18:1-8).

Hay mucho de que hablar aquí: La forma en que Abraham trataba a los huéspedes como reyes y les servía los mejores alimentos, la forma en que involucraba a su familia en la mitzvá, y su increíble entusiasmo en hacer que todo esto ocurriera.

Pero algo sobre esta secuencia debería molestarnos: En el inicio de la historia, Dios se le aparece a Abraham, y a continuación, Abraham sale a asistir a tres desconocidos. Imagina que estás en medio de una reunión con el Presidente de los Estados Unidos. ¿Se te ocurriría decirle: "Espere un segundo, lo que ocurre es que hay unos extraños pasando por afuera. Yo me pondré en contacto con usted más tarde"? ¿Qué fue lo que hizo que Abraham pensara que dejar esperando a Dios era lo correcto?

La respuesta es que hay una experiencia incluso superior que hablar con Dios. Y esto es actuar como Dios. Los seres humanos son creados a imagen de Dios. Dios es un dador. Por lo tanto, dar es parte fundamental de la naturaleza humana. Es nuestra mayor forma de expresión espiritual.

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La Necesidad de Dar

Abraham era un hombre rico que tenía muchos, muchos sirvientes. Si es así, ¿por qué no dictaba simplemente órdenes a su personal para servir la comida?

Nosotros pensamos erróneamente que "dar" es un desperdicio de nuestros recursos. Por el contrario, el hecho de "dar" nos energiza y nos anima. Al comienzo de nuestra parashá, Abraham siente un dolor tan fuerte por la circuncisión que sólo es capaz de sentarse a la puerta de su tienda. Pero cuando los huéspedes pasan por ahí, ¡sale corriendo a recibirlos! Y su energía es contagiosa: Su familia también se apresura en llevar a cabo la mitzvá.

Imagina nacer con grandes riquezas y con una asignación mensual de $10.000 dólares. Nunca tendrías que trabajar un día en tu vida. Podrías jugar golf, ir de compras, viajar, descansar en la playa. Todo fácil, todo entregado listo. ¡Esa es la buena vida! En realidad, no lo es. Porque después de un tiempo, te cansas de "tomar" constantemente. Una voz irritante persiste dentro de ti y te preguntas: ¿Cuál es mi contribución?

El Talmud dice que hay cuatro personas que son "considerados muertos, incluso cuando se encuentran con vida". El común denominador de estas personas es que (debido a limitaciones circunstanciales) no están en condiciones de dar.

Por supuesto, la razón principal por la cual tratamos amablemente a los demás es porque nos preocupamos por ellos. Pero también es crucial lo que esto produce en mí. El acto de "dar" me hace más sensible, más cariñoso y más compasivo. Más parecido a Dios.

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La Base de Todo

Dar es el fundamento de toda relación. Cuando dos personas se concentran en "dar", el uno al otro, entonces la relación fluye en dos sentidos, conectando, vinculando y forjando la unión. Pero cuando la atención se centra en "tomar", entonces la dinámica tira en direcciones opuestas, creando rigidez y tensión.

Esto se ilustra más adelante en nuestra parashá con la historia de Sodoma. ¿Cuál fue el terrible pecado que causó que esta ciudad fuera destruida? El Talmud (Sanedrín 109) dice que en Sodoma era ilegal dar la bienvenida a los extraños. Por ejemplo, una mujer Sodomita que le dio un pedazo de pan a una persona pobre, fue castigada públicamente, la cubrieron con miel y fue devorada por abejas.

Geográficamente, Sodoma, está situada junto al Mar Muerto. En Israel hay dos mares conectados por el río Jordán: El Mar de Galilea en el norte y el Mar Muerto en el sur. Ya que el Mar Muerto es el punto más bajo del planeta Tierra (396 metros bajo el nivel del mar), todas las corrientes de agua se dirigen hacia él, pero de él nunca sale agua. Esta incapacidad para "dar" es la razón por la que se le llama Mar Muerto.

Cuando Dios envía una tormenta de azufre para aniquilar Sodoma (Génesis 18:24), en cierto sentido la ciudad ya había sido destruida. Porque toda sociedad que evita "dar", se encuentra en un camino de autodestrucción.

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Haciéndolo Real

Prácticamente hablando, ¿Cómo convertirse en un "dador"? La respuesta es sencilla: Comienza a dar. Algunas personas dicen, "sólo puedo darle a alguien que yo quiero". Esto es incorrecto. La palabra hebrea para "dar", hav, tiene la misma raíz que ahavá, lo que significa "amor". Dar es lo que conduce al amor. Cuando doy, invierto una parte de mí mismo, haciéndote más preciado para mí. Es por ello que los padres aman a sus hijos por encima de todo, es su mayor inversión.

Unas cuantas sugerencias: Visita algunos pacientes en el hospital local. Invita a tus amigos a una cena de Shabat. Se voluntario para servir comidas en un refugio de indigentes. O lava los platos en tu casa, incluso cuando no sea su turno. Emula a Dios y se un dador. Hazlo con entusiasmo. Hazlo como si tu vida dependiera de ello.

 

Shabat Shalom,
Rav Shraga Simmons

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