Estoy molesto por el antisemitismo rampante en los campus universitarios. Pero no me sorprende. La historia nos ha enseñado que se puede ser bien educado, culto y malvado.
Hoy, los estudiantes protestan apoyando a los terroristas de Hamás, que son una réplica de los nazis. ¿Cómo llegó a ocurrir esta extraña inversión de roles?