De Bueno a Grandioso

Nuevos libros sobre liderazgo parecen ser publicados diariamente en el mundo de los negocios. Algunas de las ventas están impulsadas por un desesperado deseo de un esquema para hacerte-rico-rápidamente. Pero el resto, supongo yo, apela a quienes quieren llegar a posiciones de liderazgo pero no saben cómo, o a aquellos que están en posiciones de liderazgo y parecen no poder ejercitarlas eficazmente.

A pesar de que en general yo creo que “los grandes lideres nacen, no se hacen” – que el impulso, la ambición, la habilidad con las personas y la integridad de carácter que se necesitan para ser un líder de calidad superior son mayormente innatas – hay un análisis más fino que podemos hacer.

Quizás una de las características más importantes de un verdadero líder es la habilidad tanto de escuchar a otros como de hacerlos sentir escuchados. Si las personas se sienten escuchadas te seguirán a cualquier parte, incluso si esto requiere un alto sacrificio personal. Un estudio reciente demostró que la mayoría de nosotros está dispuesto a aceptar un ingreso menor si nos sentimos apreciados en el trabajo. Un líder hace que sus empleados se sientan de esa forma, a través de la valoración de sus aportes e ideas.

Una queja que se escucha frecuentemente sobre los presidentes y los primeros ministros es que ellos no escuchan lo opinión de nadie más. Estamos dispuestos a aceptar muchas otras fallas morales o de carácter – pero no esto.

Para alcanzar grandeza, el foco debe estar en otros, no en nosotros.

Los buenos líderes necesitan escuchar – y responder. Una vez me invitaron a una reunión de una organización sin fines de lucro para planificar su próximo evento de recaudación de fondos. Muchas ideas creativas fueron propuestas y discutidas. Posteriormente descubrimos que el evento ya había sido planeado. La reunión era para darle a aquellos que estaban involucrados con la organización una “sensación de participación”. Supongo que ellos estaban yendo más por la “sensación” y no por la “participación”. Todos los participantes se sintieron utilizados y descontinuaron su participación activa en la organización.

Los líderes eficaces implementan las ideas de otros – y les dan crédito por ellas. Esto le da a todo el mundo una parte en el éxito del negocio o de la causa. También aumenta la popularidad del líder.

Algunos (no muy buenos) líderes trabajan bajo la ilusión de que todo tiene que venir de ellos. Sin embargo son más reverenciados y amados cuando realmente escuchan a otros. Y por supuesto la institución prospera más. No debería causar sorpresa que un individuo no pueda pensar en todas las ideas y las innovaciones. Al hacer espacio para otros, todos se benefician.

Esto también es cierto en nuestras vidas personales y espirituales. Al dejar espacio para otras personas, nosotros somos los que más nos beneficiamos. Al escuchar a otros, creamos relaciones reales. Al responder a otros los hacemos sentir escuchados y profundizamos la conexión. E incluso podría ser que aprendamos algunas nuevas/mejores formas de ser, que consigamos ayuda con nuestra labor de padres o algunas herramientas para el matrimonio – incluso un dato de cocina, de compras o de negocios.

Es valioso enfocarse en esta "destreza esencial" de liderazgo en todos los aspectos de nuestra vida. Por supuesto que solamente podemos crecer espiritualmente cuando nos abrimos a la experiencia y al conocimiento de otros, a ideas diferentes y en última instancia a la sabiduría de Dios mismo.

Los libros de negocios no hablan acerca de líderes buenos, ¡hablan de líderes grandiosos!

Para alcanzar la grandeza, el foco tiene que estar puesto en otros, no en nosotros. Puede que manejar una compañía exitosa solamente requiera de un buen líder. Pero alguien que escucha a los demás (cualquiera sea su estatus), alguien humilde que es receptivo a las palabras de otros, y por consecuente a las enseñanzas de Dios, es un gran líder. Ese si que sería un libro que valdría la pena leer.