Hombre y mujer: Una visión judía acerca de la diferencia de géneros

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El hecho que el primer ser humano fue creado como un ser andrógino nos deja mucho para aprender sobre la relación Hombre-Mujer.

El rol de la mujer en el judaísmo

Para tener una idea clara del rol de la mujer en el judaísmo, tenemos que ir al principio, a la Torá. En el primer capítulo de génesis, la Torá se refiere a Adán en plural:

"Dios creó al hombre a su imagen; a su imagen Dios lo creó, hombre y mujer Los creó. Y Dios los bendijo" (Génesis 1:27,28)

¿Por qué la Torá dice " los" creó? ¡Esto fue antes de la creación de Eva!

La tradición oral judía nos provee una fascinante explicación a esta irregularidad gramatical. La primera persona era verdaderamente un ser andrógino, era hombre y mujer en un solo cuerpo, sofisticado y autosuficiente.

Pero si Dios había creado un ser humano tan completo, entonces ¿por qué luego los separo en dos, Adán y Eva?

Una de las respuestas dadas, es que Dios no quería que este primer hombre estuviera solo, ya que esto iba a crear en él, una sensación de autosuficiencia. Podemos notar que en el hebreo clásico, no existe una palabra para referirse a "independencia". (La que usamos ahora, atzmaut, es del hebreo moderno). El concepto de independencia no existe en la tradición judía. Aparte de Dios, nada ni nadie es realmente independiente. Ya que debemos enraizar en nuestro corazón que Dios es la fuente de todo, la autosuficiencia sería una derrota espiritual.

El ser humano no está destinado a estar solo, ya que no tendría con quien crecer, ni nada por lo cual esforzarse.

Dios quería crear al ser humano en dos seres distintos, para así crear una sana relación de dependencia, anhelo y entrega mutua. El ser humano no está destinado a estar solo, ya que no tendría a quien darle, no tendría con quien crecer, ni nada por lo cual esforzarse.

Pero, ¿por qué entonces Dios no creó dos seres idénticos? La respuesta es, que para poder aumentar la acción de dar al prójimo, el receptor debe ser distinto al dador. Si los dos fueran idénticos, el darle al otro puede ocurrir, pero limitadamente. La persona daría, basado en sus propias necesidades, ya que el receptor tendría las mismas necesidades que el dador. Para ser verdaderamente un dador, la persona tiene que tener en cuenta lo que el receptor necesita y no lo que él quiere dar. Al darle a otro, que tiene necesidades diferentes, la persona aprende a pensar y a dar en términos que no son los suyos propios.

Entonces vemos, que la separación tenía que expresarse en dos seres distintos, para así nosotros llegar a apreciar, amar, dar y preocuparnos por personas distintas.

Esto es fundamental para todo crecimiento moral y espiritual. También podemos entender, porque Dios no creó dos seres desde el comienzo: al comenzar como uno, podemos saber, y sentir, que nuestra pareja es nuestro verdadero complemento y que la necesitamos con sus diferencias así como ella nos necesita con las nuestras.

Diferencia entre los géneros

La Torá es el camino hacia el crecimiento espiritual. Hemos visto que para poder crecer, una persona no puede estar sola. Por lo tanto, dos seres fueron creados. Para aumentar el crecimiento, los seres necesitan ser distintos, y por ello el hombre y la mujer fueron creados como seres distintos. ¿Pero cuáles son estas diferencias?

En los textos que hablan de la creación, en el libro de Génesis, la forma en que Dios separa al hombre y la mujer nos da una idea acerca de la diferencia entre los dos géneros, el masculino y el femenino. Brevemente discutiremos acerca de las poderosas diferencias. Nótese, que las diferencias masculinas-femeninas que vamos a analizar, no aplican exactamente de la misma manera a cada hombre y mujer, ya que todos fuimos creados como seres únicos. Sin embargo, lo que la Torá describe se aplica a todas las personas en algún grado.

Adán no fue dividido en dos; sino que Eva fue creada de un órgano interno: su costilla.

Es interesante notar, que Adán no fue dividido en dos; sino que Eva fue creada de un órgano interno: su costilla. Al mencionar la costilla, la Torá nos enseña un principio para entender la naturaleza de la fuerza masculina y de la fuerza femenina, a saber, que la manifestación y fuerza femenina es más interna, mientras que el enfoque y expresión masculina es más externa.

La naturaleza interna femenina, puede ser observada en la enorme importancia que tienen las relaciones (que por definición son personales y privadas) para la mujer. La psicología moderna confirma esta diferencia. El best seller, "Los Hombres son de Marte y las Mujeres son de Venus" por el Dr. John Gray, extiende esta idea y dice que las mujeres están más orientadas a basarse en las relaciones que los hombres.

El énfasis en lo interno tiene muchas consecuencias prácticas. Mientras que la mayoría de los preceptos del judaísmo se aplican por igual al hombre y a la mujer, incluyendo las ideas centrales de celebrar el Shabat y comer casher, no todos los mandamientos se aplican de la misma manera. El sistema de la Torá para lograr el desarrollo espiritual y la felicidad, se aplica de manera diferente en los dos sexos.

Por ejemplo, las mujeres al ser su naturaleza más interna, y ser más reservadas, generalmente encuentran su conexión directa con Dios a través de los rezos personales. Por eso, el judaísmo las anima a expresar su conexión a través de los rezos diarios individuales, aunque obviamente, que de así preferirlo, pueden rezar en la sinagoga. Los hombres son más externos (vemos evidencias de esto en el mundo en que vivimos, ya que los hombres están más inclinados a ser parte de un grupo o un equipo). Esto forma parte del espíritu masculino, y explica porque el camino espiritual del hombre esta más relacionado con los rezos públicos.

Razonamiento interno

La Torá también describe el proceso de la creación de Eva usando la palabra vayiven, "Dios construyó". Esta palabra comparte la misma raíz en hebreo que la palabra biná, que significa "perspicacia" o entendimiento. Esto sugiere, como dice el Talmud, que las mujeres fueron creadas con una dosis extra de sabiduría y entendimiento.

Biná significa mucho más que "intuición femenina", significa tener la habilidad de compenetrarse con algo y entenderlo desde su interior, lo que también se conoce como "razonamiento interno".

Los hombres tienen más de lo que se llama daat, un entendimiento que viene del exterior

Los hombres tienen más de lo que se llama daat, un entendimiento que viene del exterior, un tipo de entendimiento que tiende a estar más conectado a los hechos y figuras.

La sociedad pierde un gran recurso cuando sólo uno de estos dos aspectos es valorado. Así como dos ojos nos permiten ver las cosas con más precisión, el ver las cosas desde la perspectiva masculina y femenina nos da un entendimiento más completo de la vida.

Hay que tener en cuenta que la ciencia moderna apoya este antiguo punto de vista del judaísmo de que la mente de los hombres y de las mujeres funcionan diferente.

Un caso acerca de esto ha sido investigado por Ralph Holloway, Christine de Lacoste-Utamsing, Jeanette McGlone y Doreen Kimura. Esta investigación ha probado más allá de toda duda, que el cerebro del hombre y de la mujer tienen diferencias físicas menores. Por ello, no es sorpresivo que cientistas sociales estén centrándose más y más en la fisiología como fuente de explicación de las diferencias en el comportamiento y el pensar, y así también como factor determinante en las áreas de interés y excelencia.

Igual pero diferente

El género es una cualidad crucial en la identidad de cada persona. El hombre y la mujer son totalmente iguales, pero diferentes - y esa diferencia es positiva. Con sus talentos y naturalezas especiales pueden dar el uno al otro y ayudarse mutuamente a lo largo del camino de la vida.

Ya que los géneros son distintos, sería contraproducente forzarlos a comportarse de manera idéntica

Dios, en Su infinita sabiduría, creó al ser humano en dos géneros distintos para permitirles complementarse y completarse. Cada género debe apreciar y usar su fuerza especial. Ya que los géneros son distintos, sería contraproducente forzarlos a comportarse de manera idéntica, lo que ayuda a un hombre, no necesariamente ayuda a una mujer y viceversa.

El bello poema del Rey Salomón llamado Eshet Jail, "Mujer Virtuosa", describe toda la gama de roles que una mujer puede llevar a cabo, incluyendo profesora, mujer de negocios, madre, esposa, pero todos ellos como una mujer.

Cuando le preguntan a una mujer a que se dedica, ella generalmente responderá nombrando su profesión. Pero la verdad es que no somos meramente doctoras, ingenieras, secretarias, educadoras. Somos seres humanos tratando de realizar nuestro potencial.

Al darle las herramientas para crecer moral y espiritualmente, mientras que desarrolla sus fuerzas especiales, la Torá libera a la mujer para que sea ella misma con autoestima y alegría, y sin pedir disculpas.

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