Los jugadores de la liga mayor de béisbol que cuidan Shabat

9 min de lectura

Elie Kligman, fue seleccionado por los Washington Nationals. Una entrevista exclusiva de AishLatino.com

Es un momento maravilloso para ser un jugador de béisbol judío ortodoxo. En la selección para la liga mayor de béisbol del 2021 que se acaba de completar, Elie Kligman (18) de Las Vegas fue seleccionado por los Washington Nationals, sólo un día después de que Jacob Steinmetz (17) de Long Island, fuera seleccionado por los Diamondbacks de Arizona. (Steinmetz es el hijo de Elliot Steinmetz, el entrenador de básquet de Yeshiva University).

Kligman recibió la buena noticia mientras viajaba con el equipo nacional de béisbol de Israel, jugando partidos en los Estados Unidos como un preámbulo a la Olimpiada de Tokio.

A pesar de la emoción de haber sido seleccionado, la expectativa es que Kligman anuncie de forma inminente que su intención es asistir a la universidad y convertirse en el primer jugador de béisbol que observa el Shabat en la primera división de la NCAA, lo cual lo acercará un paso más a su sueño de jugar en las ligas mayores.

En la intersección de observancia judía y deporte, el hall de fama de la historia recuerda a Sandy Koufax, quien en 1965 se negó a participar en la Serie Mundial en Iom Kipur. Sin embargo, sólo hace 20 años el mundo del deporte tuvo a un judío observante en la primera división o un jugador profesional, con el avance del jugador de básquet Tamir Goodman. Desde entonces, la lista de atletas de elite observantes del Shabat siguió siendo pequeña. Me vienen a la mente el olímpico AJ Edelman y la campeona de ping pong Estee Ackerman.

Aishlatino.com conversó con Elie Kligman y con su padre, Marc Kligman, un abogado y agente de béisbol profesional.

Aishlatino: Felicitaciones por la gran noticia. Esta es una gran hazaña diplomática. ¿Cómo fue que un equipo de las grandes ligas llegó a determinar que Elie puede observar el Shabat y jugar a nivel profesional?

Marc: Nosotros amamos el béisbol, por lo tanto, ¿por qué no podían coexistir las dos cosas? Decidimos quebrar las barreras y encontrar una manera para que funcionara. El béisbol es un desafío porque muchos partidos tienen lugar los viernes y los sábados. Como Elie comenzó a jugar cuando era un niño, trabajamos para programar los partidos de los viernes unas horas más temprano y los partidos de los sábados unas horas más tarde. Cuando hay un partido en la noche del sábado, tenemos todo planificado científicamente: dónde decimos havdalá, donde nos cambiamos la ropa por nuestro equipo de béisbol y en diez minutos salimos. También es clave contar con el apoyo de los entrenadores.

Elie no sólo tiene talento, sino que es una persona maravillosa que pone a Dios en primer lugar.

Aishlatino: Hubo casos previos de jugadores de las grandes ligas que tuvieron sus restricciones religiosas: Christy Mathewson nunca jugó los domingos y Ed Correa, de los White Sox de Chicago (un adventista del séptimo día), no jugaba el viernes a la noche ni el sábado. De todos modos, ¿por qué un entrenador estaría interesado en un jugador como Elie, con esas limitaciones?

Marc: Elie no sólo tiene talento, sino que es una maravillosa persona que pone a Dios en primer lugar. Esto lo convierte en una persona más valiosa y en un mejor jugador. Su profunda dedicación a los principios se contagia al resto del equipo. Esta clase de líderes no se ven a menudo, y tenerlo en un equipo es una gran oportunidad.

Aishlatino: Elie, cuéntanos cómo logras equilibrar entre el judaísmo y tu amor por el béisbol.

Elie: Yo jugué con mi padre en el patio desde que pude sostener una pelota de béisbol, y desde los seis años juego de forma competitiva. Desde que tengo memoria, amo jugar al béisbol. Crecí religioso y siempre supe que en Shabat no jugamos al béisbol. Shabat es un día para Dios, y eso es algo que nunca pensé cambiar. Cuando se trata de cuidar el Shabat, comer kasher y rezar tres veces al día, no estoy dispuesto a transgredir la voluntad de Dios.

Aishlatino: Estoy seguro que muchas veces te dijeron: "Elie, Shabat es muy difícil y estás perdiendo demasiadas oportunidades". ¿Cómo respondes a esto?

Elie: Simplemente les explico que no hay ninguna razón para poner a Dios en segundo lugar. Nadie tiene una buena respuesta a esto. ¿Por qué debo poner a Dios en segundo lugar?

Descubrí que la gente se interesa mucho en mi observancia. Constantemente me preguntan: "¿Qué puedes comer? ¿Qué haces en Shabat?". Cuando tuvimos un torneo de béisbol en Las Vegas, algunas personas se quedaron en nuestra casa y experimentaron el Shabat. De esta forma hubo oportunidades para enseñar un poco sobre el judaísmo.

Aishlatino: ¿Qué ocurre con tus estudios académicos?

Elie: Hasta la escuela secundaria asistí a Desert Torah Academy, y luego estudié en una escuela autónoma a distancia, que es la mejor opción en lo que respecta a combinar el judaísmo y el béisbol. Además de los estudios seculares, mi padre, mi hermano y yo estudiamos Jumash y Guemará (Biblia y Talmud) todas las noches durante aproximadamente una hora, los tres juntos.

Mis padres nunca nos empujaron a cumplir la religión y siempre nos explicaron el "por qué" de la observancia. Yo disfruto al estudiar Torá, porque es algo que crea una fuerte conexión con Dios. Eso es algo grandioso.

Elie Kligman era uno de los mejores prospectos de las escuelas secundarias del país.

Aishlatino: Elie ha jugado en diversas posiciones: lanzador, receptor, infielder. ¿Dónde piensa que va a terminar?

Marc: En este punto no lo sabemos. Pero en términos de la observancia del Shabat, probablemente la posición más fácil de manejar es la de receptor, porque debido a que no es demandante físicamente, la mayoría de los equipos tienen tres receptores para darles a todos un día libre.

Como el mariscal de campo, el receptor es el líder del campo, con una buena vista de todo. Elie usa su excelente dominio de campo para dirigir a las personas y tomar decisiones a muy alto nivel. Él tiene una maravillosa intuición, anticipación y comprensión del juego. Cuando Elie era más pequeño, yo salía del banco para gritar instrucciones, y Elie ya había entendido lo que yo iba a decirle. No tenía que decírselo. El judaísmo cuenta con el término "daat" que alude a un conocimiento innato que se vuelve parte de tu ser. No puedes separarlo. Para Elie el béisbol es su misma naturaleza.

Marc Kligman entrenando a un equipo de escuela secundaria en Las Vegas.

La travesía judía

Aishlatino: Marc, ¿cuál fue su educación judía?

Marc: Crecí en Connecticut con padres que eran judíos orgullosos. Ellos me enviaron a una escuela judía hasta sexto grado. Además de ofrecerme una educación secular superior, ellos querían darme una educación judía más fuerte que la que ellos habían recibido.

Pero el judaísmo se practica principalmente en el hogar, y nosotros no hacíamos las cosas que yo aprendía en la escuela. Así que mi observancia no se mantuvo, especialmente cuando fui a una escuela secundaria pública y luego a Johns Hopkins.

Yo dediqué mucha energía a los deportes y jugué al béisbol en la universidad. También tengo cinturón negro en Tae Kwon Do y un rango de practicante 4 en Krav Maga. Siempre sentí que el ejercicio además de ser importante para el bienestar físico, es importante para el bienestar mental y emocional.

Aishlatino: ¿Cómo fue su camino hacia la observancia de la Torá?

Marc: Yo estudié en la escuela de leyes Tulane, y el encargado de los estudiantes, el Dr. David Kaufmann, era una persona muy inteligente, un intelectual, y un jasid. Empezamos a hablar de Dios y una cosa llevó a otra. Me invitó a pasar Shabat en su casa y allí vi el judaísmo practicado de la forma correcta. Todo eso me llegó, porque en la jasidut hay mucho que invita a la reflexión.

A partir de lo que había aprendido en la escuela primaria, yo podía tomar un sidur y rezar, pero había muchas telarañas y un poco de miedo. A los 24 años me intimidaban los sombreros, los sacos negros y las barbas… cosas sobre las que no había pensado demasiado desde los 12 años.

Para mí, la Torá es un manual para llegar a aprovechar al máximo tu vida. Eso me da más paz interna, un mejor entendimiento de cómo funciona el mundo.

Para mí fue un proceso de transición, porque estaba bastante feliz siendo secular. Así que tuve que ajustar las expectativas respecto a cómo debe verse la vida, además de la incertidumbre respecto a cómo la observancia judía afectaría mi carrera, mi vida social y mi futura familia. Además, al estar tan involucrado en los deportes, el sábado era un día muy importante. Mirando hacia atrás, pienso que nuestra familia es un testimonio de una mezcla exitosa entre los dos mundos.

Aishlatino: Cuéntenos cómo le influyó la ética de la Torá personal y profesionalmente.

Marc: Para mí, la Torá es un manual para llegar a aprovechar al máximo tu vida. La Torá brinda resultados reales, prácticos. Eso me da más paz interna, un mejor entendimiento de cómo funciona el mundo, y me ayuda a entender mejor de dónde vienen los demás y cómo interactuar con ellos.

Aish: ¿Cuál fue su mayor desafío al volverse observante?

Marc: Cuando un oficial de policía, un bombero o un soldado viste su uniforme, eso transmite una vibración, una sensación de lo que ellos creen. Para mí, usar una kipá era como un imán, y por eso evitaba usarla en público. Pero hace unos años, compré comida china y la llevé al estadio de béisbol. Cuando comía, uno de mis jugadores me preguntó con toda sinceridad en español: "¿Dónde está tu pequeña gorra?". Una vez que entendí que a mis clientes no les importaba, simplemente me puse la kipá y fui fiel a mí mismo.

Al usar una kipá, debes ser cuidadoso con tu comportamiento, porque representas a Dios y al pueblo judío. Como externamente se ve que soy judío, se me acercan muchos desconocidos, como la mujer que quiso hablar conmigo en el aeropuerto en Panamá, o la persona en Walmart en Texas que quiso darme la mano porque era un fanático de Israel.

Usar una kipá en público requiere un poco de coraje, es como saltar a una piscina. Pero una vez que lo hice, descubrí que abrió más puertas de las que cerró.

De izquierda a derecha: Ari Kligman, el cliente de Marc el entrenador Dustin Garneau de los Tigers de Detroit, Elie Kligman.

Aishlatino: Elie, teniendo en cuenta que tu padre es un agente de béisbol, tu carrera está en buenas manos.

Elie: Sí, su trabajo realmente ayudó mucho. Yo conocí el juego de una forma un poco diferente que la mayoría de las personas. Tuve la oportunidad de conocer a sus clientes y ver muchos partidos. Carlos Ruiz, el receptor de Phillies que atrapó cuatro no-hitter, además de ser uno de los clientes de mi padre, fue una gran influencia y me transmitió el amor por la recepción.

Aishlatino: Marc, además de ser un agente deportivo, usted también enseña Leyes Deportivas en la escuela de leyes de la universidad de Las Vegas y es un abogado de defensa criminal.

Marc: Tengo licencia en California, pero debido a los elevados impuestos estatales de California, nuestra familia se mudó a Las Vegas en el 2013. En ese momento no lo sabíamos, pero Las Vegas tiene una maravillosa comunidad judía. Con 10 restaurantes kasher: lácteos, sushi, hamburguesas, lo que desees. Tenemos una bella sinagoga. La población judía de Las Vegas está creciendo. Inicialmente nos mudamos debido a los impuestos, pero desde una perspectiva judía resultó ser una buena decisión.

Mientras tanto, continúo con mi práctica en California. Me encanta el ritmo acelerado, la interacción intelectual con jueces, fiscales y clientes. Así que tengo un pie en cada mundo, y puedo hacer ambas cosas en mis propios términos.

Aishlatino: ¿De qué forma su vida profesional le dio la oportunidad de enseñarles a los demás sobre el judaísmo?

Marc: Cuando vivíamos en California, la universidad local tenía una clase sobre "Estudio de religiones" y yo dictaba el módulo sobre el judaísmo. Ellos venían a la sinagoga y les mostraba la Torá y tefilín, les hablaba sobre la historia judía y la Biblia. También mencionaba las leyes de pureza familiar, un período mensual durante el cual la pareja casada se abstiene del contacto físico. Suena anticuado, pero esto ayuda a la pareja a comunicarse mejor en un nivel no físico. Con la moderación viene el refinamiento. Y esto conduce a una renovación mensual, como una luna de miel.

Les decía a los estudiantes que no es posible que la Torá sea una creación humana, porque ningún hombre propondría un plan tan disparatado que ordene separarse de su esposa durante dos semanas. Los hombres simplemente no están programados de esta manera por su ADN. Por lo tanto, yo citaba esto como una prueba de que la Torá es Divina.

Después los estudiantes tenían que escribir un ensayo sobre su experiencia en la sinagoga, y cuatro de cada cinco se enfocaban directamente en la pureza familiar, diciendo que era algo brillante y fascinante. Este es un ejemplo de la forma en que la Torá funciona de forma práctica, en la vida cotidiana. Ella quiebra los estereotipos, lleva a la gente a dar un paso hacia atrás y decir: "Un segundo. Eso no es como yo pensaba. ¡Uau!".

Aishlatino: ¿Cómo impacta el Shabat su relación con sus clientes y su capacidad para ser un exitoso agente deportivo?

Marc: Puede resultar difícil irse cada viernes a la tarde por 25 horas, especialmente si un cliente precisa algo el sábado. Pero todo el mundo sabe que regresaré a las 7 pm. Y que tenemos hasta la medianoche para solucionar las cosas.

Además, los jugadores se sienten atraídos a mi porque ven que me guío con valores y convicciones. También a los padres de los jugadores les gusta poder confiar en mi para mantener a sus hijos lejos de problemas. Tengo muchos clientes que son cristianos religiosos. Con ellos compartimos la creencia en Dios y los valores conservadores. En general, mi observancia ha sido un filtro, porque no todos los jugadores se sienten cómodos con eso. Pero yo lo acepto.

La familia Kligman, de izquierda a derecha: Elie, Laura, Tova, Marc y Ari.

Aishlatino: Elie, ¿cuáles fueron las mayores lecciones que aprendiste de todo esto?

Elie: Aprendí que al mantenerme fuerte en mi judaísmo la gente me ayuda. Pero si manifiestas dudas, como "bueno… tal vez podría jugar el sábado…", entonces los demás se ven menos motivados a ayudarte, porque no sienten la necesidad de hacerlo.

Y aprendí que si eres talentoso y trabajas duro, no tienes que sacrificar tus ideales para cumplir tu sueño.

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