Una visión judía sobre hacer ejercicio y vivir una vida saludable

6 min de lectura

Tú eres el guardián de tu cuerpo.

1. Tú eres el guardián de tu cuerpo: para el judaísmo es obligatorio tener un buen estado físico

Los dictámenes de la Torá: “Cuidarán muy bien sus cuerpos”1 y “Seguirán Sus caminos”2 son entendidos por muchos Sabios como una orden de mantenerse sano y en buen estado físico.

Maimónides, el gran Rabino, filósofo y médico del siglo XII, declara que lo que Dios desea es que tengamos buena salud y un buen estado físico. Él dictaminó que “estamos obligados a evitar todo aquello que pueda dañar al cuerpo y a adoptar aquellos elementos que lo fortalecen”.3

Rav Israel Meir Kagan, el sabio del siglo XIX-XX conocido como el Jafetz Jaim, observó que es una mitzvá cuidar nuestra vida y nuestra salud. De hecho, él escribió: “Toda la Torá depende de la mitzvá de cuidar tu cuerpo”.4

Por lo tanto, sale a caminar.

2. “La limpieza está junto a la santidad”, este es un principio judío.

Esta cita atribuida a John Wesley, teólogo británico del siglo XVIII,5 expresa con exactitud el enfoque judío sobre la higiene tal como fue enseñado hace unos 1700 años en el Talmud6 a través de un conjunto de directivas relativas a la higiene personal y la sanidad pública. La limpieza se considera un requisito previo para la santidad y el buen estado físico.7

A lo largo de la historia, los judíos a menudo fueron menos susceptibles que otros a pandemias y plagas tales como la peste negra gracias a su preocupación por la limpieza y la higiene.8 En cambio, la mayoría de sus vecinos nunca se bañaban.9 En esa época pensaban que bañarse era peligroso. Incluso los reyes y reinas rara vez se bañaban. La reina Isabel, quien inició la inquisición española y fue sponsor de los viajes de Cristóbal Colón, se enorgullecía de haber tomado sólo dos baños en toda su vida: cuando nació y cuando se casó.10 Aparentemente la excepción fue la reina Elizabeth I, quien sorprendió a todo el mundo al decir que ella se bañaba una vez al mes, “tanto si lo necesitaba como si no”.11

En 1837, cuando la reina Victoria ascendió al trono británico, no había baño en el palacio de Buckingham.12 En 1857, cuando le aconsejaron al líder mormón Brigham Young que la comunidad adoptara la práctica de bañarse cada semana, respondió que él “lo había intentado” pero que no podía aconsejarlo porque “no era para todo el mundo”.13

Por otro lado, durante la inquisición española un signo que indicaba a los inquisidores que un converso (un judío que involuntariamente había sido convertido al cristianismo) en verdad era un judío secreto, era que se lavara con frecuencia o que tuviera una afinidad hacia la higiene personal.14

Para los judíos, la limpieza es una obligación religiosa. El Talmud relata que una vez Hilel, el sabio del siglo I AEC, se despidió de sus estudiantes y mencionó que iba a cumplir una mitzvá. “¿Qué mitzvá?”, le preguntaron. “Bañarme”, respondió Hilel. “¿Esa es una mitzvá?”, exclamaron los alumnos. “Sí, lo es. Si lavan y refriegan las estatuas de los reyes, cuánto más nosotros, los seres humanos que fuimos creados a imagen Divina15, debemos mantener limpios nuestros cuerpos”.16

3. El ejercicio es la mejor medicina preventiva

Maimónides enseñó que el ejercicio es la mejor medicina preventiva y que “la inactividad es un detrimento tan grande para la salud como la actividad es un beneficio”. Él alentó a la gente a mantenerse físicamente activa: “el ejercicio vigoroso preserva el cuerpo… mientras que la inactividad y la falta de ejercicio debilita al cuerpo”.17

Asimismo, Maimónides dejó claro que: “Todo el que se queda sentado seguro y confiado y no hace ejercicio… incluso si come alimentos sanos, y también si se brinda un buen cuidado médico, todos sus días serán dolorosos y se verá debilitado”.18

Michael Kaufman en su escritorio-shtender

Maimónides concluyó diciendo: “Mientras uno haga ejercicio y se esfuerce vigorosamente… no recaerá sobre él ninguna enfermedad y su fuerza física se verá fortalecida”.19

Convierte al ejercicio en parte integral de tu rutina diaria, algo que no tienes que pensar, simplemente lo haces.

Todos saben el significado que tiene el ejercicio diario para el buen estado físico, pero pocos lo llevan a cabo. ¿Por qué? Muchos racionalizan diciendo que están demasiado ocupados y no tienen el tiempo necesario. Sin embargo, aplicando la popular expresión: “cuando quieras que algo se haga, pídeselo a una persona ocupada”, sabemos que cuando necesitamos hacer algo importante siempre encontramos el tiempo para eso. ¿Acaso la vida es suficientemente importante como para encontrar el tiempo para cuidarla?

Aquí hay una idea: no conviertas el ejercicio en algo especial, adóptalo como un hábito. Convierte al ejercicio en parte integral de tu rutina diaria, algo que no tienes que pensar, simplemente lo haces, al igual que trabajar, comer, beber o dormir. Funciona.

4. El movimiento durante las plegarias judías fue diseñado para ejercitar al cuerpo.

Schuckle”, en idish sacudirse, se refiere al balanceo hacia adelante y hacia atrás o hacia los costados, tradicional entre los judíos cuando rezan o estudian Torá para incrementar la concentración. Algunos creen que la práctica fue impulsada por el pasaje de los Salmos que dice: “Todos mis huesos exclamarán: ‘¿Quién es como Tú, Dios?”.20

Otros están de acuerdo con Simón Brainin de Vilna, quien escribió en 1883 que la costumbre distintiva fue especialmente institucionalizada para ejercitar al cuerpo durante el estudio y la plegaria.21

Esto tendría relación con la práctica contemporánea de ejercicio no formal llamada NEAT, movimientos activos del cuerpo durante el curso normal de actividades “no ejercicios” del día. Un ejemplo reciente y popular es el uso del escritorio de pie (shtender) con la computadora sobre el mismo.

Un ser humano adulto tiene 100 billones de células. Estas células están en permanente movimiento alrededor del cuerpo. Cuando se detienen, estamos muertos. Por lo tanto: permanece menos sentado y en cambio ponte de pie. Sustituye el auto por tus piernas. Muévete.

5. Puedes extender tu vida, realmente vivir más años, si comes sano y te mantiene físicamente activo.

En las palabras de Maimónides: “Es posible posponer la ancianidad”.22 Respecto a aquellos que racionalizan su inactividad física asegurando “partiré haré cuando llegue mi momento”, eso se considera un fatalismo no judío.

El judaísmo enseña que Dios determina nuestro tiempo de vida, pero este se ve aumentado por los actos y los emprendimientos del individuo. Los Sabios comparan evitar cuidarse a uno mismo con el suicidio,23 una grave transgresión.24 No se puede acudir a la protección de la providencia Divina como una excusa para no mantenerse sano y en buen estado físico.25

Por lo tanto, al evitar fumar puedes vivir más años y evitar enfermedades y discapacidades físicas y mentales. Mantén un peso saludable. Come sano, en su mayoría frutas y verduras. Elimina de tu dieta alimentos dañinos tales como carnes procesadas, azúcares, bebidas azucaradas y comida chatarra. Reduce significativamente la carne roja y todos los alimentos procesados y con agregados de azúcar. Haz ejercicio cada día y mantente físicamente activo. Ponte de pie, muévete y camina siempre que puedas, evita sentarte tanto como te sea posible. Esto mantendrá tu corazón, tu cerebro, tus músculos y el resto de tu cuerpo y sus órganos sanos y fuertes. Por la vida. ¡Lejaim!


Extraído de Am I My Body’s Keeper? Torah, Science, Diet and Fitness – For Life de Michael Kaufman, una guía con base científica y sencilla para que todos puedan hacer dieta, bajar de peso y mantenerse, tener salud a largo plazo y extender la vida.

Notas:

1. Deuteronomio 4:15.
2. Deuteronomio 28:9.
3. Maimónides, Mishné Torá, Hiljot Deot 4:1.
4. Toldot HaJafetz Jaim, citado en Iejezkel Ishayek, Jaim Beriim Kehalajá, (Benei Brak, 2007), p. 29.
5. https://www.dictionary.com/browse/cleanliness-is-next-to-godliness.
6. Ver Talmud de Babilonia, Avodá Zará 11a, 20a,b;
7. Ver por ejemplo BT Berajot 4b, 40a; Taanit 11a, b; Shabat 50b, 140b; Julin 43a, 84a, 105a, b; Sotá 4b; Meguilá 24b; Bava Metzia 24a; Sanedrín 17b.
8. Anna Foa The Jews of Europe After the Black Death (Oakland: University of California Press, 2000), p. 146. Entre las razones dadas se encuentra la observancia de las leyes judías de higiene y limpieza, y también la baja incidencia de alcoholismo y enfermedades venéreas entre los judíos. Encyclopedia Judaica (Jerusalem: Keter Publishing House) 1972, 8:1141.
9. Ver Katherine Ashenburg, The Dirt on Clean: An Unsanitized History (New York: North Point Press / Farrar, Straus and Giroux, 2007).
10. http://www.alldeaf.com/threads/queen-isabella-of-spain-gross.21667/.
11. The Dictionary of National Biography, q. in https://www.express.co.uk/life-style/top10facts/551988/Top-10-facts-about-Elizabeth-I.
12. Lawrence Wright, Clean and Decent (New York: Penguin Global) 2005, p. 138
13. John G. Turner, Brigham Young, Pioneer Prophet (Cambridge and London: Harvard University Press, 2012), p. 256.
14. David M. Gitlitz, Secrecy and Deceit: The Religion of the Crypto-Jews (Albuquerque: University of New Mexico Press, 1996), p. 90.
15. Génesis 9:6.
16. Midrash Rabá, Levítico 34:3.
17. Mishné Torá, Hiljot Deot 4:1.
18. Ibíd. 4:15.
19. Ibíd. 4:14
20. Salmos 35:10.
21. Simon Brainin, Orá Lajaim (Vilna: 1883), p. 126.
22. Fred Rosner MD y Suessman Muntner, MD, The Medical Aphorisms of Moses Maimonides (New York: Yeshiva University Press), 1971, Vol. 2, 17:36.
23. Mishné Torá, Hiljot Rotzeaj U’Shmirat Hanefesh 2:2-3.
24. Shulján Aruj, Oraj Jaim, Hiljot Avelut 345.
25. BT Pesajim 64b; Tosafot, BT Ketubot 30a, Hakol Biedey Shamaim.

 

 

 

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