Gracias a Dios no la diagnosticaron en los años 30. Su impulsividad, energía e inclinación a romper las reglas le permitieron sobrevivir el Holocausto.
Este sitio utiliza cookies para entender cómo utilizas nuestro sitio y mejorar así tu experiencia.
Al utilizar nuestro sitio, estás aceptando nuestro uso de cookies y nuestra actualizada
política de privacidad.