Querida Emuna: ¡Estás equivocada!

2 min de lectura

Unas pocas palabras de elogio logran mucho.

No todo el mundo está de acuerdo con mis consejos o con lo que digo en mi blog. Eso está bien. De hecho, creo que mis editores prefieren cuando la gente discrepa, porque eso provoca una conversación más vibrante y animada. Yo por cierto no tengo ningún problema con que las personas discrepen. No creo que se pueda publicar nada en la blogósfera sin esperar alguna respuesta negativa. Como dice la expresión popular: “Si dos personas están de acuerdo, una de ellas es innecesaria”.

Estoy abierta a escuchar opiniones e ideas que difieren de las mías y me enorgullezco de estar dispuesta a cambiar de opinión cuando me demuestran que estoy equivocada. La única diferencia es la forma en que se dicen las cosas. Aprecio cuando los lectores comienzan con: “Por lo general yo disfruto de tus columnas” o “Usualmente estoy de acuerdo contigo”. Aunque eso me indica lo que está por venir, me siento agradecida de que comiencen con un elogio. Eso hace que sea más fácil aceptar la reprimenda.

Esto es importante para todos: padres, maestros, parejas y lectores de aishlatino.com. Aún recuerdo una llamada que recibí de la maestra de uno de mis hijos. Ella comenzó a transmitirme una larga lista de críticas sobre mi hijo. “¿Me podría decir que es lo que aprecia de este niño?”, le pregunté. Desgraciadamente no hubo respuesta, pero por lo menos logré detenerla.

¿Cómo pudo llamar a una madre y someterla a una diatriba sobre las faltas de su hijo? ¿Qué la hizo pensar que yo me mostraría receptiva ante ese enfoque? Es posible que ella se sintiera frustrada con ese niño que la había puesto a prueba, pero aun así su trabajo era enfocarse en lo positivo, comenzar mencionando las cualidades de mi hijo y luego abrir la discusión sobre las áreas que necesitan trabajo. Esto lograría dos cosas importantes: ella sentiría más afecto hacia el niño y me permitiría saber que en verdad le importaba mi hijo. En consecuencia, yo hubiera podido ser más receptiva a los problemas que presentó.

Quizás ocupamos un cargo administrativo. Sin duda hay empleados a los que necesitamos guiar hacia conductas más efectivas. Si comenzamos con palabras de elogio, es mucho más probable que ellos implementen nuestras sugerencias (la vieja técnica de: “atrapar más moscas con miel”). Quizás a nuestra pareja le vendría bien un pequeño empujoncito para cambiar de dirección. Esta es un área que requiere mucha sensibilidad y consideración. Sólo si es realmente importante debe ser mencionado; y cuando sentimos que tenemos que hacerlo, siempre debemos comenzar con elogios. Por ejemplo: “Realmente aprecio que tú seas quien conduce en todos los paseos familiares, pero si te mantuvieras dentro de la velocidad permitida yo podría relajarme y disfrutarlos mucho más”.

Es fácil ver defectos. Para ello no se necesita una gran sabiduría, percepción o esfuerzo. Por el contrario, enfocarse en lo positivo es un verdadero trabajo. Requiere tiempo, energía y concentración. Tenemos que prestar atención y realmente pensar. Pero si queremos construir relaciones significativas y duraderas y queremos crecer como seres humanos y ayudar a quienes están a nuestro alrededor, tenemos que mantener nuestra energía dirigida a sus cualidades y disminuir nuestra atención a los defectos. Muy de vez en cuando puede ser que necesitemos corregir a alguien.

Pero tenemos que asegurarnos que es necesario hacerlo y que podemos transmitir la crítica junto con muchos elogios y amor. De lo contrario, deberíamos mantener nuestras bocas cerradas (y las manos fuera del teclado).

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