Camino #6: Dominando el miedo

11 min de lectura

Montañas rusas y películas de terror... gastamos mucho dinero para que nos asusten. Aprende a aprovechar la energía del "miedo" para fines positivos.

La palabra hebrea irá significa tanto 'tener miedo' como 'ver'. El Camino #6 Irá, nos enseña que la elección fundamental de la vida es abrir nuestros ojos ante las oportunidades disponibles, y temer las consecuencias de evitar esa realidad.

El miedo a las consecuencias puede ser un gran motivador para cumplir con nuestro deber de forma rápida y eficiente.

Pídele a un adolescente: "Por favor saca la basura". Su respuesta será: "¡Más tarde!".

Ahora, díselo de esta forma: "Si no sacas la basura, olvídate de utilizar el auto". ¿Cuál será su respuesta? ¡Irá corriendo a sacar la basura!

El miedo es como cualquier otra emoción, tiene tanto aspectos positivos como negativos. El miedo negativo es debilitante. El miedo positivo es estimulante. La adrenalina hace que la sangre corra por tus venas. Te da el poder para lograr lo que quieras. Si estás caminando y te encuentras con una serpiente, el miedo te impulsará a correr a gran velocidad y serás capaz de saltar la cerca como un atleta olímpico. Con miedo, estás fuera del mundo de los sueños y cien por ciento en la realidad.

Hacer la elección correcta es una constante lucha humana. Tenemos una tendencia a tomar el camino más fácil e ignorar las consecuencias que vendrán a continuación. "¿Ver o no ver?", esa es la pregunta que hace el judaísmo.

Témele a la falta de sentido

¿Recuerdas el viejo programa de televisión en el que un participante tenía 10 minutos para tomar todo lo que pudiese de un supermercado? El participante corría de un lado a otro por los pasillos, buscando los productos más valiosos. Él no quería terminar con un carro lleno de jabones.

Ese programa es una metáfora de la vida. Hay consecuencias eternas. Cada momento puede ser vivido al máximo, o puede ser desperdiciado. La vida es un asunto serio.

El mayor miedo humano es vivir una vida sin sentido. Todos queremos causar un impacto, ayudar a otros, cambiar el mundo. Trata de decir en voz alta las siguientes palabras: "Soy feliz siendo mediocre". ¡Uno no puede decir eso!

Recuerdas cuando te preguntaste: "¿Cuál es el sentido de todo esto?". Tenemos un momento de claridad y, ¿qué hacemos? Buscamos la forma de escaparnos: empezamos a jugar en el computador, ponemos música o llamamos a algún amigo.

No te escapes. Ten miedo de ser mediocre. Ten miedo de no tener amor propio. Ten miedo de despertar una mañana y decirte a ti mismo: "¿Qué he hecho con mi vida?".

Utiliza ese miedo a para averiguar qué es lo más importante de la vida. Y luego, ¡ve por ello!

El miedo a la mortalidad

Todos sabemos que vamos a morir algún día. Pero nos engañamos a nosotros mismos pensando que los que mueren pertenecen a un grupo separado de la humanidad. "Ellos son los mortales. Nosotros somos inmortales". En el fondo, todos tenemos esta ilusión.

¿Alguna vez tuviste un amigo que murió? Quizá él tenía 17 años y falleció en un accidente de motocicleta. ¿Cómo reaccionaste? "¡Pero si yo hablé con él ayer! ¡No puede ser! ¡No puede estar muerto de verdad! ¡Él estaba tan lleno de vida!".

¿Qué significa "no puede ser"? Lo que estamos diciendo en realidad es que es demasiado cercano como para que nos sintamos cómodos. Yo no estoy en el grupo mortal. Y ahora, mi amigo está muerto. Eso es demasiado cercano. No puede ser.

Date cuenta que cada uno de nosotros podría morir en cualquier momento. No necesitas un avión que se estrelle contra el techo. No necesitas tener un problema cardiaco. Todo lo que se necesita es un coágulo de sangre y... ¡bang! Así es la vida. Pero no tenemos ganas de ver esta realidad. "Yo soy inmortal. Otras personas son atacadas, otras personas son las que mueren. ¡Pero yo no!".

Cuando alguien que conocemos muere inesperadamente, tenemos un sentimiento de vulnerabilidad. Nos hace pensar: "¿Estoy utilizando mi tiempo eficientemente?".

Echa un vistazo a la historia de tu vida. Mira hacia atrás y evalúa cuán bien has utilizado tu tiempo. A menudo, nuestro pasado se ve borroso, y esto va aumentando a medida que nos hacemos más viejos.

El reloj de la vida corre, y no sabemos cuánto tiempo más va a funcionar. ¿Cuántos años crees que te quedan? No creas que es ilimitado. Algún día te quedará sólo un año. Y algún día te quedará sólo un día. Así que debes planear ahora mismo. Como dicen nuestros sabios: "Endereza tu vida un día antes de morir".

Algunos judíos tienen la costumbre de visitar sus futuros lotes en el cementerio una vez al año, generalmente antes de Rosh HaShaná. ¿Por qué? No es morbosidad. Es para aclarar la idea: "Yo soy mortal, y aquí es donde voy a terminar. Entonces, ¿qué es lo que quiero que esté escrito en mi tumba?".

Vive cada día como si fuera el último, porque algún día lo será. Tic, tac, tic, tac...

Elimina las pequeñeces

Utiliza esta conciencia para corregir la forma en la que vives tu vida. Elimina las pequeñeces, irritaciones, ilusiones, trivialidades.

¿Cómo eliminar las pequeñeces? Imagina que estás peleando con tus padres o hermanos, y luego te enteras de que tienes sólo un día más de vida. ¿Qué vas a decir? O si ellos estuvieran muriendo, ¿qué les dirías? Solemos no apreciar lo que tenemos hasta que lo perdemos. Cuando mueren, decimos: "Yo debería haberlos tratado mejor. Debería haber llamado más a menudo".

Si vives con esa realidad, no pelearás con tus padres nunca más. No le guardarás rencor a tu hermano. Si tuvieras una enfermedad terminal, tratarías distinto incluso a un extraño. No perderías tu tiempo discutiendo con alguien que no respetó la hilera en el banco. La vida es demasiado valiosa como para ser insignificante.

Motívate con el miedo de perder algo valioso. Imagínate perder la vista. Camina con los ojos vendados durante una hora.

Imagina que vas a morir mañana. ¿Qué harías hoy? ¿Perderías tu día en cosas frívolas, o tratarías de lograr algo más duradero, más significativo, más eterno?

¿Ves cómo ese miedo te empuja un poco?

Temor a Dios

Una de las obligaciones principales del judaísmo es temer a Dios. Cumplimos con esta mitzvá al prestar atención a la realidad y ver las consecuencias de nuestras acciones.

Imagina que hubiera cámaras ocultas que monitorearan tu progreso a través de la vida. Todo el mundo te está mirando. La gente aplaude cuando tienes éxito y abuchean cuando fallas.

Con toda esa gente mirando, ¿no tendrías cuidado con cada movimiento? ¿No aumentaría enormemente tu motivación por tener éxito?

Ve por la vida con una conciencia constante de Dios. Todo queda grabado en video. ¿Estamos maximizando la oportunidad que nos da la vida o la estamos perdiendo? Un día vamos a tener que rendir cuentas por nuestras acciones.

Ese miedo puede motivarte a alcanzar la grandeza.

Por desgracia, el distraerse es parte de la naturaleza humana. Cada uno de nosotros tiene una inclinación que nos hace dudar, llamada ietzer hará. Es como un perro feroz, que está siempre amenazándote: "Estás sobrepasando tus capacidades. Vas a tener un colapso nervioso". Dudamos de nuestras acciones porque tenemos miedo de sus amenazas.

El temor a Dios te libera. Nada se interpondrá en tu camino. El perro es insignificante en comparación con el temor a Dios. Tan sólo debes seguir adelante. Tú eres libre de todos los otros miedos.

El temor a Dios es la clave de todo lo que queremos lograr en este mundo. Entonces, ¿qué nos detiene?

Considera los siguientes cuatro mitos:

Mito # 1 - El miedo es doloroso

Por un lado, la gente dice que el miedo es desagradable y amenazante. Estructuramos nuestras vidas de forma tal que podamos evitarlo. Pero por otro lado, las personas se suben a montañas rusas y ven películas de terror, ¡y pagan mucho dinero para que las asusten!

¿Cómo podemos entender esta contradicción?

Es un error pensar que el miedo es doloroso. Sí, el miedo es incómodo, pero te puede dar un gran placer. Cuando saltas de un avión, antes de que el paracaídas se abra, te olvidas de todos los disparates de este mundo. El roce con la muerte te hace apreciar cuán bueno es estar vivo. Te reconectas con la realidad. ¡De pronto la vida vuelve a ser emocionante!

Céntrate en el lado positivo del miedo para neutralizar el malestar que te causa: ¡cada momento es vivido de forma consciente y con emoción! Reúne tus poderes. Utiliza tu potencial. Que el miedo te motive. ¡Tener miedo es muy emocionante!

Ve a un parque de diversiones y observa a la gente bajar de la montaña rusa. Al principio, todos se ríen y dicen: "¡Wow, sobrevivimos!". Luego, se ponen cada vez más serios a medida que comienzan a recordar sus problemas. Poco tiempo después, están nuevamente sumidos en tonterías insignificantes, de vuelta en sus depresivas vidas…

La vida es aburrida si no hay miedo. Fíjate cómo la gente "exitosa" busca inevitablemente tener nuevas aventuras arriesgadas. Puede ser una riesgosa inversión financiera, o pueden ser clases de paracaidismo.

¿Cuál es la clave para obtener el máximo provecho de la vida? Sentir como si estuvieras constantemente bajándote de la montaña rusa.

Mito # 2 - El miedo es paralizante

La gente cree que el miedo es paralizante y que reduce tu potencial.

En realidad, lo contrario es cierto. El miedo puede generar proezas sobrehumanas. Todos hemos escuchado historias acerca de alguna madre que es capaz de levantar incluso un vehículo con tal de salvar a su hijo que está atrapado debajo. Enfrentar el miedo te hace sentir poderoso. Te da fuerzas que nunca supiste que tenías.

El miedo es sólo perjudicial cuando uno se escapa y no le hace frente.

Imagina que viste cómo golpearon unos matones a una persona y tú simplemente te quedaste ahí mirando. Te estremecerías cada vez que pensaras en ello. Si no enfrentas el miedo y haces algo para defender lo que es correcto, sufrirás a partir de esa experiencia por el resto de tu vida.

Pero si haces frente a los matones y logras que se vayan (o incluso si luchas y sales herido), disfrutarás de ese momento por el resto de tu vida. Tenías miedo, pero te mantuviste firme. Hiciste lo correcto. Eso es placer verdadero.

Es mejor haber intentado y fallado, que haber temido intentar.

Una "conmoción" te debilita, el "miedo" te motiva. Imagina un vaquero montando un caballo salvaje. El miedo de ser sacudido lo hace estar atento a cada movimiento, y por eso es capaz de responder de manera rápida y precisa.

¿Entiendes la idea? Tú también debes mirar la vida de esa manera.

Evitando el desafío

Con demasiada frecuencia perdemos una oportunidad para sobresalir porque decimos: "No puedo. Es demasiado esfuerzo". Por ejemplo, imagina que te piden que memorices una página de la guía telefónica en 24 horas. "¡Imposible!", dirás.

Pero si fueses secuestrado y te dijeran: "Si no memorizas una página de la guía telefónica antes de mañana por la noche, te mataremos", ¡No hay duda que lo harías!

He aquí un ejemplo práctico. ¿Quieres levantarte de la cama con mucha energía por la mañana? Claro, pero es demasiado esfuerzo. ¿Qué tal si yo viniese con un arma cada mañana? ¡Te levantarías enérgicamente sin lugar a dudas!

Ahora, ¿cuánto pagarías para despertar así todos los días por el resto de tu vida? ¿$5.000 dólares? ¿$10.000? ¡Ciertamente quieres levantarte así! ¡Así que vamos! ¡Levántate!

Aprovecha el poder del miedo como un instrumento para hacer frente a todos tus "no puedo". Haz una lista de los "no puedo" y ponles precio. ¿Cuál es la recompensa y cuál es la consecuencia? Tener esta claridad te convertirá en un ser humano muy eficaz.

Mito # 3 - El miedo te hace perder la libertad

Los humanos solemos evitar el miedo porque queremos preservar nuestra independencia. Creemos que si hay una fuerza externa diciéndonos qué hacer, vamos a terminar actuando como robots. Preferiríamos elegir hacer lo correcto por nuestra propia cuenta.

Pero el temor a Dios es diferente. Cuando tienes miedo de violar la palabra de Dios, eso en sí mismo libera tu potencial. ¿Por qué? Porque Dios no quiere controlarte, sino que sólo quiere lo mejor para ti. Por lo tanto, el temor a Dios te libera de los disparates, de los miedos tontos, de las pequeñeces. Si temes a Dios, serás libre de todos los otros temores del mundo.

El miedo te esclaviza sólo cuando alguien intenta deliberadamente ser intimidante y controlador. Pero el miedo de la realidad la posibilidad de perder oportunidades es una motivación que nos ayuda a llegar donde queremos estar. Todos decimos: "Quiero ser bueno, pero no quiero hacer el esfuerzo". El miedo te motiva a hacer realmente el trabajo.

Tú sabes que si no te presentas al trabajo te despedirán. Por lo tanto, te levantas de la cama temprano. El miedo a reprobar una prueba te hace estudiar más duro. Al final, el miedo te ayuda a tener éxito y a tener más respeto por ti mismo.

Todos queremos grandeza. Queremos ser fuertes, disciplinados y organizados. El miedo elimina las trabas. Por una cantidad de dinero apropiada o por supervivencia, harías lo que fuese necesario con tal de tener éxito.

Mito # 4 - El miedo es humillante

La gente piensa que si cierta acción es correcta, deberías hacerla por el simple hecho de que es correcta, y no por el miedo a las consecuencias de no hacerla. Parece humillante actuar en base al miedo.

Idealmente, deberíamos hacer lo correcto por el solo hecho de que es correcto, y deberíamos evitar lo que no es correcto, independiente de cuáles sean las consecuencias. De hecho, nuestros sabios dicen: “Quien sirve a Dios porque busca una recompensa, o para evitar el castigo, es un mal sirviente”. Él se esta sirviendo solamente a sí mismo. Si hacer el mal fuera más beneficioso, él lo haría.

Entonces, ¿por qué hay una mitzvá especial de temer a Dios? ¿No deberíamos obtener toda nuestra motivación de nuestro amor a Dios?

Sí, alguien que sirve a Dios por amor está en un nivel mucho más alto. Y deberíamos esforzarnos para hacer lo correcto simplemente porque es correcto, y no porque te va a “llevar al cielo”. Pero también tenemos que ser realistas. El amor suele ser una motivación insuficiente para hacer el bien. Si recibir un pago de $100.000 dólares te ayuda a ser más efectivo y a hacer lo correcto, ¡es mejor que tomes el dinero y hagas lo correcto!

Imagina que hay un programa que acoge a quienes no tienen hogar en un alberge comunitario. Idealmente, deberías hacer esto de forma gratuita. Pero si te ofrecieran $100 dólares por cada persona sin hogar que llevases al albergue comunitario, probablemente llevarías mucha más gente. ¿Acaso la “recompensa” te corrompió? No. Simplemente te dio una motivación más fuerte para hacer lo que ya sabías que era correcto.

Y hay una cosa más que debes considerar. Es probable que el hacer algo por temor te lleve eventualmente a hacerlo por amor.

El reflejo del dolor

Todos nacemos con la capacidad de sentir dolor. Si nos clavamos una aguja o nos quemamos con fuego, retraemos nuestra mano de forma instintiva. Pero alguna gente nace sin una sensibilidad al dolor. No sienten nada si ponen su mano al fuego.

Seguro, es agradable no sentir dolor. Pero alguien que no siente dolor está en constante peligro. Él podría poner su mano en el fuego y decir “¿Hueles algo quemado? ¡Hey, es mi mano!”, pero el problema es que sería demasiado tarde.

El dolor es esencial para nuestra supervivencia. Y ese es el propósito de temer a Dios, de mantener en mente las consecuencias de todo. No es el objetivo de la vida, sino que es un medio para conseguir un fin. Nos ayuda a pensarlo dos veces antes de insultar a alguien o de gritarle a nuestros padres.

Imagina que estás hablando con alguien y de pronto, la persona comienza a hablar chismes. Tú sabes que está mal escuchar, pero evalúas: “Quizás me debería quedar acá, por respeto, tan solo unos minutos…”. Pero si alguien estuviera dispuesto a pegarte con un palo en la cabeza cada vez que escuchas chismes, dirías inmediatamente: “¡Lo siento! ¡Yo me voy de aquí!”. No comenzarías a hacer cálculos. Simplemente harías lo correcto.

El miedo al castigo es como el reflejo del dolor. Evita que hagamos cosas que nos dañarían más adelante. Te ayuda a llegar donde quieres estar.

Uniendo todas la piezas

La meta más importante en la vida es tener claridad, vivir en la realidad. Y por supuesto, la realidad existe objetivamente, fuera de nuestra propia percepción subjetiva de ella.

La realidad es muy emocionante. Te despierta y te ayuda a poner las cosas en perspectiva. Imagina a alguien que es adicto a la nicotina. ¿Cómo puedes motivarlo para que deje de fumar? Muéstrale una radiografía de unos pulmones llenos de alquitrán. Este miedo le dará la libertad necesaria para escapar de la rutina y hacer lo que sabe que tiene que hacer.

Y tal como a ti te motiva el miedo, haz lo mismo por tu familia, por tu comunidad y por toda la humanidad.

Ves divorcios. Ves padres que maltratan a sus hijos. Ves personas con depresión, personas que son llevadas a un hospital psiquiátrico, personas que se dañan unas a otras. Vemos esto constantemente. ¿Y qué hacemos? Actuamos como una avestruz. Vemos pero no vemos. Decimos: “No me va a pasar a mí, yo nunca voy a abusar de mis hijos. No me va a pasar a mí, yo nunca voy a estar deprimido. No me va a pasar a mí, yo nunca me voy a divorciar”.

¿Realmente crees que eres tan diferente? ¡Sé realista! ¡También te puede pasar a ti!

Donde sea que veas una tragedia, aprende a evitarla. Si escuchas que alguien fue asaltado en cierto lugar, no vayas allí. No importa lo que sea, extrae una lección. Cuando veas un divorcio, ten temor a la posibilidad de que esto te podría pasar a ti. Eso se llama “ser realista”.

Lo mismo aplica al pueblo judío. En 1967, todos sabían que el estado judío peligraba con ser borrado del mapa. Entonces, la gente se acercó a las organizaciones que apoyaban a Israel y ofrecieron su ayuda: dinero, tiempo, contactos o activismo. El miedo, la amenaza, los llevo a darse cuenta de cuánto les importaba en realidad el pueblo judío.

¿Cómo te sentirías si, Dios no lo quiera, Israel fuera borrado del mapa?

Tómate en serio las consecuencias de la vida. No necesitas una montaña rusa. Todo lo que tienes que hacer es salir a la calle a media noche. O recordar que hay villanos con un gran poder militar. Mira a tu alrededor y lee los titulares. Es un mundo amenazante. Lleva el miedo contigo y utilízalo como un motivador para alcanzar la grandeza.

¿Por qué el miedo es un camino a la sabiduría?

  • El miedo te ayuda a hacer lo correcto, y no lo que la sociedad considera que es correcto.

  • El miedo te hace entrar en contacto con tu propia moralidad; la muerte es el miedo más potente.

  • El miedo te ayuda a utilizar tu libre albedrío.

  • Ten miedo de una vejez sin sentido. Si vives como si siempre hubiese un mañana, entonces nunca aprovecharás al máximo el día de hoy.

  • El miedo no es restrictivo; es poder y libertad.

  • Con miedo, podrás sentir la emoción de la vida el 100% del tiempo.

Haz clic aquí para comentar sobre este artículo
guest
0 Comments
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
EXPLORA
ESTUDIA
MÁS
Explora
Estudia
Más
Contacto
Lenguajes
Menu
Donar
Únete a nuestro newsletter
Redes sociales
.