Cábala 21 - Yesod: El Traductor

3 min de lectura

La sefirá de yesod, “fundación”, traduce los conceptos espirituales en acciones que nos unen con Dios.

Todas las sefirot son comparadas a órganos humanos que son vistos como contrapartes de estas sefirot. De acuerdo a la Cábala, la contraparte de yesod, “fundación”, es la capacidad reproductiva masculina. Y como tal, todas las leyes de santidad que gobiernan el deseo y la pasión masculina son denominadas kedushat midat yesod, “la santidad del atributo de yesod”.

Por lo tanto, al analizar las características principales de este órgano humano, podemos tener un completo entendimiento del atributo de yesod.

1. Encontramos que mientras que las células de cada órgano son muy específicas en su función y su estructura, las células de reproducción incluyen (de forma activa) la totalidad de los componentes de una persona.

Un traductor debe ser fluente tanto en el lenguaje del orador como en el lenguaje del oyente.

2. También encontramos que el órgano reproductor masculino tiene la habilidad de actuar como un puente para transferir material a otra persona. Un puente tiene en sí mismo una “capacidad dual” – es compatible tanto con la fuente como con la meta. Esto es similar a un traductor, quien debe ser fluente tanto en el lenguaje del orador como en el lenguaje del oyente.

3. Un intermediario es considerado eficiente cuando toma la “comisión” más pequeña posible. De un traductor experimentado se espera que, cuando traduce, profiera lo menos posible de su personalidad o de sus sentimientos, y por otro lado, que pierda lo menos posible del original.

Ahora relacionemos estas ideas al atributo de yesod.

Uniendo el Cielo y la Tierra

“Tuya, Dios, es la grandeza, el poder, el esplendor, la victoria y la gloria; [incluso] todo lo que se halla en los cielos y en la tierra”. (Crónicas I, 29:11).

Este versículo enumera varias sefirot, y se nos ha enseñado que “todo lo que se halla en los cielos y en la tierra” se refiere a yesod.

El Targum, la traducción tradicional aramea de la Biblia, explica que esta frase significa “El Que une el cielo y la tierra”.

Esta frase describe el fenómeno de que Dios puede transponer espiritualidad en las realidades físicas y en los seres mundanos.

Todos los elevados conceptos trascendentales que están en los mundos superiores tienen como objetivo convertirse en parte de nuestra experiencia y comprensión.

Todos los mandamientos tangibles - como aquellos concernientes a los Tefilín, la matzá, caridad y duelo - todos comenzaron como elevados conceptos trascendentales que el atributo de yesod tradujo cuidadosamente en acciones correspondientes.

Por ejemplo, la comunicación racional con Dios encuentra su manifestación en la plegaria vocal, mientras que la comunicación emocional puede encontrar su realización en el sonido del shofar.

Los elevados conceptos de “justicia” son traducidos en ley – qué hacer cuando toros cornean y cuando gente roba.

El deseo más profundo del alma de ser liberada de sus cadenas mundanas y retornar a la pureza de Dios, se materializa en la trans-fisicalidad de Iom Kipur. El lazo entre el esposo y la esposa está contenido, de cierta manera, en la jupá, mientras que la habilidad de invalidar este lazo es concretizada en un documento de divorcio.

Los elevados conceptos de “justicia” recibieron forma y fueron presentados a nosotros en los detalles de las leyes Divinas – qué hacer cuando toros cornean y cuando gente roba.

El Paralelo

Ahora vemos que el atributo de yesod, en su perfección, tiene todas las características del órgano reproductor masculino.

1. Toda la Sabiduría Divina (para la interacción humana) fue de hecho incorporada en la Torá. Hay cosas abiertas, cosas implicadas, algunas aludidas, pero todas ellas se encuentran en la Torá.

Maimónides explica que el versículo “no está en los cielos” nos dice que toda la Torá fue entregada, y que nada fue retenido.

2. La Torá es un puente entre Dios y el hombre, y contiene elementos de ambos. Así, la Torá contiene “las palabras del Dios viviente”, y sin embargo habla en “lenguaje humano” (por ejemplo, el Brazo de Dios, Dios vio, etc.) Todo esto es posible porque la Torá es perfectamente compatible con la Verdad Divina y con el lenguaje humano.

La Torá es un puente entre Dios y el hombre, y contiene elementos de ambos.

3. El “intermediario” a través del cual se entregó la Torá fue Moisés, quien es descrito por Dios como “Mi fiel sirviente, de confianza en toda Mi Casa”. No sólo no hubo una distorsión o perversión consciente en la Torá que Moisés nos traspasó, sino que su percepción y entendimiento de la Torá fue clara como el agua. Se nos enseña que “todos los profetas percibieron a Dios como a través de un vidrio nublado, mientras que Moisés percibió a Dios a través de un vidrio transparente y claro”.

Así, en cierto aspecto, yesod (la novena sefirá) es el atributo final. Reúne e incluye en sí misma la totalidad de las interacciones propuestas por Dios para el hombre. Traduce estas interacciones de un modo perceptible y tangible. Y esta traducción se realiza sin ninguna adición o sustracción del mensaje original, y sin ninguna distorsión o anomalía.

Haz clic aquí para comentar sobre este artículo
guest
0 Comments
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
EXPLORA
ESTUDIA
MÁS
Explora
Estudia
Más
Contacto
Lenguajes
Menu
Donar
Únete a nuestro newsletter
Redes sociales
.