Cómo tratar con personas tóxicas

3 min de lectura

Tres consejos de la antigua sabiduría judía.

Nos guste o no, la vida está llena de desacuerdos y de personas desagradables. La Mishná en Pirkei Avot nos enseña cómo debemos relacionarnos con aquellas personas que pueden llegar a dañarnos o que ya lo han hecho:

Nittai de Arbel dice: Mantente alejado de un mal vecino, no te conectes con una persona malvada y nunca te des por vencido en cuanto a la noción de recompensa y castigo (Pirkei Avot, 1:7).

La Mishná nos aconseja tres niveles diferentes para relacionarnos con personas desagradables.

La primera opción (y lo mejor) es evitarlas por completo: “Mantente alejado de un mal vecino”. Algunas de las personas con las que nos cruzamos en el camino son simplemente “malas noticias”, negativas y tóxicas. El mejor consejo es intentar evitarlas por completo. Como le digo a menudo a mis hijos: “Nada bueno puede salir de eso”. Si ves que una persona conduce de forma errática, no intentes enseñarle una lección, no le hagas señales de luces ni trates de pegarle. Déjalo seguir su camino y mantente alejado para no sufrir daños colaterales por su imprudencia. No te involucres con esa clase de personas, porque “nada bueno puede salir de eso”.

Cada mañana decimos una plegaria importante: Que sea Tu voluntad, Dios mío y Dios de mis antepasados que me libres hoy y cada día de personas descaradas y desvergonzadas, de una persona mala, de un mal socio y de un mal vecino… de un juicio difícil y de un litigante duro…

Cuando se trata de demandas, muy pocas cosas buenas pueden resultar de eso. A menudo en los juicios, casos en la corte y cosas por el estilo, el mejor intento es volver a cero y limitar los efectos secundarios negativos. En esas situaciones nada llega a estar del lado positivo de la balanza y a esto se refiere la plegaria y la primera parte de la Mishná: en primer lugar debemos hacer lo posible para evitar que esas personas entren en nuestras vidas. Incluso rezar por eso.

Desgraciadamente no siempre podemos evitar a las personas negativas o tóxicas. Pueden ser miembros de la familia, compañeros de trabajo o el vecino de enfrente. Aquí entra en juego la segunda parte de la Mishná: “No te conectes con una persona malvada”. Esto nos enseña que con esas personas dañinas de las que no podemos escapar, tenemos que minimizar nuestra relación. Sé cordial, sé formal, no busques empezar una pelea y no hagas nada social a menos que te obliguen las circunstancias. Como dice la Mishná, no seas amigo ni te conectes con ellos. Puede ser que tengas que compartir espacio con esas personas, pero mantén tu distancia emocional y mental.

Finalmente tenemos la tercera afirmación de la Mishná, que a primera vista parece no encajar: “Nunca te des por vencido en cuanto a la noción de recompensa y castigo”. La Mishná se refiere a las situaciones en las que no podemos separarnos de las personas dañinas y a pesar de todo lo que lo intentemos ellas están en nuestras vidas y nos impactan negativamente. Somos víctimas de la mala conducta de los demás, de sus malas decisiones y de sus malos pensamientos… Sufrimos económica, emocional, material o físicamente por las horribles decisiones de otras personas. Sin importar cuánto hubiésemos preferido evitarlos por completo (primera declaración de la Mishná) o haber mantenido el mínimo contacto (segunda declaración de la Mishná), a veces la realidad es que la basura de los demás apesta en nuestra vida.

¿Qué hacemos en esos casos? ¿Guardamos rencor eternamente? La tradición judía nos dice que hay un Dios, que hay recompensa y castigo y que nunca debemos olvidarlo. Todo vuelve; “medida por medida” es algo intrínseco de la Creación y eventualmente los justos prosperarán y los malvados se marchitarán.

Esto lo podemos ver a nivel nacional, porque nuestros enemigos han desaparecido en el polvo de la historia mientras que el pueblo judío continúa creciendo, fuerte y exitoso. Lo mismo es cierto a nivel individual: eventualmente los buenos estarán en la cima y las personas tóxicas y negativas se autodestruirán.

Si sufrimos injusticias, eso será considerado. Quizás no este año, ni el año que viene… Tal vez ni siquiera en otros 10 años, pero lo será. Si no en esta vida, sin ninguna duda en la siguiente. Por si sirve de consuelo, piensa cuántas veces ocurre que alguien nos hizo algo terrible, en ese momento lo odiamos, pero años más tarde, en retrospectiva, vemos el bien que salió de eso.

La vida no es perfecta y las personas desagradables aparecen en nuestras vidas. Si puedes, mantente alejado y si no, mantén la relación al mínimo. Cuando no lo logres y todo lo demás falle, no olvides que hay un Dios justo que nunca olvida el mal que te hayan hecho. Que eso te de consuelo.

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