Las herramientas necesarias para sobrellevar estos tiempos difíciles

4 min de lectura

Tres herramientas para mantener tu fuerza interior cuando sientes que tu vida está bajo ataque.

El cielo sigue teniendo el mismo color azul brillante y el sol sigue brillando, pero nuestro mundo ha cambiado.

Nunca recibí tantos e-mails repletos de temor, tristeza y soledad. ¿Qué pasará con las escuelas, el trabajo, la economía, las relaciones que tambalean y la salud de nuestros seres queridos? Aunque todo el mundo está unido en esta pandemia, la gente está increíblemente separada. Duele ver la animosidad. Duele escuchar una vez más la retórica antisemita y que se la ignore, incluso que se la justifique.

Cuando sentimos que nos golpean desde todas las direcciones, debemos encontrar las herramientas para atravesar el desafío con fuerza. La resiliencia nos ayuda a seguir adelante sin perdernos a nosotros mismos en el proceso. Las personas que mantienen el coraje y el valor, pueden enfrentar mejor las olas de incertidumbre. Cuando construimos nuestra fuerza interior descubrimos la clave para la calma y la fortaleza. Podemos adaptarnos y seguir adelante, recuperarnos de las experiencias difíciles y navegar las crisis. La clave son nuestras herramientas de resiliencia.

Las habilidades necesarias para superar la adversidad pueden aprenderse. La resiliencia no es algo con lo que se nace. No todos tienen la fortuna de aprender de sus padres a ser "valientes".

Aquí hay tres herramientas para poder sobrellevar los tiempos difíciles que enfrentamos.

1. Nutre tu cuerpo

La Torá nos ordena cuidar nuestro cuerpo porque es la casa del alma. Cuando estamos estresados tendemos a ignorar los hábitos saludables. Nos descuidamos. Comemos alimentos no sanos. Dejamos de hacer ejercicio. Nos acostamos tarde. Descuidamos nuestra rutina. Podemos caer en comportamientos no sanos, incluso en adicciones.

El primer paso es darles buen combustible a nuestros cuerpos para poder pensar mejor. Hay una fuerte conexión entre nuestra salud y nuestra resiliencia.

*No le restes importancia al sueño. El sueño mejora la inmunidad. Cuando nos falta una buena noche de sueño, estamos de mal humor y no tomamos buenas decisiones.

*Comienza una buena rutina de ejercicios. El ejercicio produce las endorfinas que ayudan a sentirse bien y mejoran nuestro estado de ánimo. Elige una actividad que disfrutes y conviértela en parte de tu día. Comienza a moverte.

*Cuando le damos a nuestro cuerpo alimentos no sanos, nos volvemos letárgicos. Un cerebro hambriento no puede pensar con claridad. Elige con inteligencia tus alimentos. Para superar los días difíciles nuestro cuerpo necesita combustible de primera calidad.

Sé amable contigo mismo.

2. Piensa positivo

Tendemos a focalizarnos en las malas experiencias y dejamos pasar de largo las cosas buenas. Nuestro cerebro se llena de pensamientos atemorizantes, preocupaciones y "qué pasará si…".

Las personas más resilientes no se quedan encerradas en lo negativo. Ellas reemplazan el pesimismo con verdadero optimismo. Esto implica aceptar lo que no podemos cambiar y luego desafiarnos a pensar: "¿Sobre qué puedo tener control y cambiarlo? ¿Qué nueva habilidad puedo aprender ahora? ¿Qué puedo hacer ahora que siempre quise hacer pero nunca tenía tiempo? ¿Cómo puedo redefinir mi matrimonio/mi rol de padre/mis relaciones de una forma positiva? ¿En qué puedo elegir focalizarme que en este momento esté bien?

Podemos adquirir esta habilidad al trabajar sobre la forma en que nos hablamos a nosotros mismos. Mantente alejado de los momentos de culpa. Evita caer en quejas, culpas y sentimientos de derrota. No te pases el día juzgando a las personas que te rodean y colocándoles en tu cabeza rótulos tales como egoístas, desagradables o mimados. Todos tienen alguna cualidad positiva. Desafíate a ver lo bueno en vez de ver lo que te frustra.

Levantar los brazos en frustración y vivir como una víctima es el camino que ofrece menos resistencia. ¿Pero qué se gana?

Las personas resilientes encuentran una forma de transformar el dolor en alguna clase de ganancia. Esto no significa que estamos felices con la situación, sino que encontramos una forma de dirigir el momento y no sentirnos abrumados con lo que estamos pasando.

En su libro El hombre en busca de sentido, Viktor Frankl describe el momento clave en Auschwitz cuando desarrolló su terapia del sentido. Un día él estaba preocupado pensando si debía canjear su último cigarrillo por un plato de sopa y preguntándose cómo iba a trabajar con un nuevo capataz vicioso y cruel. De repente se sintió disgustado por la falta de sentido de su vida. Comprendió que si sobrevivía de esa oscuridad devastadora necesitaría redescubrir el propósito de su existencia. Frankl comenzó a imaginarse a sí mismo dando conferencias después de la guerra, describiendo lo que había experimentado. Creó para sí mismo objetivos reales, aunque no estaba seguro de que lograría sobrevivir. En ese momento fue capaz de elevarse por encima de su sufrimiento. Él escribió: "Nunca debemos olvidar que también podemos encontrarle sentido a la vida cunado enfrentamos una situación desesperada, cuando enfrentamos una realidad que no puede cambiarse".

Mirar hacia el futuro. El Rey Salomón escribió: "gam zé iaavor – también esto va a pasar". Nada dura eternamente. Con ayuda de Dios, llegará el día en el cual esta situación difícil terminará. Anticipa los buenos días que retornarán. Crea objetivos. Observa los desafíos como oportunidades. Busca significado a tus días.

3. Redescubre tu núcleo interno

Estamos aquí para construir un legado. Más allá de estos días hay una huella espiritual que dejaremos para siempre en este mundo. Necesitamos contemplarlo. ¿Por qué estoy aquí? ¿De qué forma este mundo será mejor porque yo existí? ¿Hoy llegué al corazón de alguien?

Las herramientas comunes de las personas resilientes son las creencias espirituales, la conexión con Dios, la gratitud por las cosas buenas de nuestra vida, los actos de bondad y la calidad de nuestras relaciones. Piensa en esto como anillos interconectados, todos girando alrededor del centro del círculo que es tu núcleo interno.

Tus creencias espirituales te darán fuerza. Tu conexión con Dios te fortalecerá. La gratitud te mantendrá con los pies sobre la tierra. Dar a los demás te dará significado. Los amigos correctos y las buenas relaciones te nutrirán. Llegarás a descubrir tu núcleo interno.

Tenemos la capacidad de sobrepasar esto. Podemos impulsarnos hacia adelante con fuerza. Cada herramienta que tenemos marca una gran diferencia.

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