¿Qué diría Rav Nóaj Weinberg?

4 min de lectura

Una opinión desde el otro mundo sobre nuestra época turbulenta.

No importa en dónde te encuentres, todos estamos de acuerdo que el mundo se encuentra en un estado de gran trastorno y confusión. La devastadora pandemia domina nuestras vidas y confunde nuestro pensamiento.

¿Adónde acudir? ¿Quién puede guiarnos y dirigirnos? ¿Brindarnos perspectiva? ¿Consolarnos?

Si esta vorágine caótica hubiera tenido lugar hace algunos años, muchos hubiéramos acudido a nuestro mentor y líder espiritual, Rav Nóaj Weinberg zt"l. Su erudición y su personalidad inimitable brindaron sosiego y guiaron a miles de judíos de toda clase durante momentos de problemas y confusión.

¿Qué nos diría él hoy? ¿Podría ofrecernos algún consejo sabio que marcara una diferencia respecto a cómo debemos navegar estas aguas tormentosas en el 2021?

Me imagino que lo haría.

Algo así como…


Observo desde Arriba con una mezcla de dolor, angustia y frustración. Me alegra que hayas pedido mi opinión, mi punto de vista y mi ayuda. (Esa es la forma en que las cosas funcionan aquí. No podemos ofrecer nuestra ayuda a menos que nos lo pidan).

Comencemos.

Perdóname por ser franco (eso no ha cambiado), pero la respuesta del mundo a este tema del Corona fue equivocada. Dios tiene un plan y un propósito para todo lo que trae al mundo. No hay coincidencias en la vida. Siempre te recordé que Él te ama más de lo que puedes llegar a imaginar. Por lo tanto, sin importar cuánto tú sufras por esta plaga, Él "sufre" mucho más. ¿Es un llamado de atención, para tratar de despertarnos? Por supuesto. A nadie le gusta oír esto. Pero sus castigos no son para vengarse, son instructivos. Hay una gran diferencia.

Por lo tanto, este es el problema. Él envió el Corona. Muchas personas han fallecido. Ha sido trágico. No hablo de la mascarilla ni de los cierres. Eso es algo que ustedes tienen que resolver. Pero se suponía que la gente debía despertarse y cambiar. Ser diferentes. Mejores. Mejores amigos. Mejores esposos. Mejores padres. Mejores judíos. ¡Mejores personas! ¿Cuántas personas conoces que realmente hayan cambiado durante los últimos 10 meses?

Recuerda lo que te enseñé:

Cada día, fija un momento para formularte estas preguntas:

  • ¿Para qué vivo?

  • Repasa tu día y pregúntate: ¿Qué necesito cambiar?

  • ¿Qué voy a hacer al respecto?

Presta atención. Cuando suficientes personas comiencen a cambiar, la enfermedad desaparecerá.

Ya sé que estás convencido que el mundo se volvió loco. Al observar los eventos de este último año, que es lo que yo he hecho, es difícil discutir que eso no sea verdad. Pero siempre dije que la batalla por la vida es la batalla por la cordura. En cierta medida, todos estamos locos. Pero si tienes consciencia de eso, puedes evitar que la locura tome el control.

Lo que me lleva a otro punto vital. Con todo el drama cotidiano que encuentran, se convirtieron en adictos a las noticias, a sus teléfonos y aparatos tecnológicos. La mayor parte es un desperdicio de sus valiosas células cerebrales. ¿Necesito recordarte que matar el tiempo es como suicidarse con un plan de cuotas? Imagina si utilizaras ese tiempo para entenderte mejor a ti mismo, tu propósito y el significado de tu vida. Si no te conoces a ti mismo, no puedes entender nada. Esa es una inversión valiosa.

Recuerdo del mundo temporal en el que habitaba que muchas personas querían entenderse mejor a sí mismas, pero no sabían cómo lograrlo. Tú sabes cuál es mi respuesta a eso. Torá. Allí se encuentra la sabiduría. Esa es la forma de luchar contra la ignorancia.

La enfermedad más venenosa en el mundo es la ignorancia. La ignorancia te puede matar. La ignorancia también es la enfermedad más contagiosa. Se dispersa en sociedades completas y es extremadamente difícil combatirla, en especial porque la víctima por lo general no sabe que está infectada.

Al seguir las pautas que nos dio el Creador en la Torá, podemos cumplir nuestro propósito en el mundo.

Por lo tanto, deja de lado todas esas tonterías. Abandona el ruido. No te preocupes constantemente por quién es presidente, primer ministro o quién está en el gabinete. Te garantizo que Dios puede manejar eso. Tu trabajo es no perder de vista la pelota. ¿Lo has entendido?

Otra cosa que me preocupa es que muchos ven el estado actual y responden sintiéndose abatidos y pesimistas. Me atrevería a decir que muchas personas parecen haber perdido toda esperanza. Hay algo muy malo en esto. Mi vida allí abajo estuvo llena de fracasos y decepciones. Antes de Aish, fracasé con cada organización y ieshivá que comencé. Si me hubiera rendido, mi legado habría sido nulo.

Cada ser humano tiene momentos e incluso capítulos en su vida en los que siente que no puede seguir adelante. Parece que no vale la pena luchar. La carga es demasiado pesada. No temas de esos pensamientos y emociones. Úsalos para afilar y refinar tu verdadero propósito. Levántate y sal del estancamiento. Estudia. Realiza. Comunícate. No seas un espectador. Dirige. No es necesario que hagas ruido para liderar. Muchos predican con el ejemplo, convirtiéndose en grandes modelos a seguir. Sí, incluso tú puedes ser un líder.

Finalmente, necesito recordarte que tienes en tu arsenal un arma potente, persuasiva y poderosa… Y muy poco utilizada. La plegaria. La plegaria es la llave maestra que abre cada puerta que parece cerrada o fuera de tu alcance. Simultáneamente, ella calma tu alma y sacude los cielos. Acomoda tus prioridades y abre los portales de la misericordia, la claridad y la bendición. Es una elocuente demostración de tu deseo de establecer una relación significativa con tu Creador. Sin embargo, muchos desperdician o malgastan esta poderosa oportunidad.

Puede que haya momentos difíciles por delante. Como sabes, el Mashíaj llama a la puerta. Es probable que su llegada esté acompañada de agitación y desorden social. Unos pocos minutos de plegaria diaria y sincera, en cualquier idioma, pueden ser una gran ayuda para enfrentar, discernir y lograr cambios.

La vida puede ser difícil. Pero Dios nos puso aquí para acceder a todos los placeres que Él creó. El dolor que llega muchas veces es la moneda que usamos para obtener el máximo placer. Sin ese dolor y esfuerzo, no hay significado.

Sé fuerte. Sé sabio. Cuenta tus bendiciones, pero también haz que tus bendiciones cuenten.

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