Soluciona tus problemas

2 min de lectura

Una historia demasiado buena para ser cierta justo a tiempo para elul.

Apenas lo hice me di cuenta que había sido una torpeza. Cerré la laptop que uso en casa mientras el enchufe estaba sobre el teclado. No la cerré con fuerza, pero ese inusual sonido me hizo entender que algo malo había ocurrido. La prendí y la pantalla estaba destrozada por dentro; lo único que mostraba era “arte digital abstracto”. No podía creer que se hubiera roto.

“Es elul”, me dije. “No me voy a permitir enojarme por esto. Es obvio que Dios me está enviando un mensaje sobre mi abuso de la computadora”.

Llevé mi laptop a la oficina para dársela al proveedor que arregla las computadoras en las oficinas de Aish. Nuestro manager en la oficina no fue alentador.

-Comprar una pantalla nueva es muy costoso. Puede que no valga la pena arreglarla.

El técnico de computadoras me llamó de inmediato.

-¿Qué antigüedad tiene tu laptop?

-Dos o tres años. Pero anda perfectamente bien.

-No vale la pena arreglarla. Una pantalla nueva te costará entre 1500 y 2000 shekels. Por esa cantidad te puedes comprar una computadora nueva en Estados Unidos.

-¿Qué? ¿Estás seguro de que costará tanto? ¿Puedo primero recibir una cotización del arreglo y luego decidir?

-Sí, pero la cotización te costará 300 shekels si no la arreglas.

Es absurdo”, pensé para mí.

-Déjame pensarlo y te contestaré.

Luego recordé a esta técnica en computadoras, una mujer jasídica a la que una vez había llamado para arreglar nuestra computadora que había sido infestada con un virus. Era inteligente y cobraba un monto razonable. La llamé para ver qué podía ofrecerme.

-Te costará 450 shekels. Puedo ir a buscarla esta noche.

Yo estaba incrédulo (por segunda vez en el día). Vino en su apaleado auto a las 9 p.m. de la noche y yo le entregué mi laptop.

A las 9 a.m. de la mañana siguiente me llamó para decirme que estaba lista.

-¿Cuándo te la puedo entregar? -preguntó.

Tan sólo arréglalo.

Era demasiado bueno para ser cierto. Tengo una regla que uso, particularmente en lo que se refiere a las contribuciones más fantásticas que llegan a Aish.com: si es demasiado bueno para ser verdad, probablemente lo sea. Sin embargo, en este caso era una excepción. Mi laptop brillaba con su pantalla nueva, envío incluido, por un costo menor a la cuarta parte de la cotización original. La recibí en un día y ayudé a sustentar a una madre de muchos niños (estaban todos abarrotados en el auto cuando me la devolvió), que seguramente necesitaba el trabajo más que la compañía profesional que atiende las oficinas de Aish HaTorá.

Me alivió no tener que seguir el “consejo experto” de comprar una computadora nueva (idea que consideré por un momento) y de haber en cambio simplemente arreglado la que tenía. Quizás este sea el mensaje que debía recibir durante este mes de elul: Tan sólo arréglalo. En la recta final hasta Rosh HaShaná, es fácil desesperar cuando piensas en todo lo que tienes que arreglar en tu vida. ¿Cómo puedo reinventarme desde cero? Confrontar el problema es demasiado costoso y difícil. Cambiar parece una misión imposible.

Toda esta cháchara negativa que nos decimos es sólo una distracción para alejarnos de la lucha con los problemas reales.

No escuches esa voz. En lugar de eso, soluciona el problema. Confronta el desafío sin rodeos y, con un poco de honestidad y un sincero deseo de superarlo, te sorprenderás al descubrir uno o dos pasos factibles que podrían hacer una diferencia, y no son tan difíciles como creíste en un principio.

Tan sólo arréglalo.

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