¡Termina lo que empiezas!

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3 consejos para mantenerse inspirado

Nuestros Sabios aseguran que "todos los comienzos son duros" (véase Rashi Shemot 19:5) y ciertamente, empezar una actividad requiere de mucha voluntad y determinación. Sin embargo, hay otro punto que es igual de importante, pero que suele pasarse por alto: uno debe terminar lo que empieza.

En el mundo del coaching y la psicología del liderazgo se habla mucho sobre la importancia de terminar lo que uno empieza, lo cual se aplica tanto en el ámbito personal como en el organizacional. Terminar lo que uno empieza, sin duda es una fuente de satisfacción, y, en contraparte, dejar a medias algo que se ha empezado es un caldo de cultivo toxico.

A continuación quiero analizar tres factores relacionados con este principio para aplicarlo en la práctica:

Visualiza de antemano el beneficio final

Nuestros Sabios enseñan que toda acción que haya sido iniciada por alguien, y terminada por otro, se considera como si el segundo hizo toda la acción (Sota 13b). Ello significa que el peso principal de una acción es su culminación. Un ejemplo impresionante es el del Rey Salomón, quien se ganó el honor de inaugurar el Primer Templo y se quedó con el crédito de esa gran acción, pese a que fue su padre, el Rey David, quien comenzó la construcción y el propio Dios lo privó de terminarla (Sanhedrin 104b). Es interesante tomar nota de que muchas veces se debe vencer una poderosa resistencia para poder iniciar un emprendimiento, y, así como la inspiración ilumina el camino al principio, inevitablemente después llega la dura realidad, el trabajo intenso y las dificultades del camino, lo cual lleva en muchos casos al abandono. El Dr. Akiva Tatz plantea esta idea en sus libros como un principio que se manifiesta en el mundo natural y en la forma en la que Dios pone a prueba al hombre. Saberlo y aceptarlo es una gran herramienta para lograr los objetivos que uno se plantea.

Toma conciencia de tus patrones

En numerosas publicaciones hemos enfatizado que la mente es influenciada por el cuerpo. Las fuentes dentro del judaísmo sobre ello son vastas (véase Mesilat Yesharim Cap. 7, Pele Yoetz sobre la alegría, Sefer Hajinuj en mitzvá 16, y otros). Además, este concepto está ampliamente demostrado por la neurociencia y la psicología moderna. Las acciones que uno hace en el mundo exterior afectan los patrones que crea en su mundo interior. Basado en esos patrones, uno probablemente volverá a actuar así en una situación futura y ello, a su vez, reforzará el patrón. Esto forma un ciclo. Es decir, cada vez que uno pospone la terminación de una actividad o dispersa su atención de ella, está "enseñándole a su mente" un patrón de conducta, el cual se verá reforzado y probablemente repetido. Por lo tanto, cada vez que uno rompe con ese viejo y destructivo patrón y se esfuerza en adelantar y culminar las cosas que empieza (así sea una actividad pequeña) está "entrenando su mente" para convertirse en un verdadero líder de su vida, está entrenándose en la disciplina responsable de terminar lo que empieza. Esto, sin duda, tendrá un impacto poderoso sobre su confianza personal y sus ganas de seguir adelante reforzando ese nuevo patrón.

Identifica a tus enemigos

¿Cuáles son estos "enemigos"? El Ramjal, Rabi Moshé Jaim Luzzato (1707 – 1747), en su libro Mesilat Yesharim (Cap. 9) afirma que uno de los mayores enemigos de las personas a la hora de completar los proyectos que emprenden, es la costumbre de dar excusas. A la hora de inventar una excusa uno se pone muy creativo. A veces culpa al frio, otras al calor, al viento, a la gente, etc. El Ramjal aclara que las excusas provienen de causas naturales reales, pero ello no justifica el abandono de la acción, pues el hombre fue encomendado a luchar por su prosperidad material y espiritual. El Rey Salomón (Proverbios 26:13) adjudica las excusas a los perezosos, quienes alegan que "hay un león en la calle" con tal de no salir a trabajar. Vale la pena "pillarse" a uno mismo cuando se pone a dar excusas creativas y ponerle fin de inmediato.

Querido lector, ¿Cuántas buenas ideas has empezado y se han quedado en el camino? ¿Cómo crees que tu amor y confianza en ti mismo se verían repotenciados si dichas actividades fueran terminadas? Sin duda sería un empuje extraordinario.

Te invito de todo corazón a tomar conciencia de estos consejos y ponerlos en práctica en un área especifica de tu vida o en un pequeño proyecto ¡ya verás lo que pasa! Te deseo el mayor de los éxitos.


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