Los dos aspectos esenciales de la vida

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Tanto nuestro cuerpo como nuestra alma necesitan nutrición y sustento.

¿Qué es esencial?

El término ha ganado considerable prominencia durante esta época de pandemia global. Las profesiones que se consideran esenciales reciben el privilegio de estar exceptuadas del mandato de tener que "quedarse en casa".

Es sorprendente lo que algunos gobiernos están dispuestos a incluir en esta categoría de "esencial" y cómo estos oficios se anteponen a cualquier posible amenaza a la salud y al bienestar de la sociedad. En algunos lugares los floristas pueden repartir ramos de flores y en otros los campos de golf pueden permanecer abiertos. En Nueva York, aunque se prohíbe hacer ejercicio en gimnasios y comer dentro de restaurantes, incluso si se cuida el distanciamiento social y se usan máscaras, las tiendas que venden alcohol permanecen abiertas.

¿Qué es realmente "esencial"? Esta es una pregunta importante que debemos responder durante los días previos a Rosh HaShaná y Iom Kipur.

La mejor respuesta que escuché es que lo más esencial en la vida es ser suficientemente sabio como para saber qué es verdaderamente esencial. Y éste es el principal propósito de las Altas Fiestas.

A lo largo del año nos pasamos los días buscando cosas que realmente no tienen ningún valor ni significado. Pero una vez al año llega un momento en el cual nos bajamos de la rueda de la rutina de nuestra vida para detenernos y pensar. Mientras los gobiernos están ocupados tratando de resolver el significado real de lo que es esencial, el judaísmo nos proporcionó la respuesta más poderosa y profunda a través de una ley judía.

El judaísmo nos ordena innumerables bendiciones. De acuerdo con el Talmud, cada judío debe recitar por lo menos cien bendiciones diarias. Sí, Tevie, hay una bendición por una máquina de coser e incluso una bendición por el zar. Pero casi todas esas bendiciones son de origen rabínico. Ellas no tienen ninguna fuente en la Torá, sino que surgieron del deseo sincero de los Sabios de expresar su amor por Dios y sincero agradecimiento por las numerosas bondades que Él nos da. Sin embargo, hay dos bendiciones que tienen origen en la Torá misma y en consecuencia tienen la fuerza de los mandamientos bíblicos.

Hay dos, y sólo dos, aspectos esenciales en nuestras vidas.

La primera bendición es el 'Agradecimiento después de las comidas' (Birkat HaMazón). La segunda es el mandamiento diario de bendecir a Dios por habernos entregado la Torá. ¿Cuál es la conexión entre estas dos bendiciones? La primera, la bendición por el alimento, pone en palabras el agradecimiento que le debemos a Dios por mantenernos físicamente y darnos vida. La segunda nos recuerda expresar gratitud por nutrir nuestras almas y darnos una razón para vivir.

En Génesis, la creación del hombre se describe como una dualidad de dos fuentes. Fuimos creados del polvo de la tierra. Esa es la clave para nuestros cuerpos. Pero cuerpos sin almas no son nada más que cadáveres. La vida surgió cuando Dios insufló en la nariz de Adam parte de Su espíritu Divino. Fue entonces cuando fuimos creados a "imagen de Dios". En Rosh HaShaná conmemoramos esta singularidad tocando el shofar, lo que replica ese momento en que nuestros cuerpos se unieron con una parte de la Divinidad. Dios y Su aliento entró a nuestro ser.

El idioma español registra de forma muy bella este momento histórico. En latín, aliento se dice spiritus. Estamos vivos mientras el alma permanece en nuestro interior. El aliento del shofar de Dios nos hizo humanos. Morir es expirar; ese es el momento en que el espíritu de Dios, Su aliento, nos deja.

Cuando nuestros cuerpos toman conciencia de nuestra espiritualidad, de la presencia de Dios en nuestro ser, nos sentimos inspirados. Nuestras almas sienten la presencia de Dios. Cuando Dios decide que ya hemos cumplido nuestro propósito en la vida o que ya no estamos inspirados para hacerlo, Su decreto es que expiremos, que le devolvamos Su aliento.

Las dos bendiciones bíblicas se refieren a dos aspectos esenciales de nuestra vida. Tanto nuestro cuerpo como nuestra alma necesitan nutrición y sustento. Nuestro cuerpo necesita alimento. Nadie puede negar que eso es esencial para la vida. Pero también nuestra alma requiere algo igualmente importante. Tal como comemos tres veces al día, también rezamos la misma cantidad de veces. La comida llena nuestros estómagos; la Torá satisface nuestras almas.

En los últimos meses llegamos a reconocer más que nunca el verdadero significado de la necesidad. Tuvimos que vivir sin muchas cosas y, afortunadamente, la mayoría hemos sobrevivido. Al llegar a las Altas Fiestas necesitamos reevaluar nuestras prioridades y rezar con todo el corazón por las dos bendiciones bíblicas que mejor nos definen. Somos cuerpos, pero también somos almas, y tenemos que bendecir a Dios por darnos la oportunidad de satisfacer las necesidades realmente "esenciales" de ambos.
 

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