Seis preguntas famosas de la Torá

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Seis preguntas que siguen siendo tan verdaderas como cuando fueron formuladas por primera vez.

Aunque toda la Torá es significativa y relevante, algunas líneas nos impresionan por su fuerza y su actualidad. A mí, por lo general lo que me habla de forma más directa son las preguntas de la Torá. Aquí hay seis preguntas que me resultan especialmente profundas.

 

1. Y Hashem Dios llamó a Adam y le dijo: “¿Dónde estás?” (Génesis 3:9)

Esta, la primera pregunta de la Torá, quizás es la más fuerte. Después de que Adam y Javá comieron del Árbol del Conocimiento, Dios fue a “buscarlos”. ¿Acaso un Dios omnisciente realmente tiene que preguntarle a Adam en dónde está?

Obviamente Dios sabía dónde estaban físicamente Adam y Javá. Pero su pregunta era mucho más profunda: ¿Dónde están realmente? Obsérvense honestamente. ¿Allí es donde quieren estar en la vida? ¿Están desarrollando su potencial? ¿O se están subestimando? Esta es una pregunta que debemos volver a formularnos constantemente a lo largo de nuestra vida.

 

2. Y Dios le dijo a Caín: “¿Dónde está tu hermano Ével?” (Génesis 4:9)

No puede haber una actitud menos judía que “ese no es mi problema”.

En claro contraste con la conocida respuesta de Caín, sí, somos responsables de nuestros hermanos. Debemos saber cómo le va a nuestro prójimo; debemos preocuparnos. Si mi hermano o mi hermana sufren, ya sea en la puerta del frente o en el otro rincón del mundo, debe importarme. No puede haber una actitud menos judía que “ese no es mi problema”.

 

3. ¿Acaso el Juez de toda la tierra no hará justicia? (Génesis 18:25)

Cuando Abraham le suplicó a Dios que perdonara a la malvada ciudad de Sodoma, lo desafió con esta pregunta. Seguro, en Sodoma había personas malvadas, ¿pero acaso era posible que no hubiesa personas buenas que no merecieran la destrucción? Abraham, con su profunda creencia en la justicia perfecta de Dios, no podía soportar que el mundo fuera juzgado con tanta dureza. Y no podía seguir viviendo callado en un mundo que no podía entender. Tenía que hablar.

Pero Sodoma era irremediablemente malvada y ninguna súplica de Abraham podía alterar esa realidad.

 

4. Yo soy Iosef. ¿Mi padre aún vive? (Génesis 45:3)

Esta es la primera pregunta que Iosef formuló a sus hermanos tras revelarles su identidad. ¿Acaso Iosef no sabía ya la respuesta? Ya les había formulado esa misma pregunta antes y le respondieron afirmativamente. (43:27-28).

 

El Midrash considera que esta pregunta es un reproche: “¿Mi padre sigue vivo a pesar de todo lo que le hicieron pasar durante todos estos años?” Los hermanos podían sentir que estaban justificados al condenar a Iosef a la esclavitud, ¿pero habían considerado realmente las ramificaciones de sus actos? ¿Habían comprendido cuánto dolor provocó su decisión a su anciano padre, cuántos años él sufriría por su culpa? Dios no nos juzga sólo por nuestro comportamiento personal, sino por todo lo que se desprende del mismo y cómo impacta a quienes nos rodean.

 

5. Moshé dijo: “Me apartaré ahora y contemplaré esta gran visión. ¿Por qué la zarza no se quema?” (Éxodo 3:3)

Esta fue la reacción de Moshé cuando vio la zarza ardiente. Moshé vio algo raro y fue a investigarlo.

 

¿Cuántas veces vemos algo extraño y simplemente encogemos los hombros y seguimos adelante?

¿Acaso el acto de Moshé fue tan extraordinario? Sí, lo fue. ¿Cuántas veces vemos algo extraño y simplemente encogemos los hombros y seguimos adelante? Podemos ver la milagrosa intervención de Dios en el mundo o podemos notar un rostro infeliz. ¿Pero nos detenemos a hacer algo al respecto o simplemente seguimos ocupados con nuestra propia vida?

Dios no llamó a Moshé desde la zarza ardiente. Él esperó a ver la reacción de Moshé. Sólo después de que Moshé se diera vuelta Dios lo llamó y le encomendó su misión cósmica.

 

6. ¿Qué es lo que te pide Dios excepto que le temas? (Deuteronomio 10:12)

Moshé les dijo esto a los hijos de Israel en sus palabras de reproche al fin de sus días. ¿Piensas que la religión es demasiado difícil y demandante? ¿Tienes miedo de comenzar? En definitiva Dios sólo nos pide una cosa: que Él nos importe. Vivir con la realidad de la presencia de Dios. Él nos ama y nos cuida, pero insiste en que vivamos de acuerdo con nuestro potencial. No podemos ocultarnos de Él. Si vivimos teniendo consciencia de esto, todo lo demás sigue de forma natural.

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