¡Sherry!

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¿Cuál es el secreto de su grandeza?

Muchas mujeres consideraban a Sherry Dimarsky como su mejor amiga. Al enterarme de su muerte, lloré más copiosamente que por cualquier otra persona, excepto por mis padres, aunque había pasado en total menos de cinco horas en la presencia de Sherry. Un hombre que no era ni pariente ni amigo cercano escribió en el periódico The Chicago Tribune dos días después de la muerte de Sherry, "Mis lágrimas siguen cayendo".

¿Cuál fue la magia que hizo a Sherry Dimarsky tan querida y a su muerte tan abrumadora para 2.000 dolientes en el funeral?

Sherry nació en 1961 en Cleveland, Estados Unidos, de unos sobrevivientes polacos del Holocausto Naftali y Betty Berliner. Sus padres se destacaron por sus comprometidos actos de bondad, llevando con ellos a la pequeña Sherry a hospitales, hogares de ancianos, y varios grupos judíos. Ella aprendió desde joven de que se trataba la vida – o de que debería tratarse.

Sherry se desilusionó de la profesión legal y la dejó para salvar el mundo de una forma diferente.

Sherry tenía un intelecto incisivo. Varias personas la elogiaron como la mujer más inteligente que conocieron. Ella estaba determinada a utilizar su aptitud para ayudar a los oprimidos. Luego de graduarse de la escuela de derecho de Northwestern, obtuvo un empleo como abogada para una organización que trabajaba gratuitamente para los pobres. Sherry, sin embargo, se desilusionó de la profesión legal, la cual ella llamaba "inmoral". Luego de tan sólo dos años, la dejó para salvar el mundo de una forma diferente. Se convirtió en una de las fundadoras y en la directora de tiempo completo de "Shalva" en Chicago, una organización que ayuda a mujeres judías que sufren de abuso doméstico.

Mientras tanto, se casó con Eliézer Dimarsky, un inmigrante ruso que había estudiado en la ilustre Yeshivá de Telze. A pesar de que Eliézer tenía el título de rabino, él trabajaba como programador de computadores. La pareja tuvo cuatro hijos: Yehoshua Berel, Abraham Iaacov, Shmuel Leib, y Meir Yehuda, quien tiene ahora diez años.

En mayo de 1998, el Rabino Dimarsky comenzó a dar una clase de judaísmo a un pequeño grupo de inmigrantes rusos que sabían poco acerca de su judaísmo. Su silenciosa pureza, ayudada por el dinamismo de Sherry, atrajo a un creciente círculo de estudiantes. Grez Burd, un joven que emigró de Rusia con su familia cuando era un niño, describió la calidez especial de la casa de la familia Dimarsky:

Estaba sentado en la sinagoga local para la tercera comida de Shabat y conocí a un tipo agradable sentado a mi lado llamado Eliézer Dimarsky. Conversamos un rato y luego nos separamos. Unos días más tarde recibí una llamada inesperada, "Hola, mi nombre es Sherry Dimarsky. Tú no me conoces, pero conociste a mi marido en la sinagoga hace unos días. ¿Quieres venir a casa para Shabat?" Fui a su casa y comencé mi relación con la familia Dimarsky. Ellos se convirtieron en lo más cercano a una familia que tuve aparte de mis padres.

La gente no tiene idea de lo que significaba realmente cuando golpeaban a la puerta de la casa de los Dimarsky el viernes por la noche y Sherry decía "PASEN". Eso es REALMENTE lo que ella quería decir, significando: entren a nuestra casa, compartan con nuestra familia, acérquense tanto como puedan, estén preparados para abrir sus corazones, contribuir, que les encontremos un shiduj, para una lluvia de ideas acerca de cómo ayudar al pueblo judío y a ti mismo, sobre como entregar, como llorar. "PASEN" significaba que casi no habían limites. ¡¡¡Y todo esto mientras tenia que arrastrar por todos lados un cable de oxigeno!!!

Mi relación con Sherry se extendió a una red más grande, a mis padres, hermanas, abuela, sus amigos y así. El número de personas que se sentían cercanos a ella, afectados por ella, que sabían que ella siempre tendría tiempo para ellos, que sentían como si ella los estuviera cuidando, es irracional en relación a la cantidad de horas por semana que una persona normal dispone, mucho menos para alguien que tenía severos problemas de salud.

Para noviembre, los Dimarsky habían fundado la 'Congregación de Judíos Rusos de Chicago', unos 2.000 judíos rusos la consideran actualmente su hogar espiritual. Una rama de esta congregación es una activa escuela hebrea de 140 niños que realmente atrae a sus pupilos más que repelerlos.

Sin Aliento

Sherry tenía 36 años cuando se quedó sin aliento. Fue diagnosticada con Sarcoidosis, una condición incurable que produce bultos y costras en los pulmones. Mientras que la Sarcoidosis a menudo se va por si misma, en el caso de Sherry empeoró progresivamente. Pronto, ella estaba conectada tiempo completo a un tanque de oxigeno, y estaba en la lista para recibir un trasplante de pulmón.

"Alguien está pisando mi tubo. No puedo respirar"

Ella se negó a dejar que su enfermedad dictara los parámetros de su vida. Instaló un gran tanque de oxigeno en una locación central de su casa, para poder moverse libremente mientras estaba conectada a un largo tubo. Ella tenía típicamente 15 invitados para shabat en cada cena. En medio de todo el barullo, los invitados no notaban que Sherry, ocupada sirviendo la cena, estaba incapacitada, hasta que ella decía: "Alguien esta pisando mi tubo. No puedo respirar".

El Rabino Levitansky de la Yeshivá Telze recuerda a Eliézer Dimarsky preguntándole: "Sherry está conectada al tubo de oxigeno, y tenemos una fiesta de Purim muy pronto... ¿Cómo lo hacemos?". El Rabino Levitansky pensó que se refería a una pequeña reunión en la casa. "¡No!", explicó Eliézer. "Arrendamos una salón y vendrán 500 personas". El Rabino Levitansky concluyó diciendo: "La pregunta nunca fue "¿Debemos hacerlo?" sino, "¿Cómo lo hacemos?"

Uno de los lemas de Sherry era: "¿Cuál es la sheelá (pregunta)?" Significaba que 'no hay pregunta'. ¿Ir a un Bar Mitzvá cuando apenas podía respirar? ¿Dar una donación cuando no tenía dinero? "¿Cuál es la sheelá?"

Ella visitaba amigos, usualmente menos enfermos que ella, en el hospital, "caminando lentamente y cargando su tanque".

Una amiga recuerda:

Justo antes de que empezara Purim de 1999, fui diagnosticada con cáncer de ovarios; pasé una cirugía y comencé la primera ronda de tratamientos de quimioterapia.

Yo estaba reacia a salir a cualquier parte pero Sherry me convenció – a la cansada y temerosa de mí a quien le faltaba un impulso para ponerse de pie – de ir con ella. Me llevó al Centro de Bienestar de Cáncer. A pesar de estar atada a un tanque de oxigeno y teniendo que regresar a casa por sus cuatro hijos, Sherry me pasó a buscar. Sin su ánimo nunca me habría beneficiado de todo el apoyo, la información y los nuevos amigos que el Centro de Bienestar ofrecía.

Woody Allen dijo que el 90% de la vida se trata de aparecer en la escena. Y eso es sin un tanque de oxigeno. La opción de Sherry de "aparecer" fue más allá de sus limitaciones físicas y financieras. Débora, una mujer joven que compartió con los Dimarsky durante dos años, se comprometió. Ella planeaba casarse en Chicago en ocho semanas, pero repentinamente, cinco semanas después del compromiso, la pareja decidió casarse a la semana siguiente en Lakewood, Nueva Jersey.

Un lunes por la noche Sherry me sentó en la cocina. "Débora", me dijo, "si alguien sabe de la situación financiera en esta casa, eres tú. Simplemente no podemos pagar un viaje a Lakewood en este momento. Lo siento". Le dije que entendía, y así era. No podía esperar que todos se subieran a un avión solamente porque nosotros cambiamos la locación de la boda. Pero eso no era suficiente para Sherry. Hay una foto mía tomada antes de la jupa. Cada persona que la ve quiere saber que ocurrió. Me veo muy conmocionada. Lo estaba. Sherry había recién entrado por la puerta de atrás. Ella me dijo que no podía dejar que me casara y no estar presente.

Un Segundo Aire

El aliento – y el tiempo – se estaban acabando para Sherry.

El aliento – y el tiempo – se estaban acabando para Sherry. Para el verano del 2004, ella estaba utilizando la máxima cantidad de oxigeno permitida afuera de un hospital. No era suficiente. A pesar de que estaba al principio de la lista para un trasplante, si ingresaba al hospital su nombre sería borrado de la lista. Los pacientes de pulmón hospitalizados no califican para trasplantes.

Los Dimarsky esperaron tanto como fue posible. La hospitalización era una sentencia de muerte. Finalmente, sin embargo, un sábado por la noche, Sherry se rindió. Ella dijo que no tenía más fuerzas para luchar por oxígeno.

Temprano a la mañana siguiente sonó el teléfono. "Es Shelly de Loyola", anunció una voz. "Tenemos un pulmón. ¿Lo quieres?"

"¡Gracias a Dios!, ¡lo quería!", escribió una eufórica Sherry más tarde. "¡Lo tengo!, ¡lo tengo! La vida es totalmente, indescriptiblemente, maravillosa, el máximo regalo".

Sherry estaba como si hubiera nacido de nuevo. Ella envió un correo electrónico a todos sus amigos:

Escribo con un corazón lleno de alegría y ojos llenos de lágrimas para decirles, a todos y cada uno de ustedes, que estoy viva, contenta de estar viva, contentísima de estar viva, y agradecida de estar viva. Para aquellos que aún no fueron notificados, y para aquellos que sí recibieron la noticia, me fue entregado un segundo regalo de vida hace solamente dos semanas con un trasplante de pulmón izquierdo en el Centro Medico Loyola aquí en Chicago. Gracias a Dios la cirugía se llevó a cabo sin problemas, la recuperación está avanzando, y estoy abrazando nuevamente a la vida con una alegría que no puedo describir.

Antes de Purim 2005, ella le escribió a un conocido:

No se si Shirah te dijo, pero recientemente experimenté un milagro personal, el regalo de la vida en la forma de un trasplante de pulmón en agosto pasado. Había estado gravemente enferma con esta odiosa enfermedad de pulmón durante más de 8 años, y he sido totalmente renovada con el trasplante. Gracias a Dios, estoy de vuelta, corriendo tan rápidamente como puedo para alcanzar el ritmo de mis cuatro hijos, mi esposo (Eliézer), y nuestra vida, la cual tiene muchas bendiciones. ¿Por qué menciono todo esto? Bueno, es la temporada de milagros, pero realmente lo menciono porque una de las ideas que estoy barajando es cómo hacer para llevarnos a mi y a los chicos a Israel este verano (sino antes). Al haber estado tan cerca de no estar más aquí, vivo con un profundo deseo de HACERLO HOY MISMO, sea lo que sea. La más importante de todo es llevar a los niños (y a E) de regreso a casa, a Israel. E y yo estuvimos ahí hace 5 años (antes de que yo quedara imposibilitada de viajar), y estoy ansiosa por regresar lo antes posible. El único problema es que estamos profundamente impedidos económicamente, y vergonzosamente quebrados, así que tendremos que ser muy creativos para lograr que esto pase.

Ella logró que pasara. En agosto de 2006, toda la familia Dimarsky viajó a Israel. Sherry habló libremente acerca de cuanto anhelaba vivir en Israel y soñaba con hacer Aliá. Su sueño se cumpliría el 9 de enero de 2008, cuando encontró su lugar de descanso eterno en el cementerio Har Menujot en Jerusalem.

Durante dos y medio frenéticos años, el cuerpo de Sherry aceptó el nuevo pulmón. Luego, a principios del 2007, a pesar de una gran cantidad de medicamentos anti-rechazo, su cuerpo comenzó a rechazar el pulmón.

Sus correos electrónicos durante ese período revelan a una mujer que trabajaba implacablemente en si misma, luchando por vivir mejor incluso mientras se estaba muriendo. A una amiga le escribió:

En cuanto a mejorar mis pensamientos acerca de las personas, me di cuenta que estaba pensando mal de las personas mientras estaba sentada en un estacionamiento esperando a mis hijos. Así que, decidí encontrar algo agradable que pensar acerca de cada una de las personas que pasaba por la puerta. En vez de pensar, "Uy, ese tipo tiene una barriga enorme y realmente necesita deshacerse de ese peluquín" me di cuenta de que tenía atrás de él a su no tan fea hija adolescente, y que se estaba riendo con ella. "Que amable y amoroso padre", pensé. Y así. Fue increíble. Ni siquiera me importó esperar tanto, y a veces tenía que ser realmente creativa para pensar en algo agradable. Fue un buen desafío, me puso en un ánimo tan positivo, y me sentí más tierna hacia todos, incluso hacia mí. Muy bien equipo.

En Sus Propias Palabras

Sherry confesó sus pensamientos y sentimientos más profundos a través de un correo electrónico a las personas de la Asociación de Trasplantes de Pulmón, todos ellos habían pasado por un trasplante de pulmón.

13 de abril de 2007

Debido a mi rápido descenso, mi diagnostico no es bueno, y estoy en el medio de exámenes para ver si soy candidata para un re-trasplante... así que ahora tengo mi trabajo limitado.

Decir que ha sido un desafío para mí – emocionalmente, espiritualmente, y físicamente – es poco. He pasado una gran cantidad de tiempo aumentando mi confianza en Dios, contando mis innumerables bendiciones, y cultivando mi entendimiento acerca de que todo esto es bueno, sea obvio o no. Eso no significa que no estoy ni triste ni asustada – tengo esos momentos también. Apreciaría profundamente sus rezos, y cualquier aliento que pudieran darme. El apoyo de mi marido e hijos es simplemente increíble, tanto como lo es su habilidad de ayudarme a vivir completamente cada día. Lo mismo por mi comunidad y amigos. Sé que todo este amor, y todos estos rezos, serán la red que ayudará a mantenerme en el aire mientras el camino continúa.

Así que, nuevamente gracias a todos. Una vez más, nosotros que hemos pasado por un transplante de pulmón hemos demostrado que, aunque nuestros pulmones puedan ser o no ser tan buenos, ¡nuestros corazones son magníficos!

12 de junio de 2007

Solamente un pequeña nota para todos en la tierra del 'segundo aliento', recibí hace poco noticia de que estoy en la lista para ser re-trasplantada, esta vez en la Universidad de Chicago... Ahora que mis esfuerzos médicos están enfocados y que el camino está claro, es momento de hacer un trabajo grande en mis esfuerzos espirituales, los cuales nunca terminan. ¡Gracias a Dios por la oportunidad de hacer este trabajo!

4 de julio de 2007

Hace algunos meses atrás cuando recibí el duro golpe de ser diagnosticada con rechazo crónico, me encontré instintivamente necesitando enfrentar lo inevitable de la muerte (¡después de 120 años por favor!), y mi miedo de la misma. Al leer el libro [Life after Life], y unos cuantos otros que tratan sobre el tema, me sentí extraordinariamente consolada. No quiero decir que estoy ansiosa de morir; cada momento de vida es un regalo que no puede ser sobrevalorado. Sin embargo, leer estas explicaciones me ayudó a dominar mi miedo de la transición, y me permitió volver a evaluar del todo mi propósito aquí en la tierra.

"Es el tiempo que tienes el que importa, no el tiempo que no tienes".

7 de julio de 2007

Hay tantas lecciones que espero haber aprendido en este camino, y una de las más finas es abrazar mi vida y darle lo mejor de mí con todos los regalos y herramientas que aún poseo. Me recuerda otro dicho que me ha ayudado a seguir adelante: "Es el tiempo que tienes el que importa, no el tiempo que no tienes".

Que todos podamos encontrar alegría en cada momento – es siempre una elección fijarse en lo bueno – y resistir el cinismo.

15 de julio de 2007

La pregunta es si alguno de nosotros "NO" ha experimentado esta absorbente y completa fatiga. Es profunda hasta los huesos, no negociable, escurridiza y sin embargo siempre presente. Aún siento esto muchas muchas muchas veces al día. A veces intento luchar contra ella y abrirme camino, pero usualmente, a pesar de todo lo que intento, la fatiga es más grande que yo. No es somnolencia, es AGOTAMIENTO. Durante esos momentos intento recordarme a mi misma que yo estoy trabajando mas duro solamente para estar viva de lo que la mayoría de las personas trabaja toda su vida solamente mientras hacen "cosas". El sólo mantenerse vivo es absorbente. Inhala, exhala. Y de nuevo. De nuevo.

Cuando sí tienes energía, puedes usarla como quieras. Considérala un gran regalo, e intenta recordar eso después del trasplante, cuando uno inevitablemente comienza a darla por sentado. Otra idea: puedes usar esos momentos para rezar – por ti, por otros, por paz, por esperanza. Incluso por la habilidad de poder rezar mejor. Puedes hacer una contabilidad espiritual, hacer una lista de gratitud en tu cabeza, bendecir a otras personas en tu mente (o incluso en voz alta), pensar acerca de la inmensa cantidad de sufrimiento que hay en este mundo y la inmensa cantidad de bondad, y aprender todas las lecciones que puedas. Muy a menudo yo (una habladora excesiva) no puedo hablar del todo, incluso para decir sí o no a una simple pregunta. Es demasiado difícil. Pero en mi interior puedo sentirme agradecida de que mi esposo/hijos/amigos/estudiantes entienden, puedo sonreír (débilmente, pero cuenta), puedo apoyar mi cabeza para un mejor momento.

Esto también es vivir.

11 de noviembre de 2007

...me siento como si estuviera pegándole a una pared. Estoy aquí sentada en la cima de la lista de espera para mi re-trasplante. Mi resistencia está muuuuy baja. Apenas puedo caminar por la habitación (con oxigeno) sin sufrir un ataque de pánico, o queriendo colapsar. No puedo ejercitarme, tengo miedo de salir sola. Me estoy deprimiendo, perdiendo la esperanza, y sintiendo como si me estuviera cayendo a un hoyo negro. No tengo excusas: mi tiempo es más que nada para mí, incluso mi casa está limpia (para variar), técnicamente estoy a salvo, pero no puedo funcionar. Voy a la clínica el martes y hablaré con los doctores, etc., pero estoy asustada y necesito su apoyo y rezos urgentemente. Es mucho más difícil esta vez de lo que fue la vez anterior – físicamente más difícil, emocionalmente más difícil, espiritualmente más difícil. Me siento tan sola, tan desconectada, tan deprimida, tan desinteresada en todo. A donde quiera que vaya, en donde quiera que me siente, cuando estoy en cama, fuera de la cama, estoy insatisfecha e incómoda. Me siento como si mi pecho estuviera lleno de flema (lo está), como si mis piernas y brazos se estuvieran atrofiando (están realmente muy débiles), como si mi mente estuviera apagada, mi esperanza limitada.

¿Alguna idea amigos?

13 de noviembre de 2007

Hola a todos. Quiero escribir para agradecer a muchos de ustedes por responder con tanto amor y sabiduría a mi llamado de ayuda.

Fueron todos tan comprensivos, como sólo un compañero de viaje puede serlo. Me hizo toda una diferencia. Tomé muchas de las ideas que compartieron conmigo, además de unas cuantas propias, y comencé a hacer algunos cambios críticos. También me di cuenta que una vez que estaba dando mis pequeños pasos de cambio, otras cosas comenzaron a ordenarse, nuevamente de pedacito en pedacito, pero avanzando.

La depresión se ha levantado, a pesar de que fue un proceso lento pero seguro, muy extraño para mí.

Otra amiga vino para arrastrar mis tubos de oxígeno al auto, y luego manejamos hacia la tienda de comestibles, en donde me ayudó a descargar todo, estacionó el auto, me ayudó a conseguir uno de esos carros eléctricos (admitámoslo: son entretenidos) y me ayudó a levantar las cosas más pesadas, y a llevar las compras (y a mi) al auto. Luego ella me ayudó a entrar a mi casa (no es fácil, e implica medio piso de escalones hacia arriba), y fue tremendamente reconfortante. Compartió conmigo algunas de sus propias luchas tanto con la epilepsia como con la infertilidad, y me recordó que ninguno de nosotros se va de este mundo intacto. Me ayudó a recordar mis bendiciones, al menos algunas de las millones que me han sido dadas.

Incluso arreglé para usar mi tiempo temprano esta mañana para preparar un regalo para mis hijos y para decir algunos rezos (un regalo para mí).

En resumen, las cosas están mejorando.

13 de diciembre de 2007

Ah, la pregunta de 64 billones de dólares. Todavía no estamos seguros de que es lo que causa el rechazo crónico/BOS, y es probablemente una gran cantidad de factores, incluyendo infección (de un tipo o de otro), reflujo, o muchas otras cosas. En conclusión: al parecer no controlamos la duración de nuestros días o nuestros años. Nuestra influencia está en que es lo que hacemos con lo que nos es dado. Sueña en grande, vive en grande, ten esperanzas enormes (no existe algo como la falsa esperanza), y siéntete agradecido cada día.

14 de diciembre de 2007

¿Estoy usando este día lo mejor que puedo? Es un regalo de valor infinito que no regresa. Hoy. Este momento. Ahora.

Las alegrías de la vida post transplante pueden desafiar la descripción. Los temores de la vida post transplante pueden también desafiar la descripción. Caramba, la vida diaria, transplante o no, puede desafiar la descripción.

Aguanten.

Deseándoles suficiente gratitud para abrir sus ojos a la belleza, y suficiente amor para compartir el camino con otros. Ay, casi me olvidaba: deseándole a todos y a cada uno de nosotros una completa, rápida y gentil recuperación. Yo, estoy aquí afirmándome con mis uñas (y son bastante cortas).

Tres semanas más tarde, Sherry no pudo aguantar más. Esta vez no hubo ninguna llamada telefónica milagrosa. Ella que tanto había valorado cada día de vida se quedó sin días. Ella que había creído obstinadamente en la esperanza se quedó sin esperanza. Sin embargo ella que había creído firmemente en la gratitud, incluso en su lecho de muerte encontró algo por lo que estar agradecida. Ella miró hacia el cielo y recitó la bendición de agradecimiento a Dios por haberla creado judía. Esas fueron sus últimas palabras. Ella tenía 46 años.

En el entierro de Sherry en Jerusalem, Menashe Elkin, quien había conocido a los Dimarsky en Chicago, se acercó al hijo de 15 años de Sherry, Aiyi (Abraham Iaacov), para expresar sus condolencias. El muchacho lo sorprendió al afirmar lo afortunado que él era. Menashe no podía creer que un niño parado frente a la tumba de su madre pudiera considerarse afortunado. "¿Por qué? ¿A que te refieres?"

Aiyi respondió que mucha gente pierde a sus padres en muertes súbitas, sin tiempo para prepararse. "A pesar de que nuestra madre estaba enferma", explicó Aiyi, "tuvimos muchos años para estar con ella".

Como había escrito Sherry, "Es el tiempo que tienes el que importa, no el tiempo que no tienes".

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