¿Qué es ser judío?

4 min de lectura

Una joven oriental me obligó a confrontar lo que significa ser judío.

"¿Qué esperas?", me preguntó mi novia oriental, algo confundida, mientras estábamos sentados mirándonos a los ojos en la privacidad de mi departamento. Durante semanas habíamos hablado sobre la idea de casarnos.

Me contuve. "Se supone que no debo casarme con una gentil", pensé. Sería una traición a mi familia, a mis ancestros, a mi tradición. Pero decirle eso sonaría racista.

Luego me di cuenta: a mí también me sonaría racista.

Fui criado con un judaísmo repleto de prejuicios y estereotipos negativos de la vida religiosa. Las pocas leyes que respetaba, como no comer cerdo, las respetaba por costumbre o tradición.

Al verme enfrentado a la antigua y fascinante tradición china, me vi desafiado a identificarme con mi judaísmo.

Como muchos de mis pares, yo tenía cierta afinidad con la cultura judía, pero eso era todo. Y al igual que muchos jóvenes judíos, en cierto punto de mi vida me comenzó a interesar la filosofía y la espiritualidad. En la universidad estudié marxismo, platonismo, socialismo, humanismo, feminismo. Quería saber si alguno de ellos era la clave para arreglar el mundo. Me sumergí en las enseñanzas del cristianismo y el budismo. Viajé al ártico y me quedé allá durante un mes, ansiando saborear un poquito de espiritualidad nativa.

En el proceso, me fui desilusionando con un "ismo" tras otro. Y el judaísmo es un "ismo" que jamás se me cruzó por la mente.

Hasta que conocí a Belinda.

Preguntas sobre matrimonio mixto

Al principio era exótico y excitante: estaba expandiendo mis horizontes. Pero pronto comenzaron a surgir la culpa y las dudas. ¿Acaso alguna de las prácticas budistas era considerada idolatría? ¿Importaba si nuestros futuros hijos comían cerdo y camarones, o mi incomodidad con esos temas era el resultado de años de condicionaamiento y culpa inducidos por mis padres, mi sinagoga y mi comunidad? Cualquiera fuera el caso, no podía simplemente chasquear mis dedos y hacer que mi infancia desapareciera.

Y eso no era todo: al verme enfrentado a una antigua, rica y fascinante tradición china sobre la cual no sabía nada, me vi desafiado a identificar qué cosas eran únicas y especiales en mi judaísmo.

Cuando te ves forzado a explicar y justificar tus creencias, valores o prácticas judías a una audiencia extraña, ocurre algo interesante: las conversaciones se vuelven muy estimulantes. Mi novia china me hacía preguntas sobre judaísmo para las que yo tenía que buscar respuestas donde fuera, y no sólo respuestas: las respuestas tenían que ser lo más satisfactorias posibles para que ella se interesara en el judaísmo. En el proceso de compartir mi legado con ella, yo descubrí más y más sobre los tesoros de mi religión. En un período de cuatro años pasé de no tener una mezuzá en mi casa a usar kipá, respetar Shabat y ponerme tefilín. ¡Quién lo hubiera imaginado!

Mientras tanto, Belinda también se sintió cada vez más atraída hacia los valores y las creencias judías (al tiempo que investigaba otras religiones), y llegó a apreciar la naturaleza divina de la Torá. Dado que los gentiles no están obligados a ser judíos para ameritar una porción en el mundo porvenir, su decisión de adoptar el judaísmo llegó después de meses de introspección, estudio y de sumergirse en la vida judía. Cuando se convirtió, ¡no pasó mucho hasta que le propuse matrimonio en un restaurante chino casher!

Pero no siempre las cosas resultan de esa manera. Salir con una persona no judía por lo general termina en un matrimonio mixto, en niños no judíos y en un mayor alejamiento de nuestro legado. En mi caso, gracias a Dios, ocurrió lo opuesto. ¿Qué fue lo que hizo la diferencia?

Judaísmo: ¿Cultura o significado?

La mayoría de los judíos no religiosos que salen de citas sólo con judíos, lo hacen por las expectativas que tienen sus familias y comunidades. O por el Holocausto. O por el antisemitismo. Pero esas razones son tenues y están manchadas con culpa. Muchas culturas ejercen presión para que sus integrantes se casen entre sí, pero, ¿por qué aceptarlo, especialmente en una sociedad tan multicultural?

Enamorarse puede pasar por encima de todas esas consideraciones. Y creo que esa es la clave: todo se reduce a la bifurcación del judaísmo entre quienes lo siguen como una religión (y por religión me refiero a un estilo de vida global y significativo, algo que uno considera real y verdadero), y quienes se identifican con él como una cultura.

En un estudio realizado sobre el estado del judaísmo en Estados Unidos se les pidió a los encuestados que identificaran qué elementos consideraban esenciales en su identidad judía. El 14% respondió que "comer alimentos tradicionales" y el 42% respondió que "tener un buen sentido del humor". Si eso es lo que significa el judaísmo para ellos, entonces no perderían mucho si se casaran con alguien no judío.

De la misma forma, Belinda y yo nos dimos cuenta de que culturalmente podríamos tomar lo mejor de ambos mundos. Podríamos celebrar Rosh HaShaná y el año nuevo chino. Podríamos comer bolas de matzá un día y won-ton otro. Podríamos contar chistes judíos y leer la sabiduría de Confucio. Ambos nos enriqueceríamos.

Para que dejen de haber matrimonios mixtos, los jóvenes judíos debemos identificarnos con un judaísmo que es relevante y significativo.

Pero si el judaísmo es más que sólo una tradición, si está construido sobre la revelación en Sinaí, cuando Dios le dio al pueblo judío Su Torá, el manual Divino de instrucciones para la vida, entonces las ramificaciones son muy diferentes. No es algo que pueda ignorarse fácilmente. Son mandamientos, no sugerencias, y la prohibición de casarse con un gentil está incluida en la Torá.

Cuando te identificas como un judío cultural, buscar diversidad en tus relaciones puede parecer tentador. Cuando te identificas como un judío religioso, los límites están definidos con más claridad.

Por lo tanto, para que dejen de haber matrimonios mixtos, los jóvenes judíos debemos identificarnos con un judaísmo que es relevante y significativo, y no relacionarnos con él simplemente como una cultura.

Descubriendo la importancia del judaísmo

Creo que salir con gentiles es un síntoma de un problema: la ignorancia judía. Mi experiencia de salir con gentiles me forzó a reestudiar, desaprender lo que creía que era la religión judía y reaprender con profundidad y autenticidad aquello que finalmente cambió mi vida como judío.

Creo que hoy en día gran parte de la educación judía debería consistir en “desaprender” lo que asumimos que es el judaísmo. ¿El judaísmo se trata de no comer cerdo por hábito o tradición, o hay que respetar las leyes de cashrut porque es uno de los mecanismos que estableció Dios para asegurar que continuemos siendo una nación sagrada? ¿La esencia del judaísmo es cultivar el sentido del humor, o es cultivar una relación con nuestro Creador?

En resumen, tenemos que distinguir entre el judaísmo auténtico de la Torá y su miríada de manifestaciones culturales.

Sólo así podremos apreciar lo que realmente significa ser judío.

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