¡Deja de criticarme!

3 min de lectura

Mi maestra siempre me expulsa de la clase por ser grosera.

Querida Lauren,

Siempre me expulsan de la clase por ser grosera. ¿Cómo puedo cambiar esto?

RESPUESTA DE LAUREN ROTH:

Esta es una pregunta fantástica porque es sumamente universal. Es similar a: "Mis padres siempre me mandan a mi habitación por ser grosera", "Mi maestra siempre me echa de la clase por ser grosera", "Mi esposa siempre se enoja conmigo por ser grosero", "Mis hermanos siempre me gritan por ser grosero".

La segunda parte de tu pregunta, "¿Cómo puedo cambiar esto?", implica una de dos cosas: (a) ¿Cómo puedo controlar mi temperamento para dejar de ser tan grosera? O, más probablemente, (b) ¿Por qué mi maestra / madre / padre / esposa / esposo / hermano / hermana son tan odiosos conmigo todo el tiempo y me llaman "grosera"? y ¿cómo puedo hacer que ellos dejen de ser tan ridículos?

Las otras personas están en nuestra vida para ayudarnos y brindarnos placer, amistad, etc., y a menudo están ahí para ayudarnos a crecer mostrándonos nuestros defectos. Sin maestras que nos echen de la clase, padres que nos envíen a nuestras habitaciones, parejas que nos regañen y hermanos que estén descontentos con nuestra conducta, ¿cómo reconoceríamos alguna vez nuestros errores? ¿Cómo sabríamos alguna vez en qué imperfecciones de nuestro carácter tenemos que trabajar?

Cuando recibo parejas en mi oficina, cuando escucho adolescentes en mi sillón de terapia quejándose de sus injustas maestras o cuando veo padres con sus hijos adolescentes, casi siempre se da que cada uno de los lados me asegura que el otro está siendo ridículo.

Por eso tengo un mejor plan para ti.

Cuando alguien te critique, ya sea tu maestra, tu padre, tu pareja, tu hermano, tu cliente, tu socio de negocios o tu jefe, pregúntales: "Por favor, cuéntame más sobre lo que hice que fue grosero. Quiero entender cómo puedo mejorar". Esto es el contrario a tu reacción normal de: "¡Nada que ver! ¡Yo NO fui grosero, imbécil! ¡TÚ eres el que está siendo grosero!".

Si validamos su punto de vista y mejoramos nuestro carácter aunque sea una pizca, entonces todos ganan.

Incluso si nuestra reacción ante la critica es de sorpresa, como: "¡¿Yo fui grosero?! No era para NADA mi intención ser grosero", esa actitud defensiva impide que validemos el punto de vista de la otra persona y evita que descubramos a través de ellos qué fue lo que percibieron como grosero. Nadie tiene un monopolio sobre "la verdad"; es difícil saber con certeza si realmente somos groseros o no. Pero si otra persona piensa que fuimos groseros, entonces, si validamos su punto de vista y al mismo tiempo mejoramos nuestro carácter aunque sea una pizca, todos saldrán ganando.

La conversación sería algo así:

Maestra: “Raquel, sal de mi clase. No puedo creer lo grosera que fuiste".

Raquel: (respetuosamente) "Sí señora".

Después de la clase, Raquel se acerca a la maestra y dice: "Quiero mejorar. Por favor cuénteme más sobre cómo fui grosera y así podré realmente trabajar para que no ocurra nuevamente".

O en el paradigma padre-hijo:

Padre: "Adam, ¡Vete a tu cuarto! ¡Fuiste grosero!".

Adam: (respetuosamente, mientras se va a su cuarto) "Quiero mejorar. Por favor cuéntame más sobre cómo fui grosero para poder trabajar sobre mí mismo".

O en la situación conyugal:

Esposa: "¡Eres tan grosero y ofensivo conmigo!".

Esposo: "Perdóname por haberte herido. Por favor cuéntame más sobre lo que hice mal para no hacerlo nuevamente".

En el escenario jefe-empleado:

Jefe: "¡Tu conducta fue grosera e impertinente!".

Empleado: "Por favor dígame más sobre lo que hice mal para poder arreglarlo".

Prácticamente podría asegurarte que la respuesta que obtendrás ante estas sinceras y humildes peticiones será una suavización por parte de la otra persona. Probablemente te sorprenderá lo rápido que desaparecerá su enojo. Cuando te digan más sobre por qué te percibieron como grosera, escucha con oídos honestos y abiertos. Asiente con la cabeza. Di cosas como, "Ya veo. Voy a trabajar en eso", y dilo de verdad.

No es fácil hacer esto, pero si puedes reunir la fuerza y probarlo entonces recibirás aportes invaluables sobre cómo son percibidas tus acciones por las personas que te rodean. Recibirás el excelente consejo sobre cómo puedes ser una mejor persona. Y debido a que las personas que se sienten escuchadas usualmente dejan de estar tan enojadas como estaban antes de que se sintieran escuchadas, la otra persona se ablandará y hará que tu vida sea mucho más agradable.

La pregunta es: ¿Eres lo suficientemente valiente como para intentarlo?

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