3 Formas de mejorar tu matrimonio por tu propia cuenta

4 min de lectura

Incluso si tu pareja no te ayuda, tú puedes fortalecer tu matrimonio.

Querida Slovie:

David y yo llevamos 11 años de casados. Tenemos tres niños, de 3, 6 y 9 años. Mi marido está atravesando dificultades financieras; la economía está muy mal y su compañía se vio afectada. David está bastante deprimido. Sí, ha ido a terapia, pero no he visto ninguna mejoría. Honestamente, en nuestras vidas siempre ha habido algo que lo enoje o que lo perturbe. Él suele culpar a sus padres por no haberlo hecho sentir suficientemente amado de niño.

Estoy tan cansada de escuchar sus quejas; me agobia. Mi hija de 9 años me dijo que no se quiere casar nunca, porque dice que ser una mami involucra demasiadas peleas. Esto me puso terriblemente triste.

Yo aún lo amo, aunque no lo creas. No quiero destruir mi hogar y convertirme en otra estadística, pero tampoco quiero sentir que vivo con esta energía negativa en mi vida. Mi esposo no está interesado en buscar formas para mejorar la situación.

¿Puedes ayudarme?


Esta carta refleja un problema que muchos matrimonios enfrentan. La mayoría de la gente está consciente de que la mitad de los matrimonios terminan en divorcio, ¿pero alguna vez te preguntaste si, en los matrimonios que perduran, los maridos y las esposas viven miserablemente?

Cuando una pareja se encuentra con una dificultad, muy a menudo es sólo uno de los dos el que quiere dialogar y buscar mejorar la relación. El otro se esconde como un avestruz, ignorando el hecho de que la creciente tensión podría llevar al matrimonio a su ruptura.

Después de varias discusiones y dolorosos silencios, muchas parejas se resignan a vivir en un estado de paz fría. Ya sea por el bien de los niños, por razones financieras o por no poder ver la vida de otra forma, el matrimonio se convierte en un problema crónico, como un dolor de espaldas que nunca se va.

Pero es posible que sólo uno de los dos integrantes de la pareja lleve energía positiva al matrimonio. Un estudio de cinco años de la Universidad de Denver, realizado sobre 300 parejas de larga duración, sugiere que los individuos que buscaron entrenamiento en habilidades para relacionarse mejor con la pareja vieron una mejoría tan grande en la relación como las parejas en las que ambos recibieron la capacitación. También es interesante notar que las mujeres aprendieron las habilidades para relacionarse mejor con la pareja con mayor facilidad que los hombres, y fueron más capaces de enseñárselas a sus parejas.

Por lo tanto, sí hay esperanza para uno de los integrantes de la pareja de lograr hacer un cambio incluso cuando el otro se resiste (por supuesto, no estamos hablando de un matrimonio en donde hay un engaño, abusos o un desequilibrio químico que necesita ayuda médica).

Aquí hay tres maneras en las que puedes mejorar tu matrimonio por tu cuenta.

1. Enfócate en el Presente.

Muchas veces discutimos sobre el pasado. Comenzamos hablando sobre algo que nos molesta ahora, pero luego volvemos en el tiempo. Traemos a la memoria incidentes que ocurrieron y que creíamos haber dejado en el pasado pero que ahora, de repente, son revividos.

Por ejemplo:

Estás enojada con tu esposo por haber perdido la reunión de padres de tu hijo. En lugar de hablar sobre su inasistencia de esta noche, recuerdas todas las reuniones de padre a las que no ha asistido en el pasado. Y luego, recuerdas la fiesta de Januca a la que llegó tarde, y la cena en casa de tu hermana hace cinco años. La discusión sube de tono; ahora están discutiendo sobre todas las heridas pasadas y has perdido el foco en el presente.

Estás enojado porque tu esposa gastó mucho con la tarjeta de crédito este mes. Comienzas la discusión diciéndole que jamás logra mantenerse dentro del presupuesto y que sus padres la malcriaron demasiado. Le dices que no aprecia el valor del dinero. Para cuando estás preparado para hablar sobre la cuenta, ya has perdido a tu esposa.

Esta es una forma insalubre de discutir los temas, y nunca llevará a una resolución.

Lo primero que debes hacer es reconocer tu rol en este patrón negativo y tratar de generar un cambio. Quizás tu pareja comete este mismo error, pero, ¿por qué habrías tú de envenenar más la atmósfera? Al menos de tu lado habrá una disminución en la negatividad – y esto solamente aportará a mejorar tu relación de pareja.

2. Cambia tú mismo y deja de intentar cambiar a tu pareja.

Pasamos demasiado tiempo pensando en cómo arreglar a la persona con la que vivimos, y no invertimos suficiente tiempo en pensar formas para hacernos más fuertes a nosotros mismos. Es hora de un nuevo enfoque.

Pese a que no puedes cambiar las acciones de tu pareja, sí puedes cambiar tu reacción.

No podemos culpar siempre a nuestra pareja por nuestra infelicidad. Si decidimos permanecer en un matrimonio, entonces no podemos pasarnos el día quejándonos. A menudo llamamos a amigos y familia y hablamos mal de nuestra pareja; insultar a tu pareja jamás traerá nada positivo. Necesitamos dejar de menospreciar y comenzar a elevarnos.

Cuando tu marido llega a casa de mal humor, no caigas en la trampa de ponerte tú también de mal humor. Sé que es más fácil decirlo que hacerlo, pero tú eres la única que puede decidir cómo sentirte, tanto en tu mente como en tu corazón. Toma el control de tus emociones; pon algo de música, sal a correr, escucha un buen shiur de Torá – encuentra algo que puedas hacer para mantenerte de buen humor y contenta.

Cuando tu esposa está irascible, no respondas con el mismo tono; de lo contrario, quedarás atrapado en un huracán de emociones y tu relación se irá por el drenaje. Cambia la forma en que respondes. Encuentra la manera de responder con calma sin perder tu dignidad. Establecerás un nuevo tono para la relación y estarás feliz con los resultados.

Puede que esto no solucione el problema, pero te hará sentir más en control, más fuerte y, en consecuencia, más confiado y feliz con quien eres.

3. Replantea.

En lugar de rezongar, concéntrate en lo que puedes solucionar.

Si tu marido no pasa suficiente tiempo con los niños por las noches, quizás los domingos a la mañana lo haga mejor.

Sientes que tu esposa trae el mismo tema 100 veces. Quizás, si le aseguraras que oyes sus preocupaciones y repites sus emociones, finalmente sienta que estás escuchando.

Debes recordar por qué te enamoraste en un inicio. ¿Cuáles son las características que te atrajeron a esta persona? Todo el mundo tiene algo bueno en lo que nos podemos concentrar, sólo que a veces, por nuestro enojo y nuestras heridas, no lo podemos ver.

Pese a que obviamente sería mejor si tanto el marido como la mujer trabajasen juntos en la relación, esto no significa que no tengamos el poder para hacer un cambio positivo por cuenta propia. Seremos más felices porque no esperaremos que los demás nos hagan felices; encontraremos la felicidad en nuestro interior.

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