Cuatro grandes regalos para el día del padre

2 min de lectura

Una carta abierta a mi papá,

Querido Papá:

Pensé comprarte otra taza u otro gorro que diga: “El mejor papá del mundo”, pero en verdad lo que quiero darte son algunos regalos del corazón, como los innumerables obsequios que tú me has dado durante todos estos años.

Tú me enseñaste cómo convertirme en una atleta al entrenarme para las competencias de las ligas pequeñas, jugando conmigo interminables partidos de tenis los domingos a la tarde y alentándome siempre a seguir esforzándome más allá de lo que percibía como mis propios límites. Tú me mostraste la belleza del mundo al llevarme a bucear por el fondo del océano y a viajar en bicicleta por las montañas. Tú me enseñaste a trabajar duro y mantenerme enfocada en mis metas y a creer en mí misma cuando nadie más lo hacía. Por eso, aquí que te entrego, junto con la taza de café, cuatro regalos para el día del padre.

1. Gratitud. Gracias por ser la clase de padre que estuvo dispuesto a ayudarme y acompañarme desde que tengo memoria. Gracias por escuchar mis historias interminables y por nutrir mi amor por la lectura, la escritura y el aprendizaje. Gracias por estar presente en cada uno de mis partidos y actuaciones escolares. Por saber los nombres de todos mis amigos y maestros. Por celebrar conmigo mis victorias y por animarme cuando estaba triste. Gracias por seguir siendo una fuente inagotable de apoyo y amor en mi vida. Por ser un abuelo maravilloso y un fantástico entrenador de carreras. Por esto y mucho más, gracias.

2. onorHonor. Quiero que sepas cuánto te admiro, no sólo por lo que has logrado en tu vida, sino por ser la clase de modelo que todo niño debería tener. Tu integridad, sabiduría y lealtad son un ejemplo para todos los que te rodean. Tus consejos y tu conocimiento para mí siguen siendo indispensables.

3. Optimismo. Ahora que tengo hijos adolescentes entiendo qué regalo es ser capaz de decirle con honestidad a tu padre que sabes que sin importar lo que ocurra, mañana habrá nuevas posibilidades y promesas. Tú me enseñaste a enfrentar con calma mis desafíos. Por esto te devuelvo de regalo esa sensación de optimismo que me das cuando hablo contigo sobre los obstáculos que encuentro, y quiero que sepas que tengo confianza en que podré sobrepasarlos. Que sé que en definitiva me volverán más fuerte y que enfrentar las cosas con una actitud positiva cambia todo. No sólo veo que el vaso está medio lleno, sino también que el vaso está.

4. Amor. El amor que siempre me has dado a mí y a mis hijos es valioso e incondicional. Es una gran bendición tener semejante fuente de amor en nuestras vidas. No hay ni un día en el cual piense que ese amor es algo obvio. Por eso quiero que sepas cuánto te amo y cuán agradecida estoy de ser tu hija.

Rav Israel Salanter dijo: “El carácter de una persona es su única posesión verdadera”. Para mí, tú eres la manifestación de estas palabras y me has enseñado a valorar los verdaderos regalos de la vida. Que podamos compartir juntos muchas más aventuras y carreras de padre-hija. ¡Feliz día del padre!

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