El niño frágil

4 min de lectura

Diez reglas indispensables para criar a un niño especialmente sensible y emocional.

Hay objetos frágiles por toda la casa: tenemos la lámpara, algunos floreros de cristal, ventanas y copas de vino. Estos objetos embellecen y realzan nuestros hogares, pero si no los tratamos con cuidado se quiebran o se rompen fácilmente.

En nuestros hogares también hay niños frágiles. Son almas delicadas. Por naturaleza son muy sensibles y altamente emocionales. Aparecen en muchas formas y tamaños: el solitario, el matón, el niño inseguro, el niño ansioso, el niño desagradable.

Estos niños no son malos o peligrosos ni tampoco son inferiores a los niños más resistentes. Ellos solamente son “frágiles” y los afecta mucho la forma en que se los trata. Ellos también embellecen a nuestra familia y dan realce a nuestras vidas.

Es importante tratar a todos nuestros hijos con mucha sensibilidad, cuidado y afecto, pero con un niño que es delicado, este trato no sólo es necesario sino crucial.

Los niños frágiles no tienen una etiqueta, pero los padres saben intuitivamente cuál de sus hijos requiere un trato especial. No queremos causarles daño ni queremos salir heridos en el proceso.

Tenemos que aprender cómo tratar a los niños frágiles que fueron confiados en nuestras manos, para que puedan crecer y convertirse en adultos bellos, felices y exitosos.

Propongo estos “10 mandamientos” que son fundamentales para tratar, educar y sacar a la luz lo mejor del niño frágil. Tu hijo delicado quiere y necesita que lo entiendas y estas ideas pueden ayudarte a lograrlo.

La mayoría de estas reglas se aplican a todos los niños, pero cuando se trata de niños delicados se vuelven especialmente críticas y han probado ser exitosas. Es importante aplicarlas en todo momento y en todas las situaciones.

1. No desafíes las emociones del niño

Aunque no se espera que camines en puntas de pie alrededor de tu hijo sensible, es vital que entiendas cuán sensible es. Cualquier expresión, gesto o afirmación que sea degradante, ofensiva o incluso “solamente” sarcástica, puede herirlo mucho. Lamentablemente también puede quebrar su confianza y crear mucho resentimiento que se mantendrá latente por años. Con un poco de planificación y paciencia, podemos encontrar formas creativas de decir casi cualquier cosa sin herir los sentimientos del otro.

2. No trivialices las preocupaciones, problemas, situaciones y “necesidades” del niño.

Tu hijo frágil necesita que tú valides sus preocupaciones.

Decir algo que trivialice lo que es importante para él puede herirlo y crear una falta de confianza. Validar e incluso justificar sus necesidades no significa que debas estar de acuerdo con el niño o que estés dispuesto a cumplir de inmediato sus deseos.

3. Nunca humilles a un niño

Nadie merece ser humillado nunca, pero un niño frágil necesita cuidado especial porque él se siente humillado rápidamente (a menudo, incluso cuando no existe la intención).

No hace falta decir que nunca se debería avergonzar a un niño intencionalmente. La expresión “morirse de vergüenza” es real: podemos sentir que nos morimos por dentro cuando alguien nos avergüenza. Esto es cierto incluso con las personas que no son frágiles, ¡cuánto más en el caso del niño sensible! Si dejar que algo pase “inadvertido” salvará al niño de ser humillado, a menudo es lo mejor que se puede hacer. ¡No te fijes en todo! Deja pasar algunas cosas.

4. No fuerces nada

Incluso cuando parece que la fuerza es tu única opción, abstente de usarla para conseguir que el niño sensible haga algo. Sin duda puedes forzar tu voluntad sobre el niño en ese momento, pero lo más seguro es que sea contraproducente. Este niño por lo general sentirá resentimiento por haber sido forzado y esa puede ser la razón por la cual en el futuro se negará o escogerá hacer exactamente lo contrario de lo que tú pediste o pensaste. Dedica tiempo a pensar formas para fomentar que este niño haga cosas voluntariamente, sin coerción.

5. Muestra constantemente respeto (¡no honor!) por tu hijo

Muéstrale a tu hijo que lo respetas. Puedes pedirle su opinión y, cuando sea posible, actúa de acuerdo con ella.

Nota cualquier logro, cualquier crecimiento, cualquier mejoría y festéjalo.

Respeta los límites y la privacidad del niño. El niño sensible ansía respeto y mientras más se lo puedas proveer, más sano será.

6. Haz que tu hijo se sienta importante, especial y necesitado.

Además de asegurarte de que tu hijo sienta que lo quieres y lo respetas, es importante hacerle saber que él es una parte muy especial e importante de tu vida. El niño frágil anhela sentirse importante. No esperes a que él lo pida. Hazle saber con absoluta certeza que sin él tu vida no estaría completa.

7. Escucha con atención

Tu hijo tiene mucho que compartir. Si en ese momento no puedes estar disponible para él, está bien ser honesto y claro al respecto. Sin embargo, asegúrate de decirle y arreglar un momento alternativo cuando podrás escucharlo por completo. Cuando escuches, tu expresión, lenguaje corporal y gestos deben expresar que estás completamente presente. Debes transmitir esto con palabras y expresiones: “Me interesa mucho lo que me cuentas”.

8. Demuestra tu apreciación

No es suficiente sentir apreciación, es crucial demostrarla, especialmente con el niño frágil. Este niño ansía tu reconocimiento y apreciación.

Tu gratitud y reconocimiento incluso de la cosa más pequeña fomentará más de lo mismo. Mientras más aprecies algo que él hace, más a menudo el niño repetirá voluntariamente la acción.

9. Dile cumplidos sinceros, apropiados y prudentes

Lo mejor es estimular la autoestima del niño sensible, y una de las mejores formas de hacerlo es con elogios. Sin embargo ten cuidado, porque ser demasiado directo y halagar al niño demasiado a menudo puede ser contraproducente. Él puede sentirse escéptico de tantos cumplidos generosos y no tomarlos en serio. En cambio, elogia una acción que el niño hizo, o comenta el acto positivo con una tercera persona cuando el niño te escuche. Eso puede ayudar a que el niño se sienta bien consigo mismo.

10. Cree en tu hijo

Es bastante probable que este niño frágil no crea en sí mismo. Por lo tanto, lo que tú sientes sobre tu hijo lo afectará con fuerza. Mientras más creas en tu hijo y más lo expreses, más sano será su ego. Reevalúa constantemente: ¿Cómo piensa tu hijo que tú lo ves? ¿Lo ves como un perdedor o un ganador? ¿Qué mensajes le transmites?

Cuando implementes estos 10 mandamientos, verás que tu hijo será más feliz y más sano y, en consecuencia, tendrá más posibilidades de desarrollar su potencial.

Con los niños en general y en especial con los niños sensibles, siempre hay situaciones difíciles. Si con frecuencia encuentras problemas, necesitarás adquirir habilidades adicionales para permitirle reafirmar su ego y también para implementar límites adecuados y fijar las consecuencias necesarias de una forma que no propicie una conducta todavía más rebelde.

Al educar a un niño sensible, estas reglas deben ser inmutables. Sólo entonces tú y tu hijo estarán en una posición ganadora y podrás educarlo con éxito.

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