Séder cabalístico de Tu BiShvat

15 min de lectura

En Tu BiShvat, puedes reflexionar, durante horas, sobre un mundo lleno de frutos.

* Material con derechos de autor, utilizado con permiso de 'A Person is Like a Tree: A Sourcebook for Tu B’Shvat', de Yitzhak Buxbaum (Jason Aronson Inc.)

1. Introducción

Tu BiShvat es el ‘año nuevo de los árboles’. Al igual que todos los otros momentos del calendario judío, Tu BiShvat ofrece una oportunidad única para aumentar nuestro entendimiento sobre la vida y el crecimiento personal. A lo largo de los siglos, los cabalistas han utilizado al árbol como una metáfora para entender la relación de Dios con el mundo espiritual y con el físico. Moshé Jaim Luzzatto, en su clásica obra del siglo XVIII, El camino de Dios, enseña que los mundos espirituales más elevados son ‘raíces’ que manifiestan su influencia a través de ‘ramas’ y ‘hojas’ en los mundos más bajos.

En el siglo XVI, los cabalistas de Tzfat compilaron un Séder de Tu BiShvat, similar al Séder de Pésaj. Este Séder te invita a disfrutar los frutos de los árboles —en particular los nativos de la Tierra de Israel— y a dialogar sobre las ideas filosóficas y cabalísticas asociadas al día. Entre otras cosas, el Séder es una forma excelente para apreciar el tesoro que, tan a menudo, damos por sentado, y para desarrollar una visión buena y generosa sobre el mundo que nos rodea.

El Séder presentado aquí está basado, principalmente, en la obra cabalística Jemdat yamim, y fue posteriormente publicado, por separado, bajo el título Pri etz hadar.

PREPARATIVOS

Para disfrutar esta experiencia en tu hogar, trata de preparar los ítems básicos mencionados a continuación. No te preocupes si no puedes conseguir todos, haz lo mejor que puedas. Dado que el orden y el contenido del Séder no sigue una ley judía en particular, hay mucho lugar para la flexibilidad y la creatividad.

Necesitas muchas frutas, incluyendo:

  1. Las siete especies por las que es alabada la Tierra de Israel:
    1. Higos
    2. Dátiles
    3. Granadas
    4. Aceitunas
    5. Uvas (o pasas de uvas)
    6. Trigo (en forma de pan, torta o cereal)
    7. Cebada (en forma de pan, torta o cereal)
  1. Varias nueces con la cáscara (nueces, almendras, pistachos, coco) y frutas con piel (naranjas, pomelos, palta).
  1. Otras frutas con semillas comestibles (por ejemplo, arándanos).
  1. Otras frutas con semillas no comestibles (por ejemplo, duraznos, cerezas).
  2. Vino o jugo de uva, tinto y blanco.
  3. Alcancía para colocar tzedaká, ‘caridad’.

Nota importante: dado que los insectos no son kósher, revisa tus frutas y asegúrate que no tengan insectos. Los insectos son particularmente comunes en los higos, los dátiles y los damascos secos. Para revisar, divide la fruta por la mitad y observa con cuidado antes de comer.

2. El Séder comienza

El que lidera el Séder pregunta:

¿Por qué celebramos el año nuevo de los árboles frutales en Tu BiShvat?

Todos dicen:

Porque el Templo Sagrado fue destruido, el pueblo judío ya no puede traer los ‘Primeros frutos’ (Bikurim) a Jerusalem. En Tu BiShvat, ofrecemos en su lugar el fruto de nuestros labios, alabando a Dios por todos los árboles frutales del mundo.

Un participante dice:

Tu BiShvat marca un nuevo período para separar diezmos, y una porción del diezmo se da a los pobres. Entonces:

Cuando una persona tiene el privilegio de comer en la presencia de Dios, debe mostrar su aprecio dando caridad a los pobres y alimentándolos, así como Dios en su generosidad lo alimenta a él (Zóhar, parashá Trumá).

En este punto, es apropiado pasar una “pushka” o alcancía para recolectar tzedaká. Después del Séder, el dinero debe ser donado a una buena causa.

Un participante dice:

La Mishná en el tratado de Rosh HaShaná dice que Tu BiShvat es el año nuevo para el ÁRBOL (en singular). Esta referencia a un árbol singular alude a ‘El Árbol’, el Árbol del Conocimiento del Bien y el Mal en el Jardín del Edén.

Y Dios dijo: “Que la tierra haga crecer césped, semillas que producen semillas, y árboles frutales que producen fruto de su especie”. ‘Árbol frutal’ se refiere al Árbol del Conocimiento del Bien y el Mal, que produce flores y fruto. ‘Que produce fruto’ es el tzadik, la base del mundo. ‘De su especie’ son todos los seres humanos que tienen el espíritu de santidad, que es la flor de ese árbol. Este es el pacto de santidad, el pacto de paz, y el fiel entra a él y no sale de él. El tzadik genera, y el árbol concibe y produce fruto de su especie (Zóhar, Bereshit 33a).

Meditación:

Uno debería pretender estar comiendo en la mesa celestial ante Dios, en el Jardín del Edén, ante la Presencia Divina (Reshit jojmá, Sháar Hakedushá).

Toma unos momentos y piensa profundamente en estar en la compañía de Dios… sentado a Su mesa… viviendo el sublime placer espiritual de una relación con el mismísimo Creador.

Preguntas para dialogar:

A) Cuando Adam y Javá estaban en el Jardín de Edén, sólo se les permitió comer frutas y verduras. Recién después del Diluvio, en la época de Nóaj, Dios permitió el consumo de carne. ¿En qué aspecto el consumo de carne es considerado espiritualmente superior? Y, ¿en qué aspecto ser vegetariano es considerado espiritualmente superior?

B) Hay dos árboles en el centro del Jardín del Edén: el Árbol de la Vida (representando a la Torá y a la vida eterna) y el Árbol del Conocimiento del Bien y el Mal (representando la muerte y la distorsión). Otra forma de expresar esta distinción es que el Árbol de la Vida es sabiduría objetiva, mientras que el Árbol del Conocimiento del Bien y el Mal es una experiencia personal. ¿Por qué Adam y Javá eligieron comer particularmente del segundo, siendo que Hashem les instruyó explícitamente no hacerlo?

Un participante dice:

El nombre mismo del hombre, ‘Adam’, deriva de la palabra Tierra, adamá. Mientras que el hombre es el pináculo de la creación, el amo y cuidador del mundo, también depende de la tierra para sus necesidades más básicas. La Torá, señalando la prohibición de destruir los árboles frutales, se refiere al hombre mismo como un árbol del campo (Deuteronomio 20:19). Nuestros sabios aprenden de este versículo una prohibición en contra de toda destrucción innecesaria. En otras palabras, los árboles frutales sirven como modelo ideal de la relación entre el hombre y su entorno, y su responsabilidad por él.

Comer del fruto fue un error, lo que causó el exilio de Adam y Javá del Jardín del Edén. Comer fruta es una metáfora de nuestra interacción con este mundo. El uso apropiado lleva al perfeccionamiento del mundo y a la bendición espiritual. El mal uso lleva a la destrucción y a la degradación espiritual. El Séder de Tu BiShvat es nuestra oportunidad para rectificar la iniquidad pasada y volver nuevamente a nuestro lugar correcto dentro del Jardín.

Todos dicen:

Adam y Javá se equivocaron al comer del Árbol del Conocimiento del Bien y el Mal. Para corregir este error, hoy comemos nuestro fruto con intenciones puras, como si fuera del Árbol de la Vida.

Un participante dice:

Rav Jaim Vital escribió:

Mi maestro [el sagrado Arízal] acostumbraba decir que al comer los frutos [en el Séder de Tu BiShvat] uno debe tener la intención de reparar el pecado original de Adam, quien se equivocó al comer el fruto del árbol.

Utilizar el mundo físico inapropiadamente, para el beneficio propio, nos hace descender espiritualmente y disminuye nuestro placer. La solución es interactuar con el mundo físico utilizándolo como un medio para un objetivo válido, como apreciar la grandeza de Dios, el creador de todo.

3. El Séder continúa

Un participante dice:

En el Talmud, Rabí Abún dijo: “En el mundo venidero, una persona será juzgada por toda la fruta buena que vio, pero no comió”.

Rabí Elazar cumplió esta enseñanza. A pesar de haber sido muy pobre, ahorraba pequeñas monedas que guardaba en una bolsa especial, para comprar frutos nuevos al llegar su temporada. Trataba de decir una bendición sobre todo tipo de fruta, al menos una vez al año.

¿Por qué se culpa a una persona por no comer un fruto nuevo cuando se le presentó la oportunidad?

Porque cada forma de vida, incluso la fruta, le es confiada a un ángel específico. Al decir una bendición sobre la fruta, le damos al ángel el poder para reproducir más de esa fruta. Quien decide no comer un fruto, priva al mundo de la influencia espiritual que la bendición hubiese provisto (Jemdat yamim).

El Talmud dice que quien come y no dice una bendición es considerado un ladrón. ¿Por qué? Porque todo aspecto de la creación de Dios es inherentemente sagrado. Entonces, cuando alguien come una fruta, remueve del mundo una porción de santidad. Una bendición reinserta santidad al mundo. Es por eso que, al comer sin bendecir, disminuimos el nivel de santidad que hay en el mundo sin reparar la pérdida, y por ende, es considerado robo (Maharal de Praga).

Un participante dice:

El Báal Shem Tov, fundador de la jasidut, estaba en una ocasión visitando a Rav Yaakov Kopel en Shabat. Antes de comer, Rav Yaakov bailó durante una hora frente a su mesa de Shabat, y el Báal Shem Tov le pidió que explicara esta costumbre inusual. Rav Yaakov contestó: Antes de saborear la comida física, absorbo la esencia espiritual de los alimentos. Al hacerlo, ¡me entusiasmo tanto que canto y bailo!

El líder dice:

Todo lo que existe en el mundo físico es una metáfora de un concepto espiritual más profundo.

Comer es para el cuerpo lo que el conocimiento es para el alma. Cuando comemos, internalizamos lo bueno de la comida, y con eso crecemos y nos desarrollamos. De la misma manera, cuando aprendemos algo nuevo, debemos masticarlo, digerirlo e integrarlo a nuestro ser. Recién entonces podemos verdaderamente crecer en sabiduría y espiritualidad.

4. Productos elaborados con granos

Ahora llega la parte que estábamos esperando: ¡beber vino y disfrutar de las otras delicias!

El trigo y la cebada son las primeras dos de las siete especies relacionadas con la Tierra de Israel, como está escrito: “Una tierra de trigo y cebada, de viñedos, higos y granadas, una tierra de olivas y miel” (Deuteronomio 8:8).

Comenzamos comiendo pan o torta. Cuando Tu BiShvat cae en Shabat, es apropiado incorporar el Séder a una de las comidas de Shabat, usando jalá como pan.

El líder dice:

Antes de decir la bendición, pausemos y reflexionemos sobre nuestra buena suerte. Dios nos ha dado infinitas bendiciones, permitiéndonos disfrutar esta comida. Dios, tranquilamente, podría haber hecho que los seres humanos fuesen nutridos mediante fotosíntesis, como las plantas, comiendo avena insípida, o tomando pastillas. En cambio, creó una variedad casi infinita de alimentos apetitosos y nutritivos para que disfrutemos. Nos dio papilas gustativas y muchos órganos milagrosos con los cuales podemos comer y digerir los alimentos.

Una bendición es una nota de agradecimiento a nuestro Creador. Los sabios dicen: “¿Quién es rico? Aquel que está contento con su porción”. Cuanto más apreciemos nuestros regalos, más sincero es nuestro agradecimiento y más sublime nuestro placer.

Si comes torta o cereal, recita la siguiente bendición:

Baruj atá Ado-nai, Elo-heinu mélej haolam, boré miné mezonot.

Bendito eres Tú, Dios, Rey del universo, Quien crea granos que alimentan.

Si comes pan, comienza con el lavado ritual de manos, dos veces en cada mano, y di:

Baruj atá Ado-nai, Elo-heinu mélej haolam, asher kideshanu bemitzvotav betzivanu, al netilat yadáim.

Bendito eres Tú, Dios, Rey del universo, que nos santificaste con tus mandamientos y nos ordenaste respecto al lavado de manos.

A medida que elevamos nuestras manos, recordamos que los alimentos que estamos a punto de comer, si bien fueron hechos por un ser humano, vienen de Dios. Como dice el versículo: “Lo alimentaba con el más fino trigo” (Salmos 81:17).

Sin hablar después del lavado de manos, recitamos a continuación la bendición sobre el pan:

Baruj atá Ado-nai, Elo-heinu mélej haolam, hamotzí léjem min haáretz.

Benitdo eres Tú, Dios, Rey del universo, quien saca el pan de la tierra.

Un participante dice:

El versículo dice: “Cuando comas el pan de la Tierra, le traerás una ofrenda a Dios” (Números 15:19). Esto se refiere a mecer (tenufá) el Ómer. Tenufá puede leerse como tenú pe, ‘den una boca’. La boca simboliza el honor que le damos a Dios. Entonces, el Ómer era mecido para mostrar que le damos esta boca a Dios, dado que la mayor alabanza a Dios es cuando el pueblo judío le da honor y gloria.

¿Por qué el Ómer era de cebada y no de trigo? Porque la cebada madura antes. El trigo (jitá) es el alimento más perfecto, simbolizando la eliminación del pecado (jet). Están quienes dicen que el trigo es la planta con la que pecó Adam (Zóhar, Balak 189a).

Meditación:

Saborea cada bocado de torta o pan. Aprecia que Dios nos ama y que creó todo para nuestro beneficio.

5. Fruta

En Tu BiShvat, comemos la fruta por la que Dios mismo alaba a la Tierra de Israel. Como dice el versículo: Los árboles han dado su fruto, el árbol de trigo y el viñedo han producido su fortaleza. Hijos de Sión, estén felices, regocíjense en el Señor, su Dios (Yoel 2:22-23).

Si tienes una preferencia, come los frutos en el orden en que más te gustan. Si te da lo mismo, el orden de ingesta debería ser: aceitunas, dátiles, uvas, higos y granadas.

Di la siguiente bendición y luego come uno de los frutos:

Baruj Atá Ado-nai Elo-heinu Mélej haolam, boré pri haetz.

Bendito eres Tú, Dios, Rey del universo, Quien crea el fruto del árbol.

Si hay un fruto de temporada sobre la mesa, que aún no has probado en la temporada corriente, di la siguiente bendición adicional antes de comer el fruto:

Baruj Atá Ado-nai, Elo-heinu Mélej haolam, sheejeianu, vekiemanu, vehiguianu lazmán hazé.

Bendito eres Tú, Dios, Rey del Universo, Quien nos ha mantenido con vida, sustentado y nos hecho llegar a esta temporada.

Toma cada fruta de a una, mientras se recita el párrafo apropiado como presentaremos a continuación. Disfruta los sabores y texturas únicas. Reflexiona sobre el hecho que el Creador del tiempo y el espacio quiere que obtengamos placer de todo lo que puso en este mundo.

Los participantes se turnan para recitar los párrafos siguientes:

Aceitunas:

“Olivo fresco, bonito de fruto, llamó tu nombre Dios” (Jeremías 11:16).

“Tus hijos serán como olivos alrededor de tu mesa” (Salmos 123:3).

Rabí Yehoshúa ben Levi dijo: ¿Por qué es Israel comparado a un olivo? Porque, así como las hojas de un olivo no caen ni en verano ni en invierno, el pueblo judío no será desechado, ni en este mundo ni en el venidero (Talmud, Menajot 53b).

Los sabios enseñaron: así como el aceite de oliva trae luz al mundo, el pueblo de Israel trae luz al mundo (Midrash, Shir HaShirim Rabá 1:2).

Dátiles:

“El recto florecerá como una palmera datilera” (Salmos 92:13). El recto es fructífero y dulce como una palmera datilera.

“Tu altura es como una palmera datilera” (Shir HaShirim 7:8). Así como la palmera datilera no se inclina ni se bambolea, tampoco lo hace el pueblo judío.

Ninguna parte de la palmera datilera se desperdicia. Los dátiles son para comer, las ramas de lulav son para menear en Sucot, la paja seca es para techar, las fibras son para sogas, las hojas son para cernir y el tronco es para vigas de construcción. De la misma forma, cada integrante del pueblo judío es necesario. Algunos son eruditos en Torá, otros en Mishná, otros en Hagadá (entendimiento homiléctico de la Torá). Otros realizan muchas mitzvot, otros dan mucha caridad (Midrash, Bamidbar Rabá 3:1).

Uvas:

Así como el viñedo tiene racimos grandes y pequeños, y los grandes cuelgan más abajo, el pueblo judío también: quien se esfuerza en Torá y es más grande en Torá, se “encuentra más abajo” que su compañero [debido a su humildad] (Midrash, Vaikrá Rabá 36:2).

Higos:

Rabí Iojanán dijo: “¿Qué significa: ‘Quien atienda una higuera comerá su fruto’ (Proverbios 27:18)? ¿Por qué es la Torá comparada a una higuera? Los higos de la higuera no maduran todos juntos, sino unos pocos cada día. Entonces, cuanto más uno busque en el árbol, más higos encontrará. Lo mismo ocurre con la Torá: cuanto más uno estudie, más conocimiento y sabiduría encontrará (Talmud, Eruvín 54a).

Granadas:

Levantémonos temprano para los viñedos. Veamos si los viñedos han florecido, si los capullos de las uvas se han abierto, si las granadas han dado retoños. Entonces yo daré mi amor.

Si las granadas han dado retoños. Esos son los niños que estudian Torá y se sientan en fila en su clase, al igual que las semillas de una granada (Midrash, Shir HaShirim Rabá 6:11).

Para discusión:

Rami bar Yejézquel vino una vez a Bnei Brak y vio cabras pastando bajo una higuera. Miel goteaba de los higos y las cabras daban leche, y ambas cosas se mezclaron. Dijo: Miren, ¡una tierra de la cual mana leche y miel! (Talmud, Ketubot 111b).

Pídele a participantes que compartan una historia o experiencia que tuvieron mientras visitaban la Tierra de Israel.

6. Vino

En el Séder de Tu BiShvat, es tradicional beber cuatro copas de vino, similar al Séder de Pésaj.

  • 1ra copa – vino blanco puro
  • 2da copa – rosado suave (vino blanco con una pizca de tinto)
  • 3ra copa – rosado más oscuro (vino blanco con más tinto)
  • 4ta copa – casi todo rojo (vino tinto con una pizca de blanco)

Un participante dice:

El vino blanco representa la naturaleza en potencial. El vino tinto representa la naturaleza en su máxima expresión. En este día, comenzamos a dejar atrás el invierno y pasamos a un período de renovación y vida.

Es declarado en el Zóhar: “El vino tiene dos colores, blanco y tinto. El blanco es del lado derecho [de bondad], el tinto del izquierdo [de fortaleza y juicio]”.

A medida que progresamos de blanco a tinto, pasamos de potencial a realidad. Podemos apreciar el juicio de Dios tan bien como Su bondad. Vemos el diseño de Dios y su bondad en el mundo cada vez con mayor claridad.

Un participante dice:

El vino alegra el corazón del hombre. Esto se refiere al vino de la Torá. Iáin (‘vino’ en hebreo) tiene un valor numérico de 70, al igual que sod (‘secreto’ en hebreo). [El vino representa los aspectos ocultos de la Torá] (Zóhar, parashá Pinjás).

Un participante dice:

La sección del Talmud que trata sobre agricultura es denominada ‘confianza en Dios’. Cuando un granjero planta una semilla, la confianza en Dios le da la fortaleza para sobrevivir al invierno. En Tu BiShvat, él comienza a ver la recompensa de la confianza.

De la misma forma, cuando plantamos una semilla de crecimiento personal, hace falta confianza y paciencia para “sobrevivir el frío invierno”, antes de que veamos los frutos de nuestro esfuerzo.

Ahora bebemos las cuatro copas de vino (o jugo de uva), junto a cuatro categorías diferentes de frutas. Cada uno de los pares corresponde a uno de los mundos espirituales (de inferior a superior):

  • Acción - Asiá
  • Formación - Yetzirá
  • Creación – Briá
  • Emanación de la Santidad pura - Atzilut

Cada nivel se vuelve más espiritual y conectado al Creador que el anterior. A medida que comemos, elevamos los frutos, y a nosotros mismos, por los distintos niveles, elevándonos cada vez más.

Un participante dice:

Dios dijo: aunque el vino puede ser una fuente de problema en este mundo, en el futuro haré que sólo sea una fuente de alegría, como dice: “Y ocurrirá en ese día, que las montañas gotearán vino dulce” (Yoel 3:18) (Midrash, Vaikrá Rabá 12:5).

Vierte la primera copa de vino (blanco puro):

Todos dicen la siguiente bendición, y luego beben el vino (si es que no dijiste la bendición durante el Kidush de Shabat):

Baruj Atá Ado-nai, Elo-heinu Mélej haolam, boré pri haguefen.

Bendito eres Tú, Dios, Rey del universo, Quien crea el fruto de la viña.

Detente y disfruta el sabor del vino. Las universidades más prestigiosas ofrecen cursos de cata o degustación de vinos. Hay mucho para apreciar en la vida. ¡Sé un connoisseur!

El líder dice:

Ahora comemos frutos con cáscara o piel no comestible. Por ejemplo: nueces, granadas, naranjas, paltas. La parte comestible de la fruta corresponde a la perfección y la pureza, mientras que la no comestible a la deficiencia y a la impureza. Esto es paralelo al mundo de la Acción (Asiá), el más bajo de los mundos espirituales, un mundo envuelto por el materialismo, así como la fruta está envuelta en su piel/cáscara.

Un participante dice:

Rabí Tarfón comparó al pueblo judío con una montaña de nueces. Si una nuez es sacada, cada una de las nueces de la montaña es sacudida. Así también, cuando un judío está en problemas, todos los otros judíos son sacudidos (Midrash, Shir HaShirim Rabá 6:11).

Un participante dice:

Así como la naturaleza de una nuez es estar cerrada por todos los lados, la Carroza Celestial que sale del Jardín del Edén está cubierta por todos los lados. Y así como las cuatro secciones de una nuez están unidas en un punto y separadas en el otro, todas las partes de la Carroza Celestial están unidas en una unión perfecta, y cada parte cumple un propósito específico (Zóhar, Shemot 15b).

Meditación:

Mientras quitas las pieles y las cáscaras, imagina que remueves uno de tus rasgos personales negativos (ira, impaciencia, etc.). En tu mente, imagina el rasgo malo como la cáscara. Luego, mientras la quitas, siente que el rasgo te abandona. Ese no eres tú. Tu verdadera esencia es el fruto… delicioso y nutriente. Ve como ese rasgo negativo de tu personalidad se va a la basura.

7. Copas 2, 3 y 4

Bebe la segunda copa – rosado suave (vino blanco con una pizca de rojo).

El líder dice:

Ahora comemos frutos con carozos no comestibles. Por ejemplo: dátiles, aceitunas, duraznos, ciruelas, cerezas. Esta etapa es comparable al mundo de la Formación (Yetzirá).

Las partes comestibles del fruto representan la santidad. El carozo representa las impurezas que han penetrado la santidad.

A medida que el color del vino se oscurece, podemos comenzar a ver el potencial convertirse en realidad. La parte no comestible ha pasado ahora del exterior al interior del fruto. Es un avance hacia la pureza. Además, la parte no comestible ya no es un desperdicio, sino una semilla con potencial de crecimiento.

Meditación:

Imagina uno de tus rasgos personales negativos como esta semilla. Realmente velo. Luego, ve ese rasgo creciendo y transformándose en algo grandioso. Este rasgo ya no te retiene, sino que te impulsa hacia adelante. Muchas personas grandiosas han convertido sus defectos en virtudes. Tú también puedes ser grandioso.

Bebe la tercera copa de vino (rosado oscuro).

El líder dice:

Ahora comemos frutos que son completamente comestibles: arándanos (los tres mundos inferiores, Asiá, Yetzirá, y Briá, son llamados Maasé Bereshit, el ‘Acto de la Creación’).

Meditación:

Las cosas están llegando a su máximo potencial. Ahora, incluso las semillas son comestibles. No sólo tienen un potencial futuro, sino que también son deliciosas y se pueden comer ahora mismo.

Piensa en un área de la vida que te gustaría mejorar. Imagina todo tu potencial. Advierte que ese eres tú en realidad. Ahora, durante el resto de Tu BiShvat, sé esa persona. Actúa como si ya estuvieras allí. La experiencia puede producir una transformación increíble.

Bebe la cuarta copa de vino (tinto con una pizca de blanco).

El líder dice:

Ahora probamos el fruto de la mesa que tiene el mejor aroma. Esto se compara al mundo de la Santidad pura (Atzilut). Este nivel es llamado el Maasé Merkavá, el ‘Acto de la Carroza’. El profeta Ezequiel vio una Carroza en su visión relacionada a los misterios de la creación.

Un participante dice:

En Levítico 23:40, el etrog es descrito como pri etz hadar, el ‘fruto del árbol majestuoso’. El etrog es el árbol más espiritual que hay, ya que tanto su fruto como su corteza tienen buen sabor y aroma.

En Tu BiShvat, día en que todos los árboles son juzgados, es apropiado rezar para tener un etrog bonito en el próximo Sucot.

Un participante dice:

El sentido del olfato es el más puro y elevado. Es por medio de la nariz que Dios le dio el alma a Adam, como dice: “Dios insufló por su nariz un hálito de vida” (Génesis 2:7). Dado que no hay materia física perceptible para oler, es el más espiritual y sagrado de los cinco sentidos. El arder del incienso aromático fue designado como el acto más sagrado del año judío, realizado por el Kohén Gadol en el Santo Sanctórum en Iom Kipur.

8. Conclusión

El líder dice:

Comer 12 frutos diferentes es importante, porque corresponde a las 12 combinaciones de las cuatro letras del Nombre inefable de Dios. Al comer el decimosegundo fruto, recitamos el versículo:

“Y convertirán sus espadas en discos de arado, y sus lanzas en podadoras. Ninguna nación levantará su espada contra otra nación, y tampoco estudiarán sobre guerra. Sino que se sentarán cada uno bajo su higuera, y nadie los atemorizará, porque la boca del Senior ha hablado” (Mija 4:3-4).

Comer 15 frutos diferentes también es importante, dado que 15 es el valor numérico de yud–hei, el Nombre de Dios que conecta lo físico a lo espiritual, este mundo y el venidero. En el Templo Sagrado, los levitas cantaban cada uno de los 15 salmos Shir Hamaalot a medida que ascendían los 15 escalones.

Bendición para después de comer:

Después de disfrutar todos los placeres maravillosos que Dios nos dio, completamos el proceso con un agradecimiento sincero al Creador.

Quienes comieron pan, dicen la ‘Bendición por la comida’ (Birkat hamazón). Si no se comió pan, se dice la bendición triple (Meein shalosh), incluyendo las partes correspondientes para torta, vino y/o frutos, además de la inserción por Shabat, si corresponde. El texto de estas bendiciones se encuentra en todo Sidur (libro de rezos).

Un participante dice:

Rabí Aba enseñó: no hay una redención más revelada (una indicación de la inminente redención) que la que se declara en el versículo (Ezequiel 36:8): “Y ustedes, montañas de Israel, producirán sus ramas y cargarán fruto para mi pueblo Israel, porque pronto vendrá” (Talmud, Sanedrín 98a).

Rashi explica: Cuando la tierra de Israel de su fruto abundantemente, será un indicio de la inminente redención, y no hay indicio mayor que ese.

Conclusión:

Llegamos al final del Séder de Tu BiShvat. Sólo hemos arañado la superficie del verdadero significado de la festividad y la importancia de los árboles y los frutos en la creación de Dios. Esa es la belleza del calendario judío. Cada año, celebramos las mismas festividades, pero cada año crecemos y desarrollamos muchos entendimientos nuevos.

El resto de la noche se pasa cantando y estudiando Torá.

¡El año próximo en Jerusalem!

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