El plan de batalla de Januca

3 min de lectura

Cuatro lecciones eternas de los macabeos para asegurar la continuidad del pueblo judío.

¿Cuál es la fórmula para tener un futuro judío saludable? ¿Qué debería hacer la comunidad para asegurar la continuidad del judaísmo? ¿Qué decisiones debemos tomar para garantizar que nuestros nietos sean judíos?

Hay quienes invierten millones de dólares en investigación y en programas para encontrar las respuestas a estas preguntas; para encontrar la fórmula correcta. Y mientras continúan las investigaciones para descubrir la poción mágica que evite que hayan más víctimas de la asimilación, encendemos nuestras velas de Januca y nos preguntamos: ¿Qué celebrará la próxima generación, Januca o Navidad?

¿Por qué la gente tiende a buscar en todos lados menos en su propia casa? El pasado es la base de nuestro futuro; un plano detallado para garantizar la continuidad judía fue establecido hace mucho tiempo: la festividad de Januca.

Los macabeos fueron los primeros judíos que tuvieron que enfrentarse al fenómeno de la asimilación comunitaria. Los helenistas (judíos que aceptaban la cultura griega) ayudaban e incitaban a los sirio-griegos en su batalla para destruir el judaísmo y convertir al Templo Sagrado de Jerusalem en un lugar para la idolatría griega.

Los macabeos se mantuvieron firmes en contra de todos los pronósticos, derrotando a los sirio-griegos y reinaugurando el Templo.

Si los helenistas hubiesen ganado, el resultado habría sido la desaparición del judaísmo.

Imagina lo que hubiera pasado si los helenistas y los sirio-griegos hubiesen ganado, derrotando a los macabeos e imponiendo su perspectiva pagana sobre los judíos. El resultado habría sido la desaparición del judaísmo (tampoco hubiese habido cristianismo ni islamismo, ya que ambas son ramificaciones posteriores del judaísmo).

Después de la victoria de Januca y del milagro del aceite, los líderes judíos de ese tiempo formalizaron la conmemoración del milagro de las luminarias. Crearon una lección eterna que conservaría la identidad judía para las generaciones siguientes y que sirve como fórmula para asegurar la continuidad judía hoy en día.

1) Judaísmo activo

Las leyes de Januca ordenan el encendido de una menorá en cada hogar judío. La continuidad judía necesita un hogar que sea activamente judío. El impacto que tiene en nuestros hijos ver las velas de Shabat, comer la jalá, masticar la matzá y, por supuesto, el brillo de las velas de Januca, dejan recuerdos valiosos y conexiones positivas que duran para toda la vida.

2) Mostrar el orgullo de ser judío

Las velas se deben encender en un lugar en el que todo el mundo pueda verlas, generalmente en una ventana que de a la calle. No hay culpa. No escondemos nuestra identidad. Las luces de la menorá de Januca le anuncian al mundo que aquí vive una familia judía orgullosa de su legado.

¿Quieres tener nietos judíos? Sé judío abierta y ruidosamente.

Recuerdo la histórica firma del tratado de paz de Camp David con Egipto. Cuando fue el turno del Primer Ministro Israelí Menajem Beguin, éste se puso una kipá en la cabeza y, frente a las cámaras de todo el mundo, recitó uno de los salmos del Rey David. No olvidemos la política de El Al de no viajar en Shabat o la invaluable canción de Januca de Adam Sandler. Abierto y ruidoso orgullo judío.

No hace falta que seas un líder mundial ni una celebridad para anunciarles a los demás (particularmente a tus hijos, que están mirando cuidadosamente cada cosa que haces) que estamos orgullosos de ser judíos. Cada familia judía que enciende las velas en su ventana afirma esa idea.

3) Educación judía

La palabra hebrea para Januca comparte la raíz con la palabra jinuj, educación. Un componente crítico del plan macabeo para la continuidad judía es iluminar nuestra vida judía con sabiduría y conocimiento de la Torá.

Alienta a todos los miembros de la familia, jóvenes y adultos, a encender su propia menorá. Cada uno hace su parte agregando otra vela y más luz, es decir, incrementando su propio conocimiento de judaísmo cada noche de Januca.

4) Conexión con Israel

La menorá de Januca es un recordatorio de la menorá de oro de siete brazos que estaba en el Templo Sagrado de Jerusalem. Adonde sea que lleguen nuestras menorot con su luz, en todas las tierras por las que los judíos han vagado, nos conectamos con Jerusalem y con Israel como nuestra tierra patria.

El sevivón es un juguete, pero también tiene su mensaje. Las letras hebreas grabadas en la perinola representan la frase hebrea nes gadol haiá sham, un gran milagro ocurrió allí, en Jerusalem.

Nuestro amor y apoyo a la Tierra de Israel les da a nuestros hijos una forma clara y tangible para conectarse con su identidad judía.

La guerra contra los helenistas y los sirio-griegos no fue fácil; hoy en día, la batalla por la continuidad judía tampoco lo es. Utilicemos estos cuatro puntos de Januca como un plan de batalla e incitemos la acción, el orgullo judío, la educación judía y la fuerte conexión con Israel.

En nuestra lucha por asegurar la continuidad judía, observamos las velas de Januca y vemos un futuro más brillante.

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