¿Por qué celebramos Janucá con luz?

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¿Por qué conmemoramos Janucá con el milagro del aceite cuando el milagro de haber ganado la guerra parece mucho mayor?

Puede resultar difícil imaginar qué tiene en común la israelí Michal Oshman, una alta ejecutiva de TikTok UK, con el pequeño grupo de macabeos que tan bien conocemos de Janucá.

Cuando Michal Oshman tenía 18 años, se fue de su casa para servir en el ejército israelí. De la noche a la mañana pasó de ser una joven inocente a una soldado en entrenamiento básico, que incluía llevar un arma cargada en todo momento, dormir en el desierto y soportar ejercicios físicos en condiciones climáticas extremas.

A pesar de su agotamiento, todas las mañanas los alojamientos de los soldados debían estar impecables. Si el oficial al mando determinaba que no estaba impecable, no se le permitía a nadie volver a casa durante el fin de semana libre.

Una mañana, el toilet se atascó y fue imposible limpiarlo. Todas las chicas se negaron a vaciar el retrete, insistiendo en que debía hacerlo otra persona. A medida que pasaban los minutos, Michal miró alrededor de la habitación y se dio cuenta de que nadie iba a dar el paso. Sin dudarlo, entró directamente en el cuarto de baño, metió la mano en el retrete y sacó la obstrucción.

Oyó los gritos de apoyo de las chicas detrás de ella, se dio la vuelta y se encontró cara a cara con su oficial al mando. Michal se encogió de miedo, suponiendo que la reprenderían porque el resto del baño estaba sucio. En cambio, el oficial la miró a los ojos y le dijo: "Tú eres una de las nuestras".

Michal fue ascendida a Comandante ese día porque estuvo dispuesta a hacer lo que nadie más hizo.

Michal comparte este momento como una metáfora de cómo llegó a tener tanto éxito en TikTok. Pero esta metáfora también explica cómo comenzó la historia de Janucá: un pequeño grupo de jashmonaim tuvo su propio momento de "dar un paso al frente" que finalmente los llevó a derrotar al inconmensurablemente más fuerte ejército griego.

La nación judía estaba siendo destruida física y espiritualmente por los greco-sirios, y la libertad de practicar el judaísmo estaba siendo amenazada. Este pequeño grupo de jóvenes tomó una acción decisiva cuando nadie más lo hizo y se enfrentó a una de las fuerzas militares más poderosas del mundo y venció milagrosamente.

Ahora compara esta increíble victoria militar con el segundo milagro de Janucá. Después de la aplastante derrota militar, los jashmonaim encontraron un frasco de aceite puro en el Templo que ardió durante ocho días.

Si tuvieras que tomar una decisión, ¿qué símbolo elegirías para representar mejor el milagro de Janucá: una espada por haber ganado la guerra de forma imposible, o una llama por el aceite que ardió durante ocho días? ¿Por qué conmemoramos Janucá con el aceite cuando el milagro de la guerra parece mucho mayor?

Iluminando la oscuridad

La siguiente historia, escuchada de Rav Fischel Shachter, arroja algo de luz sobre el asunto.

A los 16 años, Rivka Schachter pesaba apenas 20 kilos cuando fue enviada a Bergen Belsen durante el Holocausto. La pusieron a trabajar en un batallón en el que cada día tenía que cargar enormes rocas subiendo y bajando una montaña. Privadas de comida y agua, las prisioneras eran asesinadas si se caían, tropezaban o dejaban caer la roca.

Una mañana, Rivka no podía moverse del camión. Una mujer joven y frágil que estaba cerca le gritó: "¡Baja del camión! Si no te mueves, te van a matar. Vamos".

"No puedo moverme", dijo Rivka. "Estoy acabada. Que me maten aquí".

La joven respondió: "Entonces te llevaré a la montaña".

"¡No puedes llevarme a mí y a la roca! Tú también morirás".

"Entonces moriré por un propósito".

Esta joven desconocida subió la montaña, llevando el peñasco en un brazo y a Rivka en el otro.

Dos generaciones más tarde, Rivka se encontró cara a cara con su salvadora, la señora Sarah Traut, cuando sus nietos se casaron entre sí en un momento de gran regocijo. El momento de luz de la Sra. Traut disipó parte de la oscuridad, iluminando el camino para las generaciones futuras.

No se eligió una espada, porque el verdadero héroe de la historia no fue nuestra fuerza física, sino nuestra luz espiritual. Fue nuestra alma la que le dio a los macabeos la pasión y el impulso para luchar por el pueblo judío. Fue esa chispa la que llevó a Michal Oshman a levantarse y hacer el trabajo sucio que nadie más quiso hacer. Fue el fuego interior de Sarah Traut y su firme negativa a rendirse lo que le permitió cargar a una compañera judía a la montaña a pesar de sus propias limitaciones.

¿Por qué la luz?

Porque la llama de una vela siempre se eleva hacia arriba, independientemente de la dirección en que se sostenga. Esa luz que se niega a ser apagada, siempre se eleva, incluso en las circunstancias más difíciles. Una llama no sucumbe. Una llama no se rinde.

Revivimos el milagro de Janucá cada vez que estamos rodeados de oscuridad pero decidimos elegir la luz.

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