La menorá del holocausto

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Una foto emotiva y la menorá que da testimonio de la eternidad del pueblo judío.

La vida de Rajel Posner cambió en 1932. Rajel tenía tres hijas pequeñas y vivía en Kiel, al norte de Alemania, donde su esposo, Akiva, era el Rabino de los 600 judíos de la ciudad. El antisemitismo aumentaba. En los parques y en los edificios colgaban carteles que decían: “Prohibida la entrada a judíos”. Los nazis instalaron su sede justo frente a la casa de Rajel. Una horrible esvástica oscurecía la vista desde su ventana.

Cuando llegó Janucá, Rajel colocó la menorá de su familia en la ventana, justo en frente de esa bandera con la esvástica. Con la menorá en su lugar, ella sacó una foto. Cuando revelaron el rollo, ella desafiante escribió en el dorso de la fotografía:

Juda verrecke”
Die Fahne spricht
“Juda lebt ewit”
Erwidert das Licht

“Muerte a los judíos”
Dice la bandera
“Los judíos vivirán eternamente”
Le responden las velas.

La menorá en la ventana

Ese fue el último Janucá de la familia Posner en Kiel. Rav Posner escribió una carta ofuscada al periódico local quejándose de que se le prohibiera la entrada a los judíos en los lugares públicos, y el líder nazi local exigió debatir con él en público, o de lo contrario… Al sentir lo peligroso que se estaba volviendo vivir como judíos, Rajel y Akiva alentaron a los judíos de la ciudad a huir. En 1933 también ellos partieron con muchos de los judíos de Kiel rumbo a la tierra de Israel.

El dorso de la fotografía: Judea vivirá eternamente.

Ellos se asentaron en Haifa. Aunque Rav Abraham Itzjak Kook, el Gran Rabino de Israel, le ofreció a Rav Posner un puesto como Rabino, él lo rechazó explicando que no podía liderar una comunidad en Israel mientras su propia comunidad seguía en Alemania. En cambio, se convirtió en bibliotecario. Él y Rajel siguieron encendiendo la misma menorá cada año, a medida que sus hijas crecían y luego mientras observaban crecer a sus nueve nietos.

Tanto la menorá como la fotografía que Rajel sacó en 1932 “eran parte de la historia de la familia, pero nunca nadie le dio demasiada importancia”, explicó Iehudá Mansbach, el nieto de Rajel y Akiva. Hoy la menorá reposa en la ventana de Iehudá, pero en vez de estar frente a la sede nazi, da al patio de su casa en Beit Shemesh, Israel. Cada año, él enciende la menorá con su esposa y sus ocho hijos. La menorá salió temporalmente de su casa en el 2019, cuando Akiva Mansbach, el bisnieto de Rajel y Akiva, era un soldado en el ejército de Israel y llevó la menorá para encenderla en su base.

Iehudá Mansbach, nieto del sobreviviente del holocausto, Rav Akiva Posner, enciende en Yad Vashem la menorá de su abuelo (Foto: Itzjak Harari)

En el año 2016, Yad Vashem le preguntó a la familia si podían exponerla como parte de una exhibición de menorot de Janucá y el Holocausto, sin comprender que la menorá todavía estaba en uso. “Cuando me llamaron del museo para preguntarme si podían exponerla, les dije: ‘No es un artefacto histórico, sigue en uso. ¡La encendemos cada año!’”, cuenta Akiva Mansbach.

La menorá

El museo y la familia llegaron a un acuerdo: Yad Vashem podía exponer la menorá, pero la devolvería a la familia para que la pudieran usar en Janucá. Cada Janucá, cuando los descendientes de Rajel y Akiva Posner encienden las velas de Janucá en sus hogares en Israel, recuerdan las palabras de su bisabuela, que parecieron tan poco probables en 1932, pero que mantuvieron a la familia y al pueblo judío a través de los siglos. No importa lo que nos ocurra: “El pueblo judío vivirá eternamente”.

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