Los tres símbolos principales de Pésaj: Pésaj, matzá y maror

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Los poderosos regalos de gratitud, esperanza y coraje.

¿Cuál es la parte más importante del Séder de Pésaj? Si le hubiera preguntado a mi familia, habría recibido muchas respuestas distintas. Mi bisabuelo hubiera dicho que es cantar la Hagadá con la misma música lo hacía su abuelo. Mi tío Leo hubiera dicho que es la deliciosa comida. Todos los niños hubieran dicho que es correr por toda la casa tratando de encontrar el Afikomán. Y mi abuela hubiera dicho que es tener a toda la familia reunida alrededor de la mesa.

Pero en realidad, hay una parte del Séder que es la más importante para todos, y que estamos obligados a decir y entender cuando llegamos a ella en la Hagadá.

Rabán Gamliel solía decir: Todo el que no explicó las siguientes tres cosas en Pésaj, no cumplió con su obligación: Pésaj, matzá y maror”.

¿Qué significa cada uno de estos símbolos?

Pésaj. El hueso simboliza el sacrificio que los judíos de Egipto ofrendaron para agradecerle a Dios por el milagro de saltear sus casas durante la décima plaga, en la que murieron todos los primogénitos egipcios. ¿Qué podemos aprender de esta ofrenda de gratitud? Así como los judíos le agradecieron a Dios por saltear sus casas en Egipto y protegerlos del destino de los egipcios, nosotros podemos aprender a agradecerle a Dios por los milagros cotidianos en que somos salvados de un daño antes que siquiera ocurra. Cuando conducimos hacia algún lado y llegamos ilesos. Que no nos enfermemos. Que no tengamos hambre.

Este Pésaj, piensa en todos los milagros —abiertos y ocultos— que Dios hizo por ti en el año que pasó, y agradécele por la infinita cantidad de momentos normales en que te salvó de un daño sin que siquiera te dieras cuenta.

Matzá. Es el pan no leudado que los israelitas llevaron consigo cuando salieron de Egipto. La matzá enseña que Dios no necesita tiempo para prepararse; puede salvarnos en un instante. Dado que Él puede cambiar todo de un momento a otro, nunca deberíamos perder la esperanza. Y cuando las cosas salen bien, debemos recordar que eso también es un milagro. Dios está con nosotros en este momento, incluso cuando pareciera que todo salí como debería.

Cuando veas la matzá, piensa en las ocasiones de tu vida cuando todo se dio vuelta de un segundo a otro, aparentemente sin ninguna advertencia ni esfuerzo de tu parte, y en cómo puede hacer por ti lo mismo hoy, independientemente de cuáles sean los desafíos que tengas.

Maror. Es la hierba amarga que nos recuerda las lágrimas que lloró el pueblo judío cuando eran esclavos en Egipto. Enseña que cuando estamos viviendo un desafío, un tiempo que parece ser amargo, la dulzura y la esperanza están a la vuelta de la esquina. El maror nos recuerda no evitar los obstáculos, sino reconocer que son parte necesaria del camino hacia el éxito. Sin nuestras lágrimas y plegarias, la nación judía no hubiese podido dejar Egipto. Sin la amargura y la lucha, no podemos alcanzar nuestro potencial.

Cuando veas al maror, piensa en una batalla que hayas vivido en el último año y en cómo te ayudó a convertirte en lo que eres hoy en día.

Pésaj, matzá y maror simbolizan gratitud, esperanza y coraje. Con esos tres poderosos regalos nos sentamos a la mesa del Séder y le agradecemos a Dios por el milagro de nuestra libertad.

(Las explicaciones de Pésaj y matzá están basadas en los comentarios de Rav Moshe Feinstein encontrados en The Reb Moshe Haggada)

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