Purim y la Naturaleza

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Entendiendo la palabra hebrea "teva" podemos comprender un poco mejor la historia de Purim.

Teva es la palabra en hebreo para naturaleza. Una palabra que suena inocente, que ha sido tomada prestada por la compañía de medicamentos genéricos más grande del mundo, pero cuyo profundo significado alude a la actitud del judaísmo frente al mundo moderno.

Hay quienes vieron los avances de la humanidad con respecto a la comprensión de la naturaleza como un desafío al concepto de un mundo controlado por Dios. La ciencia vino a explicar fenómenos que las personas habían alguna vez atribuido a Dios, haciendo que lo Divino fuera una explicación obsoleta de por qué ocurren las cosas en el mundo.

El judaísmo no ve conflicto entre ambas cosas. De hecho, desde la perspectiva de la Torá, mientras más uno entiende la teva, naturaleza, más uno puede entender a Dios. La palabra teva alude a esta misma idea: significa una huella. La palabra en hebreo "matbea", que significa moneda, y que deriva de la misma raíz que teva, ilustra esta idea. Una matbea es llamada así porque es el resultado final de un molde, una forma definitiva cuya impresión está estampada en un disco de metal.

La naturaleza no es más que la marca de Dios en el mundo y los medios aparentemente naturales a través de los cuales Él ejerce la providencia.

Para el judaísmo, la ciencia y la naturaleza no son nada más que la marca de Dios en el mundo. Mientras más podamos entender nuestro universo, e incluso a nosotros mismos, más cercanos estaremos de la sabiduría Divina y de la rica vida que nos provee. Sin embargo, el mundo es un lugar que esconde la mano de Dios detrás de la naturaleza, lo que hace posible que uno niegue Su presencia. Ese ocultamiento auto-impuesto es un regalo, porque hace posible el libre albedrío. Si la presencia de Dios fuese tan obvia que nadie pudiese negarla, la recompensa que uno merecería por conectarse con Él disminuiría dado que no habría alternativa. En realidad, la naturaleza no es más que la marca de Dios en el mundo y los medios aparentemente naturales a través de los cuales Él ejerce la providencia.

Transcendiendo la Naturaleza

Luego de este preludio, podemos analizar los límites de la teva. Aunque el manto de la naturaleza esconde la mano de Dios en el mundo, ha habido individuos a lo largo de la historia judía que han visto a través de dicho velo y se han dado cuenta de la verdad con una claridad tan precisa, que para ellos las leyes de la naturaleza se volvieron irrelevantes. La naturaleza no tenía significado para ellos dado que fallaba en oscurecer la participación de Dios en el mundo, la cual para estos individuos era evidente. Como resultado, ellos no estaban atados por esas reglas, y podían trascender "la matrix". Puesto de forma simple, ellos podían realizar milagros. Por ejemplo, Rabí Janina ben Dosa llegó una vez a su casa y encontró a su hija desconsolada porque ella había puesto en las velas de Shabat vinagre en vez de aceite, y sabía que no arderían. Rabí Janina proclamó que aquel que hace que el aceite arda puede hacer que el vinagre arda también, y así pasó. Para él, todo era lo mismo, y las mecánicas de la combustión natural eran tan milagrosas como la partición de un mar.

Teva, por lo tanto, no es nada más que una división detrás de la cual está la mano de Dios; una barrera que se hace menos relevante cuando uno puede ver a través de ella.

Purim y el Señor de los Anillos

Hay una historia bíblica que enfatiza la centralidad de la teva, la naturaleza, y el uso que Dios hace de ella para conducir la historia. Ésta es la historia de Purim, la cual está repleta de extrañas coincidencias "naturales". Primero, el rey Ajashverosh asesinó a su reina, sentenciándola a muerte en su borracho estupor. Esto eventualmente daría paso a una nueva reina, Ester, quien, sin que el rey lo supiese, era una judía y salvaría a su pueblo de la exterminación. En otro suceso "natural", Mordejai, el líder de los judíos, de casualidad escuchó a dos cortesanos planeando asesinar al rey, ya que él casualmente entendió el idioma extranjero que ellos hablaban. Él transmitió esto al rey, quien lo dejó registrado y, más adelante, el rey se encontró con esta historia en su libro de crónicas “justo” cuando el plan de asesinar a los judíos estaba saliendo a la luz. Fue el honor concedido a Mordejai por salvar la vida del rey lo que presagió e incluso comenzó el deceso de Hamán. Más tarde, cuando Ester organizó una fiesta a la cual invitó al rey y a Hamán, el incitador del complot para asesinar a los judíos, el rey estallaría en furia, saldría afuera y, al regresar, vería a Hamán rogando por su vida de una forma que el rey casualmente interpretó como un interés inapropiado de Hamán en la Reina, con lo cual fue sellado el destino de Hamán. ¿Coincidencia?

La historia de Purim es una historia de milagros ocultos, de interferencia Divina en la teva sin romper siquiera una regla de la teva. No debería parecer sorpresa que el símbolo de las llaves de la teva, la representación física de qué lado en la historia de Purim iba ganando, sea otro que tabaat, un anillo de sello, otra palabra relacionada etimológicamente con teva. Un anillo de sello es llamado tabaat por la tibua, impresión, que hace en otra superficie. El sello real comenzó en el dedo de Ajashverosh. Cuando Hamán lo convenció de aniquilar al pueblo judío, el anillo pasó a las manos de Hamán (Ester 3:10). El decreto de asesinar a los judíos fue sellado con ese mismo anillo (Ester 3:12), indicando el cambio en la teva, naturaleza, hacia la eliminación de los judíos. Finalmente, después del deceso de Hamán, el rey tomó el anillo de la mano de Hamán y lo puso en la mano de Mordejai (Ester 8:2). El edicto que permitía a los judíos defenderse en contra de sus enemigos fue firmado con ese mismo tabaat, anillo (Ester 8:10). Las llaves de la teva pasaron de lado a lado, aterrizando finalmente en las manos de la nación que sobreviviría.

Para el ojo refinado, la teva no es nada más que la huella digital de Dios. Cuando una situación parece tan sombría como lo era la amenaza en la historia de Purim, en vez de perder nuestro tiempo intentando manipular las variables para nuestro beneficio, podemos recurrir al Dueño de la naturaleza y obtener una solución definitiva.

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