Crecimiento espiritual
Teshuvá: Un lavado para el alma
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Tomar conciencia es el primer paso para cambiar.
Hace un tiempo viajé con una pareja de amigos desde Chicago hasta Houston. Después de estar seis horas en el auto, nos detuvimos en un área de descanso en Missouri. Bajamos, nos estiramos y yo fui al baño para refrescarme y lavarme la cara.
De inmediato noté algo diferente en el baño. Estaba impecable y no había ni un azulejo roto ni un grafiti. Allí había más espejos de los que estaba acostumbrado a ver.
Mientras me lavaba la cara, se abrió la puerta y entró una mujer anciana. Era baja, canosa y se la veía un poco aturdida. Me sorprendió verla allí, pero se la veía inofensiva, desconcertada, probablemente agotada después de haber viajado varias horas. Permaneció al lado de la puerta observándome, pero yo con confianza me dirigí al secador de manos y me observé en uno de los múltiples espejos de cuerpo entero. La saludé amablemente con la cabeza y salí del baño.
Cuando se cerró la puerta del baño, vi el letrero.
¡Glup! Había entrado al baño equivocado.
Todos cometemos errores. Yo pensé que esa mujer estaba aturdida y confundida, que había entrado al baño equivocado, pero todo el tiempo yo era el que estaba confundido y se había equivocado. Me sonrojé avergonzado y me reí de mí mismo.
Podemos pasar mucho tiempo pensando que estamos haciendo lo correcto, cuando en verdad no tenemos conciencia de la realidad. Este es el primer paso para el cambio: reconocer que uno está en el lugar equivocado. Si no tomas conciencia de tus errores, ¿cómo podrás reconocerlos y trabajar para mejorar?
Reconocer un error es un desafío. Nos gusta la comodidad ilusoria de pensar que estamos bien tal como somos. Poseer un defecto nos saca de la zona de confort y nos hace responsables de corregirlo. Exactamente de eso se trata el mes de elul: tomar conciencia de las cosas que necesitamos corregir y trabajar con seriedad para lograrlo.
Un ejercicio simple para comenzar es lo que yo llamo “la prueba de la almohada”. Cuando coloques la cabeza sobre la almohada para dormir, repasa tu día. Pregúntate a ti mismo:
¿Qué salió bien?
¿Qué pudo estar mejor?
¿Qué hice bien hoy?
¿En qué me equivoqué?
¿Me arrepiento de algo?
¿El día de hoy fue un éxito?
Esta breve práctica refuerza el comportamiento positivo y ayuda a desarrollar el hábito de ser más conscientes de uno mismo y más objetivos respecto a nuestras acciones.
Cuando decidas dar los pasos necesarios para mejorar algo, escoge algo pequeño y manejable. También puede ser muy útil contar con alguien en quien confiar y que pueda alentarte o acompañarte en el esfuerzo.
Durante el mes de elul se toca el shofar cada día. Es un despertador para el alma, un recordatorio para efectuar un inventario personal honesto. Reflexionar y dar pequeños pasos hacia el cambio es la forma más poderosa de asegurar un dulce año nuevo.
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