Shavuot: La fiesta del pueblo del libro

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La importancia de la Torá en la vida de un judío

Shavuot puede considerarse la festividad del libro. A diferencia de Rosh HaShaná que tiene el shofar, Jánuca que tiene la menorá y Sucot que tiene las cuatro especies y la sucá, Shavuot no tiene ningún símbolo concreto. Dado que es la festividad que celebra la entrega de la Torá en el Monte Sinaí, la costumbre es dedicarse a estudiar Torá. La costumbre más reciente es permanecer despiertos toda la noche de Shavuot estudiando Torá.

A veces escuchamos referirse a los judíos como “el pueblo del libro”. Paradójicamente, este término viene del Corán y no de fuentes judías. Para muchos, la expresión enfatiza el foco judío en la educación y los logros educativos. Hasta hace poco tiempo atrás, los judíos constituían el 25% de la población de muchas de las universidades más competitivas. El “pueblo del libro” recibió más del 20% de los premios Nobel, a pesar de que los judíos constituyen sólo el 0,2% de la población. Es difícil determinar las cifras de alfabetismo judío en el pasado, sin embargo parece que históricamente fue superior que la del resto de la población. Mil ochocientos años antes del mundo occidental, Rabí Iehoshúa ben Gamliel instituyó en las comunidades judías la educación universal para todos los niños (ver Talmud de Babilonia, Baba Batra 21a).

Se ha sugerido que el éxito judío en la educación, y como consecuencia en la sociedad en general, se debe en gran medida a la importancia que se le otorga a la educación en la sociedad y la cultura judía. El mantra que me repetía constantemente mi abuela era que yo tenía que adquirir tanta educación como me fuera posible, porque “eso nunca me lo podrían quitar”. Esto lo decía a partir de su experiencia personal. Antes de la Segunda Guerra Mundial, a ella y a mi abuelo les quitaron en Austria su casa y su negocio cuando tenían cincuenta años y tuvieron que empezar nuevamente de cero en los Estados Unidos. Yo absorbí el mensaje y terminé con dos títulos universitarios.

Sin embargo, si seguimos buscando hacia atrás, veremos que el énfasis judío en la educación no surge de un valor cultural, sino de la importancia que le damos al estudio de la Torá. Esto quedó representado en el dictamen rabínico que recitamos cada día en nuestras plegarias matutinas: Talmud Torá es equivalente a todos ellos (a honrar a los padres, actos de bondad y otras mitzvot fundamentales)” (Talmud de Babilonia, Shabat 127a).

Una de las características de un hogar judío religioso es la prominente biblioteca. Tener libros de Torá en un lugar central de la casa proyecta un mensaje respecto a la importancia primordial que el estudio de la Torá ocupa en nuestras vidas.
Rabí Iehudá HaLevi, el filósofo, médico y poeta español, expresó su amor a los libros de esta forma: “Mi pluma es mi arpa y mi lira, mi biblioteca es mi jardín y mi huerto” (Brodi pág. 166). Aquí se encuentra implícito el mensaje de que el jardín debe cultivarse. El Talmud nos dice que esto significa incorporar el estudio de la Torá dentro del patrón de nuestra vida.

Shamai nos dice que debemos hacer que la Torá sea una parte consistente de nuestras vidas (Avot 1:15). Una de las cinco preguntas que nos formularán cuando lleguemos al Mundo Venidero es: “¿Fijaste momentos regulares para el estudio de la Torá?” (Shabat 31a). El estudio de la Torá no es un simple hobby, sino la actividad fundamental en la vida de un judío.

Shavuot celebra la entrega de la Torá en el Monte Sinaí hace más de 3.000 años, y la transmisión de sus enseñanzas durante más de 3.000 años de historia judía. Las festividades judías no son sólo una conmemoración del pasado. La Hagadá de Pésaj nos dice que tenemos que volver a experimentar la experiencia del éxodo. Así también en Shavuot tenemos que volver a experimentar la entrega de la Torá y volver a dedicarnos a nuestro compromiso con la Torá a través de su estudio. Esta oportunidad puede extenderse para el resto del año, tal como quedó reflejado en las enseñanzas de Rabí Iehoshúa ben Levi: cada día sale una voz del Monte Jorev (el Monte Sinaí, Avot 6:2).

Ya sea que te quedes despierto toda la noche estudiando Torá, o que encuentres algún momento para hacerlo, este Shavuot volvamos a comprometernos con el estudio de la Torá y lo convirtamos en una parte consistente de nuestra vida cotidiana durante todo el año.
 

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