Cinco razones por las que cada familia judía debería celebrar Sucot y Simjat Torá

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Una de las mejores formas de acercarse al judaísmo con alegría y transmitirles a nuestros hijos el amor por ser judíos.

Desde que mis hijos eran muy pequeños, siempre declararon que su festividad favorita era Sucot. Sin embargo, por alguna razón, esta festividad tan alegre y divertida no es ampliamente observada por los judíos que no son ortodoxos. Aquí hay cinco razones por las que este año deberías celebrar Sucot y Simjat Torá con tu familia.

1. Experimentar el judaísmo con los cinco sentidos

Los educadores modernos se esfuerzan por ofrecer un “aprendizaje experimental”: mientras más sentidos participan, mayor es el impacto. Sucot es el máximo ejercicio de aprendizaje experimental.

Sentarse en una sucá constituye una experiencia visual muy bella. Al observar el techo hecho de ramas, entre ellas podemos ver el cielo y nos conectamos con la belleza del mundo de una manera que a menudo nos elude durante el resto del año. Sucot está repleta de atractivas esencias: el olor del etrog, la esencia de las plantas y el verde que nos rodea. Sucot involucra nuestro sentido táctil (sentir la calidez del sol y la brisa fresca) y nuestro sentido del gusto y auditivo cuando comemos y cantamos en la sucá. Es un laboratorio perfecto para volver a ser judíos utilizando todos nuestros sentidos.

2. Lecciones sobre la unidad judía

Sucot une a todos los judíos y nos recuerda el lazo que conecta a nuestro pueblo. Al disfrutar las comidas en la sucá podemos establecer contacto con vecinos judíos y amigos. En Sucot sacudimos las cuatro especies que representan las cuatro clases diferentes de judíos. El etrog, es una fruta deliciosa con un aroma muy dulce. Las ramas de mirto tienen un aroma maravilloso. Las ramas de palmeras vienen del árbol que produce los dulces dátiles y las ramas de sauce no tienen aroma ni sabor.

En el pensamiento místico judío, el sabor dulce representa el conocimiento de Torá y el aroma dulce simboliza los buenos actos. Cada planta es comparada con una clase diferente de judío. Unimos las cuatro plantas y recitamos una bendición, declarando que cada uno colabora con sus propias fuerzas y cualidades, y que aunque tengamos diferentes atributos y estilos de vida, todos juntos formamos el pueblo judío.

3. El tiempo de nuestra alegría

Sucot también es llamado zman simjatenu, un 'tiempo de dicha y alegría'. Muchos de los rasgos distintivos de la festividad son especialmente alegres: las divertidas comidas familiares, los cánticos rítmicos y la experiencia de sentarse al aire libre en una sucá. También en un nivel más profundo, Sucot nos alienta a valorar las diversas bendiciones que tenemos.

Salir durante una semana de nuestra casa para pasar el tiempo en una sucá temporaria nos ayuda a valorar todas las bendiciones de nuestra vida y a focalizarnos en lo que es verdaderamente importante. Cuando comprendemos que cada nube que pasa y cada brisa afecta nuestro bienestar, es más fácil entender y reconocer cuánto dependemos de lo Divino, y cuán afortunados somos de estar vivos, sanos y a salvo.

4. Valorar el mundo natural

El psicólogo Richard Louv acuñó la expresión: 'Síndrome de déficit de naturaleza' para explicar los efectos físicos de los niños actuales que no pasan tiempo al aire libre. Pasar demasiado tiempo dentro de edificios es malo. Estar al aire libre se relaciona con una mejor salud física y mental y con paz mental. Un estudio del 2005 de la Universidad de Pittsburg descubrió que los pacientes que son sometidos a una cirugía se curan más rápido y necesitan recibir menos cantidad de calmantes cuando salen al aire libre, incluso sólo un poco. Al parecer, pasar tiempo fuera de la casa, en una sucá, puede tener beneficios similares para nuestra salud, nuestro nivel de energía y nuestro humor.

Hay algo mágico respecto a sentarse en una sucá con amigos y parientes, disfrutar una comida o relajarse bajo un techo temporario construido con ramas, con la luz del sol y los perfumes y sonidos del mundo exterior. Esto nos permite vivir por un momento en un plano diferente, experimentando el mundo y a quienes nos rodean de una forma nueva y muy bella.

Si no construyen su propia sucá, de todos modos es posible vivir esta experiencia. Muchas sinagogas construyen una sucá y a veces incluso organizan comidas comunitarias. Averigua en la sinagoga más cercana. También los restaurantes kósher construyen sucot para sus clientes: este puede ser un buen momento para averiguar dónde hay restaurantes kósher en tu zona. (Recuerda que los restaurantes kósher estarán cerrados durante Shabat y Iom Tov, pero muchos abren durante los días intermedios de Sucot). También es posible que por primera vez desees comprar una sucá o diseñar tu propia sucá. Con un poco de trabajo, construir una sucá puede ser sorpresivamente fácil y divertido.

5. La continuidad judía

Las festividades de Sucot y Simjat Torá están repletas de formas de transmitirles a nuestros hijos lo importante que es para nosotros ser judíos y cuánto deseamos que nuestros hijos y nietos lo valoren.

Una de mis costumbres favoritas de Sucot es invitar cada noche a nuestra sucá a los ushpizim, o 'huéspedes simbólicos'. Invitamos a nuestros patriarcas Abraham, Itzjak y Yaakov, a Iosef, Moshé, Aharón y al Rey David. Esta bella tradición nos ayuda a sentirnos conectados con algunas de las principales figuras de nuestra historia. Algunas familias acostumbran a charlar sobre a quién más les gustaría invitar a su sucá, abriendo conversaciones sobre la historia judía y nuestra conexión con las generaciones pasadas.

Sucot termina con una nueva festividad: Simjat Torá, un día de 'alegría por la Torá' al completar el ciclo anual de lectura de la Torá en la sinagoga, cuando de inmediato se comienza leer de nuevo desde la primera parashá. Es una festividad intensamente alegre con bailes, cantos y golosinas deliciosas para los niños y para los adultos, así como comidas festivas especiales. También transmite un mensaje poderoso: que nunca terminamos de leer la Torá, y que ser judíos es una forma de vida maravillosa y significativa que debe celebrarse.

“¡Me encantan los caramelos!”, dijo mi hijo menor un año cuando íbamos hacia la sinagoga en Simjat Torá, con los ojos brillantes al pensar en los bailes, los cantos y las golosinas que lo esperaban. Me alegré mucho de que asociara la celebración de la Torá con la dulzura y la alegría. Las festividades de Sucot y Simjat Torá son la mejor manera de acercarse al judaísmo con alegría y de transmitir ese amor a nuestros hijos.

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