Se derrumbó el mercado.... y algo más

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Ciertamente el mercado no podría haber escogido una mejor época del año para derrumbarse como lo hizo.

Lunes,

09:00 am $22.7
11:30 am $20.2
13:30 pm $18.1
16:00 pm $16.8

¿Qué puede haber bajado tanto de precio entre las 9:00 am y las 16:00 pm? Aunque cueste creerlo, son las acciones de Citigroup, el EX banco más grande del mundo. Pero el Citi no fue el único, también cayó Bank of America, el Wachovia, el Bank One y todos los demás que se nos pudiera ocurrir.

Pero ¿Qué pasó? ¿Cómo ocurrió esto?

Para hacer un cuento largo y complejo, bastante corto y simple, básicamente los bancos, que estaban bajando sus utilidades por las bajas tasas de interés, empezaron a prestar y sobre-endeudar a personas con mayor nivel de riesgo (es decir, que tenían menos posibilidades de pagar esos créditos al banco). Por otro lado el boom en los precios de las propiedades en Estados Unidos hizo que los bancos, tomando esas casas, ahora más valiosas, en garantía, endeudaran más aun a las personas. En resumen, se acabó el boom de los precios de las propiedades y las personas que efectivamente no podían pagar, dejaron de hacerlo, pero ahora esas casas en garantía que serían eventualmente vendidas para poder pagar las deudas impagas, ya no valían lo mismo, sino bastante menos. Por esto los bancos debieron asumir pérdidas gigantescas.

Por estas pérdidas tan grandes y por las pérdidas potenciales, que aun ni siquiera ocurren, bancos como Bear Stern o Lehman Brothers tuvieron que declarase en bancarrota y dejar decenas de miles de personas sin trabajo. Las imágenes de los empleados de Lehman Brothers, que se enteraron de la bancarrota durante el fin de semana, llegando a sus oficinas para sacar en pequeñas cajas sus pertenencias y luego retirarse a sus casas eran realmente estremecedoras. Empleados de 20 y hasta 30 años de servicio quedaron simplemente en la calle. Compensaciones accionarias (que se pagan a los altos ejecutivos) con las que pretendían retirarse, enviar a sus hijos a la universidad o bien pagar una casa de verano, pasaron de valer millones de dólares a no valer nada en un abrir y cerrar de ojos.

El mundo entero vio estas imágenes, escuchó estas noticias y supo que además de haberse caído el mercado se había caído algo más importante aun, la confianza de las personas. Algunos ejecutivos no tienen certeza de poder contar con sus ahorros para el futuro, otros no tienen certeza de que la empresa en la que trabajan continúe existiendo en los próximos meses. Los grandes apostadores de la bolsa perdieron millones (obviamente algunos ganaron millones también) y se encuentran en una situación de tal inestabilidad y vulnerabilidad que ante cualquier rumor o noticia reaccionan en forma desproporcionada haciendo que las bolsas se derrumben un día y surjan al día siguiente como si se tratara de un juego de mesa en que 3 o 4 jugadores mueven las fichas del tablero a su voluntad.

En un mundo de incertidumbre como en el que vivimos, el judaísmo nos trae un regalo realmente especial, Sucot. Ciertamente el mercado no podría haber escogido una mejor época del año para derrumbarse como lo hizo, Elul, Rosh HaShaná, Yamim Noraim, luego Yom Kipur y finalmente Sucot. En Elul el shofar comenzó a sonar todos los días para recordarnos que es tiempo de análisis y de introspección, para que evaluáramos nuestras vidas y supiéramos qué hicimos bien y qué hicimos mal. En Rosh HaShaná sonó más fuerte aun para anunciarnos que el día del Juicio había llegado; el día en que todas nuestras cuentas pasaron frente a D-s, el día en que suplicamos como niños que D-s se cambiara de Su Trono de Justicia a Su Trono de misericordia para que nos diera una oportunidad más. En Iamim Noraim tuvimos una posibilidad única de redefinirnos, de cambiar nuestras metas, de redireccionar nuestras vidas y de hacer un plan concreto para nuestro futuro. En Iom Kipur pedimos perdón por todo lo que no cumplimos, por haber desperdiciado el año recién terminado y por no haber logrado lo que nos propusimos originalmente y presentamos un nuevo plan para el 5769.

Y ahora, simplemente Sucot. ¿Qué vamos a hacer en Sucot? Nos vamos a sentar en una pequeña cabañita, una verdadera choza y vamos a vivir ahí dentro por siete días. Siete días en los que vamos a comer, dormir, estudiar y convivir dentro de esta cabañita. Siete días en los que el judaísmo nos invita a salir de la seguridad de nuestras casas para "disfrutar" de la fragilidad de esta cabañita. Pero cómo disfrutar? Hace frio en las noches y calor en los días, entran mosquitos que nos pican mientras dormimos y cae mugre sobre nuestra comida; ¿qué puede ser lo que podamos "disfrutar" de esta situación?

El judaísmo nos enseña que el gran sentido de la Sucá es exactamente sentir esa vulnerabilidad y la fragilidad del ser humano en este mundo. Nos obliga a salir de la seguridad de nuestras casas, de nuestros grandes edificios de acero y cemento y nos mete en una pequeña cabañita, muy frágil, que representa la protección divina que tuvo el pueblo judío en los 40 años que vivieron en el desierto.

Cuando ocurren cosas en el mundo y en nuestras vidas que nos llenan de inseguridad y temor, es justo cuando debemos recordar el mensaje de Sucot, el mensaje de que D-s es quien realmente lleva el control del mundo y que si confiamos el Él, entonces no hay de qué temer. En Sucot tenemos la oportunidad de dejar todas las inseguridades y temores fuera y entrar a esta cabañita para convivir completamente con D-s y sentir la seguridad de estar en los brazos de nuestro Padre.

Sucot es nuestra oportunidad en el año para incorporar a D-s en nuestras vidas, para comprender que es D-s quien lleva el control de mundo y que sólo Él puede hacernos sentir la verdadera seguridad en nuestras vidas. Cada noche cuando nos acostemos en la Sucá y veamos las estrellas brillar entre las hojas de palma del techo, debemos sentir la grandeza de D-s y entender que con su amor por nosotros crea y recrea el mundo cada día para nuestro placer.

Llevando más de 10 años trabajando en Citigroup (si, el banco grande cuya acción cayó mucho) y sintiendo directamente la incertidumbre del mundo golpear cada día en mi puerta, nos deseo a todos, incluyendo a mis amigos de Bear Stern y Lehman Brothers, que tengamos la bendición de vivir estos siete días en la Sucá y que de esta forma logremos integrar a D-s en forma permanente en nuestras vidas.

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