Ataques con Misiles en Israel

3 min de lectura

Mi país está bajo ataque. ¿Te importa?

Estoy enojado.

Verás, mientras la mayoría de los americanos estaban levantándose esta mañana, y quienes están en Europa y en otros lugares del mundo estaban ocupados en sus rutinas diarias, aquí en Israel más de un millón de personas corrían hacia refugios por los misiles que estaban siendo disparados por los terroristas palestinos desde Gaza. La semana pasada, en un lapso de 24 horas, fueron disparados 80 misiles hacia el sur de Israel. Eso es más de tres misiles por hora. Para cuando termine de escribir este artículo, lo más probable es que el número haya aumentado en 5 misiles.

Sólo para poner las cosas en contexto: un millón de israelíes equivale aproximadamente al 13 por ciento de la población. El 13 por ciento de la población de Estados Unidos sería algo así como 40 millones de personas.

Ya han sido heridos una docena de israelíes, muchos de ellos severamente. La única razón por la que no ha habido más heridos es porque Israel ha invertido millones de dólares en refugios antimisiles y en el sistema de defensa Kipat Barzel; esto mientras Hamás ha invertido millones de dólares de ayuda internacional en más misiles.

Pero la razón por la que estoy enojado es la siguiente.

Estoy enojado porque, en el año 2012, más de 600 misiles ya han sido disparados desde Gaza, y no parece que vayan a detenerse en el futuro cercano. Estoy enojado porque el mundo sólo advierte cuando Israel ejerce su derecho (soberano) para defender a sus ciudadanos. ¿Puedes imaginar lo que pasaría si incluso un solo misil fuese disparado contra Washington, Londres, Paris o Moscú? Ninguna nación de la tierra puede, ni debe, tolerar tales ataques en contra de su gente.

Estoy enojado porque si bien las Naciones Unidas nunca dudan en llamar a una "sesión especial de emergencia" por la "Causa Palestina" o pasar ciegamente la enésima resolución condenando a Israel, yo todavía estoy esperando una sesión sobre la "Causa Israelí" y el terrorismo palestino. De hecho, 24 horas después del comienzo de los ataques con misiles, todavía estoy esperando al menos una condena monosilábica del Consejo de Seguridad de la ONU, su Asamblea General o Navi Pillay, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.

Estoy enojado porque Ban Ki-Moon, el Secretario General de la ONU, no puede encontrar un momento para condenar los misiles palestinos, pero encuentra tiempo para reír y bailar con el rapero surcoreano Psy, conocido por su famoso single Gangnam Style.

Estoy enojado porque mientras que la jefa de política internacional de la UE, Catherine Ashton, censuró a Israel la semana pasada por la construcción de unos cuantos cientos de departamentos (en un área que igualmente seguirá siendo parte de Israel), sigo esperando que censure a los palestinos por disparar 80 misiles en un día.

Estoy enojado porque hay gente que sigue pidiendo un boicot, desinversión y sanciones en contra del estado judío, pero es silente frente al terror palestino.

Estoy enojado porque siguen siendo enviados barcos y flotillas a Gaza para mostrar 'solidaridad' con los palestinos, ¿pero en dónde está la solidaridad con la gente del sur de Israel?

Estoy enojado porque mientras que las organizaciones de derechos humanos como Amnistía, Human Rights Watch, Oxfam y otros no desperdician ni una sola oportunidad para condenar a Israel por violaciones a los derechos humanos, los derechos humanos de los israelíes no parecen ser importantes para ellos ¿Tan poco vale la sangre judía?

Estoy enojado porque los periódicos principales, como el New York Times, titulan sus historias sobre los ataques de misiles con frases como "Cuatro Militantes Palestinos Asesinados por Ataque Aéreo Israelí", y no "Terroristas Palestinos Hacen Llover Más de 80 Misiles en Contra de Un Millón de Israelíes".

Estoy enojado porque tanta gente es ciega ante el hecho de que Irán, que ha llamado a que Israel sea borrado del mapa y ahora busca obtener armas nucleares, es el principal financiador y proveedor de armas de Hamás. Estoy enojado por el hecho de que todos los civiles en el sur de Israel hoy reciben la orden de no enviar a sus niños a la escuela y de quedarse en refugios antimisiles. ¿Qué clase de forma inhumana es esta para que los niños vivan?

Estoy enojado cuando la gente continúa diciendo que los 'asentamientos' son el principal impedimento para la paz, y no Hamás, un grupo terrorista que no reconoce el derecho de Israel a existir y que busca su destrucción. Estoy enojado cuando veo fotos como esta, de una casa del sur de Israel golpeada hoy por un misil lanzado desde Gaza, e igualmente tienen la audacia de decir: "Ah, pero si esos misiles son como juguetes, ¿qué daño pueden hacer?".

Estoy enojado porque hay alguien que no me conoce, nunca me ha visto, y sin embargo quiere matarme – sólo porque soy israelí.

Estoy enojado cuando escucho a residentes del sur de Israel decir: "nos acostamos sobre nuestros hijos y tratamos de protegerlos con nuestros cuerpos" o que "estamos vivos por milagro" – mientras el mundo pareciera no escuchar sus desesperados gritos de auxilio.

No, la verdad no estoy enojado. Estoy indignado.

Este artículo apareció originalmente en el Huffington Post.

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