Escalada de Violencia en Gaza

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¿Qué otro país toleraría esto?

Un soldado, quien pidió mantenerse anónimo debido a restricciones del ejército, me envió la siguiente opinión editorial, la cual les transmito ahora a ustedes:

En las últimas 24 horas, 107 misiles han caído en el sur de Israel. Ciento siete misiles disparados con intención de matar, herir y mutilar. Ciento siete misiles apuntados a las poblaciones civiles de una nación soberana. Y dado que actualmente no estamos llevando a cabo una operación a gran escala para lidiar con los responsables de esta violencia, plantearé una pregunta obvia: "¿Qué otro país toleraría esto?".

¿Qué otra nación soberana en el mundo permitiría tan descarada violación de sus fronteras y de su seguridad sin una respuesta a gran escala? Las represalias con objetivos selectivos son un comienzo, pero no son la respuesta adecuada ante tales ataques. Parte de la razón de las limitadas acciones de Israel, es que Israel debe mantener un estándar que ningún otro país en el mundo es llamado a mantener, e Israel valora la opinión del mundo.

El mundo llama a Israel una y otra vez a "ejercitar restricción" ante los ataques sin fundamento a su población, y es por esto que yo hago tan sólo una pregunta: "¿Bajo que precedente?". Incursiones mucho menores han desatado acciones mucho mayores en manos de otras naciones soberanas. Entre 1936 y 1939 los británicos lidiaron con la Revolución Árabe quemando aldeas enteras y asesinando a más de 3.000 palestinos. En 1970, el Rey Hussein respondió ante los motines palestinos en Jordania masacrando a 2.500 palestinos en diez días. En 1989 en Panamá, cuatro soldados Estadounidenses no armados tomaron un camino equivocado y terminaron en un puesto de control militar. Intentaron escapar y uno fue asesinado y uno herido. Bush describió esto como, "una atrocidad enorme " e invadió Panamá con 20.000 soldados. El programa de televisión "60 Minutos" reporteó que cerca de 4.000 personas fueron asesinadas.

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Desde el comienzo del 2009, aproximadamente 2.262 misiles han sido lanzados desde Gaza a Israel, principalmente a centros civiles. En los tres años desde la última operación en Gaza, de acuerdo al blog oficial del Ejercito de Israel, 11 personas han sido asesinadas y 127 han resultado heridas con los ataques de misiles. En las últimas semanas, los ataques de Gaza se han intensificado notablemente. El 23 de octubre, un capitán del ejército israelí fue gravemente herido en un patrullaje de frontera rutinario. La semana pasada un soldado del ejército israelí resultó moderadamente herido y otros dos ligeramente heridos cuando fueron atacados durante un patrullaje de rutina. Dos días más tarde, terroristas en Gaza abrieron fuego en contra de una patrulla del ejército israelí.

Ayer, la última descarga de violencia comenzó cerca de las 4 p.m. cuando un jeep de mi base transportando cuatro soldados, dos de los cuales conozco personalmente, fue golpeado por un misil. Uno de esos soldados está en condición crítica y puede que no se recupere. Hoy, tres civiles fueron heridos en su camino al trabajo en la ciudad sureña de Sderot. Desde ayer, aquellos de nosotros que nos encontramos en la primera línea de defensa en la frontera de Gaza hemos sido confinados a vehículos blindados. Hemos dormido minutos, no horas, y en esos vehículos blindados hemos comido, intentado dormir, reído, quejado, cantado, bromeado y por momentos, rezado.

Una de nuestras principales responsabilidades como primera línea de defensa es proteger a las comunidades y los kibutzim cerca de la frontera de la infiltración terrorista, y el fuego de misiles es a menudo el precursor de los ataques terroristas. Como resultado, cuando caen los misiles, la primera línea de defensa corre a sus vehículos mientras los civiles corren a los refugios antiaéreos. Y así hemos pasado toda la noche de ayer y hoy, viendo claramente, desde un vehiculo insuficientemente protegido, cómo docenas de misiles caen hacia Israel desde Gaza.

Cuando ves que un misil ha sido lanzado en tu dirección, siempre parece, al menos al principio, que está dirigido directamente hacia ti. Si eres inteligente, aprendes a dejar de mirar. Cuando el tzeva adom (la sirena de alerta de misiles) suena, nosotros cantamos, gritamos, rezamos y nos insultamos; cualquier cosa para evitar pensar demasiado. Inevitablemente, el misil cae y la tierra tiembla en diversos grados, dependiendo de cuán lejos ha caído, sacudiendo no solamente nuestro vehiculo sino también nuestra sanidad colectiva.

Aunque no pedimos esta escalada, estamos listos y dispuestos a defender nuestras casas y nuestras familias.

Así que escribo ahora, no como un ciudadano sino como un soldado: Estoy listo. Nunca participé en una guerra, y por lo tanto, no puedo saber lo que implica. Solamente sé que esto es inaceptable. Una llovizna diaria de misiles de Gaza – la cual actualmente es un aguacero – es inaceptable. Nuestras familias merecen algo mejor que eso. Nuestro país merece algo mejor que eso. Para ser claro, nadie quiere una guerra, particularmente no un soldado de combate en una unidad sirviendo en la frontera de Gaza. Entiendo los peligros, y no los tomo a la ligera. Pero finalmente, escogimos ser soldados de combate. Y aunque no pedí esta escalada de violencia, nosotros estamos, no obstante, listos y dispuestos a defender nuestras casas y nuestras familias.

Nosotros pedimos por paz, y nuestros enemigos responden con misiles. Nosotros pedimos enviar a nuestros hijos a la escuela sin preocuparnos de que no regresen; conducir al trabajo sin temer que misiles comiencen a caer durante la hora de mayor tráfico; vivir nuestras vidas sin el temor de los misiles y el terrorismo, y nos han respondido con un rotundo "¡No!".

Desde la retirada de Gaza en 2009, nuestro deseo de paz se ha enfrentado a miles de misiles; misiles que equivalen a una declaración de guerra. Nosotros no pedimos esto. Y nosotros no queríamos esto. Pero llega cierto punto, en el cual el costo de la inacción se hace demasiado alto. Como John Stuart Mill escribió:

"La guerra es una cosa fea, pero no es la cosa más fea de todas. El podrido y degradado estado moral y el sentimiento patriótico que piensa que nada es digno de guerra es mucho peor".

Este blog apareció originalmente en "The Times of Israel".

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