Visitando a los enfermos en los pabellones de Corona

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Voluntarios que se recuperaron de Corona alivian el sufrimiento de quienes se encuentran en este momento en los hospitales.

Por primera vez en el mundo, el Hospital Hadassa Ein Kerem de Jerusalem, abrió sus custodiados pabellones de Corona a decenas de voluntarios que se recuperaron del virus, para que puedan visitar a los enfermos y animarlos.

Los pabellones de Corona en Israel están bajo estricto control y los enfermeros y los médicos tienen cuidado de no exponerse a los pacientes, asistiéndolos principalmente a través de monitores.

Rav Shimon Braun, director de la organización Yad Abraham que brinda asistencia médica y visitas a hospitales hace ya 20 años, dijo en una entrevista con AishLatino.com: "En la primera ola de esta pandemia vimos que médicos y enfermeros trabajaban incesantemente y que no podían dedicar tiempo a ayudar a los enfermos con cosas que usualmente pueden hacer los amigos y parientes que los visitan".

"Los problemas varían desde los enfermos que no pueden llamar a sus familias porque están demasiado débiles, hasta los casos en que no pueden alimentarse a sí mismos".

La organización, con base en Jerusalem, comenzó a pedirles a las familias que cocinaran alimentos que ellos pudieran distribuir en las guardias, especialmente en Shabat.

"Con el paso del tiempo, estábamos desesperados por hacer algo más para ayudar a los enfermos. Las visitas fortalecen el deseo de la persona de recuperarse, y eso faltaba".

Un equipo de voluntarios

Al descubrir que quienes se recuperaron de Corona tienen anticuerpos que en gran medida los protegen, Rav Braun pidió una reunión con el profesor Zeev Rotstein, el director de Hadassa, y le preguntó si el hospital estaría dispuesto a permitir que entren en los pabellones los pacientes que se recuperaron de Corona. Su respuesta fue certera.

"El profesor Rotstein entendió de inmediato el beneficio que podían traer las visitas, siempre y cuando los voluntarios tuvieran conciencia de que existían riesgos".

Ayudando a un paciente con Corona a colocarse tefilín.

Yad Abraham convocó a los voluntarios y en unos pocos días se formó un equipo que ya cuenta con 30 miembros. "Trabajamos en dos turnos, durante toda la semana, y de esta forma aseguramos que siempre haya visitas en las salas".

Un veterano de Corona

Moshé Tauber, un residente de Jerusalem de 22 años, fue uno de los primeros que recibió la llamada de Yad Abraham. Él, su esposa y su hija estuvieron enfermos con el virus en la época de Pésaj. "Nosotros sabemos lo duro que es, cuán débil uno se siente y la desconexión cuando se está en aislamiento. Ambos decidimos ayudar", le dijo Tauber a AishLatino.com.

Previamente le habían pedido que donara plasma para la investigación de terapias contra la enfermedad. Una vez que se confirmó que contaba con anticuerpos contra el coronavirus, recibió varias vacunas en el hospital y pocas horas después se abrieron las puertas de los pabellones de Corona. Tauber se encontró en el frente de batalla de Israel contra el COVID-19.

Llevar luz

"Es una situación difícil, pero yo veo claramente que nuestra labor es importante, los rostros de los enfermos se iluminan al recibir una visita".

Los voluntarios entran a las habitaciones con trajes de protección personal completos y durante todo el día pasan tiempo con los pacientes, atendiendo a sus diversas necesidades.

Moshé Tauber ya lleva varias semanas en su trabajo voluntario.

"Algunos enfermos están demasiado débiles para comer solos y precisan ayuda. También hay pacientes ancianos que no saben usar un teléfono para llamar a los miembros de su familia, y hay otros que están demasiado débiles para hacerlo".

Tauber utilizó un teléfono celular para efectuar llamadas por video a través de Skype para que los pacientes pudieran ver y hablar con amigos y parientes.

"Una mujer anciana me dijo que su esposo también estaba internado en Hadassa, pero en otra sala, recibiendo tratamiento de diálisis. Yo la llevé en una silla de ruedas para visitarlo y que pudieran pasar tiempo juntos. Lamentablemente él falleció, pero pudo pasar unos momentos muy valiosos con su esposa y no estuvo solo".

Moshé y los otros voluntarios ayudan a ponerse tefilín a los pacientes que quieren rezar, pero que están demasiado débiles.

Moshé asegura que darles fuerza a los pacientes para que pueden salir adelante hace que la presencia de los voluntarios en los pabellones sea esencial. "Escuchar que otra persona pasó por esto, que entiende cuán débiles y enfermos se sienten y que logró recuperarse, realmente puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte".

"Yo les digo: 'uno o dos días más y todo va a pasar', y entonces veo que surge una sonrisa en sus rostros".

"A pesar de estar rodeado por tanta enfermedad, hay un sentimiento positivo cuando sabes que estás cumpliendo una mitzvá tan grande. Eso también me da muchas fuerzas".

Los preparativos para las festividades

Para Rosh HaShaná, los voluntarios se aseguraron que los pacientes de los cuatro pabellones de Corona de Hadassa tuvieran todo lo que precisaban para la festividad. Manzana y miel, alguien que recitara kidush y alguien que tocara el shofar.

"Fue complicado, porque los voluntarios no pueden quitarse las máscaras dentro de los pabellones, pero pudimos dejar las puertas de los pabellones abiertas por unos instantes para que tocaran el shofar afuera", explicó Tauber.

Un mensaje internacional

La CNN y la BBC reportaron sobre los voluntarios de Yad Abraham. "No tienen idea del Kidush Hashem, la 'Santificación del Nombre de Dios', que es esto", dijo Rav Braun. "La gente llega al hospital completamente sola, asustada y débil. Visitar a los enfermos es una mitzvá importante y salva vidas al ayudar a los pacientes y brindarles apoyo. Es imposible describir la diferencia que esto marca".

El Ministro de salud, Yuli Edelstein, Rav Shimon Braun y el director de Hadassa, Profesor Rotstein.

Hadassa puso a prueba la iniciativa durante dos meses. Yad Abraham espera que otros hospitales en Israel abran sus puertas para permitir visitas a los enfermos con Corona, y tal vez también otros países se vean inspirados para seguir la idea.

"Mientras pueda hacerlo, seguiré adelante", explica Tauber. "Siento que mi misión es ayudar. Mi abuelo, el Rav Avriel Tauber, decía que cuando encuentras tu misión personal en la vida, debes dedicarte a ella con todas tus fuerzas".

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