La Dra. Eilat Mazar: la reina de la arqueología bíblica

5 min de lectura

La famosa arqueóloga israelí que descubrió el palacio del Rey David, falleció en Jerusalem a los 65 años.

La arqueóloga, Dra. Eilat Mazar, se pasó la vida con una Biblia en una mano y una pala en la otra. Su carrera buscando evidencia de la Casa Real de Judea obtuvo algunos de los hallazgos históricos más importantes de Israel. Aunque todavía le quedaba mucho más por explorar, la Dra. Eilat Mazar falleció en Israel la semana pasada, a los 65 años.

Tras los pasos de su abuelo

Eilat Mazar nació en 1956 y era la nieta de un legendario arqueólogo israelí, el Dr. Benjamín Mazar, quien dirigió las primeras excavaciones israelíes en el Muro Occidental después de la Guerra de los Seis Días. Mazar acompañó a su abuelo a las excavaciones desde que era una niña pequeña.

Benjamín Mazar. A la derecha: la Dra. Eilat Mazar sostiene restos de vasijas del edificio que ella identificó como el "palacio del Rey David".

"Una de las muchas cosas que aprendí de mi abuelo fue cómo relacionarme con el texto bíblico: analizarlo una y otra vez, porque él contiene descripciones de genuina realidad histórica", afirmó en una ocasión.

La carrera de arqueológica de Mazar se extendió durante 40 años buscando evidencias de la antigua historia bíblica de Israel, y al hacerlo forjó poderosas conexiones entre el nuevo Estado de Israel y su ilustre pasado de profetas y reyes.

En 1981 se graduó como arqueóloga en la Universidad Hebrea y de inmediato se unió a un equipo que estaba excavando en la Ciudad de David, ubicada debajo de muro sur del Monte del Tempo. Allí, en su mayor excavación, encontraron una moneda real.

En medio de lo que ahora es un extenso sitio de restos antiguos, el parque arqueológico de la Ciudad de David se convirtió en el segundo hogar de Mazar. Durante las décadas siguientes, una serie de hallazgos deslumbrantes la mantuvo en los titulares y respondió a los escépticos que vertían agua fría sobre las afirmaciones relativas a una conexión bíblica.

En el 2013, Mazar descubrió un tesoro del siglo VII escondido en las estribaciones del Monte del Templo. Entre el tesoro había un exquisito medallón de oro decorado con las imágenes de una menorá, un shofar y un rollo de la Torá.

El palacio del Rey David

El 4 de agosto del 2005, Mazar anunció el descubrimiento de un gran edificio público en la cima del sitio, que ella argumentó coincidía con las dimensiones y la ubicación del palacio de los reyes de Judea, una estructura originalmente construida en el siglo X AEC por el Rey David, quien gobernó en la tierra de Israel hace 3.000 años.

Los restos de un enorme edificio público en la Ciudad de David, que Mazar consideró que era el palacio de los reyes de Judea en el período del Primer Templo.

Entre los elementos desenterrados se encuentra un rollo de cobre y varios restos de vasijas de cerámica, pero lo más importante fue una bulla de arcilla (un sello de cerámica que se usaba para imprimir sobre cera y sellar los rollos) con los nombres de un oficial real que es mencionado en la Biblia. Iehujal el hijo de Shelemiá, el hijo de Shevi, sirvió bajo el reinado del Rey Tzidkiahu, el último rey que gobernó sobre Jerusalem antes de que los babilonios destruyeran el Templo en el año 586 AEC.

Posteriormente Mazar relató: "Bien entrada la noche, cuando los niños dormían y la casa estaba en silencio, comencé a estudiar la bulla. Lentamente descifré el nombre en la primera línea: Iehujal. ¿Acaso podía tratarse de un nombre bíblico? Yo no recordaba que hubiera ningún Iehujal en la Biblia. Quizás era errónea la forma en que leí el nombre. Pero sólo para estar segura, saqué del estante una enciclopedia bíblica. Allí estaban tan grande como la vida, en el libro del profeta Jeremías: "El rey de Tzidkiahu envió a Iehujal hijo de Shelemiá al profeta Jeremías para que rezara por el pueblo (Jeremías 37:3).

Dos años más tarde, a menos de 3 metros del sitio, encontraron otra bulla. Esta vez llevaba el nombre de Guedalia el hijo de Pashur, otro oficial real que el Rez Tzidkiahu mencionó en el libro de Jeremías.

La bulla del Rey Tzidzkiahu en exposición en el Auditorio Armstrong, en Edmond, Oklahoma, junio del 2018. (Cortesía de la Autoridad de antigüedades de Israel. FOTO: Reese Zoellner/Watch Jerusalem)

Otros hallazgos deslumbrantes

Durante los años siguientes, los arqueólogos de todo el mundo observaron con fascinación y conteniendo el aliento mientras Mazar continuaba pelando más capas de la historia de Jerusalem. En el 2010, Mazar desenterró una puerta de entrada y una torre que datan del reinado del Rey Salomón, el hijo del Rey David, quien construyó el Templo y de acuerdo con lo que dice la Biblia, fue quien fortaleció las murallas e hizo fortificaciones alrededor de la antigua ciudad.

Dos años después, en el 2015, en la base del muro sur del Monte del Templo en Jerusalem, el equipo de Mazar encontró otra bulla espectacular, esta vez con el nombre del recto Rey Jizkiahu, quien reinó en Judea durante 29 años hasta el 687 AEC. En ese momento, Mazar señaló que esa era la primera vez que se encontraba un sello con el nombre de un rey de Judea. El sello se recuperó de los pozos de basura de la edad del hierro, fuera del muro de lo que Mazar describió como una panadería real arrasada en el año 586 AEC, cuando Babilonia destruyó Jerusalem.

En el 2018 se encontró parte de otro sello en el mismo lugar. Esta vez, increíblemente, lleva grabado lo que parece ser el nombre del profeta Isaías, aunque no es conclusivo, pero esto despertó gran interés en el mundo de la arqueología. Isaías fue consejero del Rey Jizkiahu, incluso durante el cénit de su gobierno cuando logró superar con éxito el sitio que el rey asirio Sanjeriv fijó a Jerusalem en el año 701 AEC.

Mazar afirmó que el potencial descubrimiento de artefactos asociados tanto al Rey Jizkiahu como a Isaías, tan cerca uno del otro, presentaba una "rara oportunidad de revelar vívidamente este período específico de la historia de Jerusalem".

La bulla de Isaías, una impresión de arcilla de unos 2.700 años de antigüedad que pudo haber pertenecido al profeta bíblico Isaías. En él está grabado el nombre Isaías y la palabra profeta ((Ouria Tadmor / © Eilat Mazar)

Mazar nunca perdió el asombro sobre su trabajo. Sus colegas recuerdan que ella los llamaba por teléfono después de sus descubrimientos, con la voz temblando de emoción. Aunque ella falleció cuando todavía le quedaba mucho más por explorar, y todavía en los talones del Rey David, su pasión por Jerusalem y su defensa de la historia bíblica nunca disminuyó.

La Dra. Eilat Mazar no sólo engendró una nueva generación de arqueólogos entusiastas que desean continuar su trabajo, sino que a lo largo de su distinguida carrera excavando minuciosamente las antiguas piedras y restos de Jerusalem también merece ser reconocida por haber ayudado profundamente al pueblo judío a forjar un poderoso puente que lo conecta con su pasado.

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