Los Judíos y la Comida: La Conexión con Pesaj

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Fortaleciendo la fuerza de vida de la naciente, frágil nación.

La mayoría de las mitzvot de Pesaj se relacionan con comida. De hecho, además de contar la historia de la salida de Egipto, todos los demás mandamientos están orientados a la comida: matzá, maror, las cuatro copas de vino, vegetales untados en agua con sal, recostarse mientras se come, etc.

A pesar de que nosotros los judíos tendemos a enfocarnos en la comida durante las festividades, siempre hay otras características de la festividad que son más importantes: shofar en Rosh Hashaná, construir una sucá y las cuatro especies en Sucot, encender la janukiá en Januca, escuchar la meguilá y dar caridad en Purim, etc. Sin embargo, en Pesaj, la primera festividad del calendario judío, la comida toma el lugar central en la noche del Seder.

¿Cuál es la naturaleza de la comida y su conexión con Pesaj?

Comida – La Fuerza que Da Vida

Antes de comer puede que te sientas débil, lo que indica una disminución de fuerza de vida y energía. Entonces, mientras comes, tu fuerza se restablece y la fuerza de vida es inmediatamente infundida en ti.

Comer nos da poderosamente la oportunidad de sentir una conexión directa con Dios.

Dios es el único dador de vida; Él posee la llave de la vida y nosotros esencialmente no tenemos ningún poder sobre Su entrega constante. Por lo tanto podemos deducir que comer nos da poderosamente la oportunidad de sentir una conexión directa con Dios.

A pesar de que tenemos cierto control alcanzando otras necesidades de la vida, como el oxígeno y el agua, la real fuerza de vida misma está completamente en las manos de Dios. Cada momento en que recibimos ese regalo del sustento, proviene de Dios mismo.

"Si uno se apega a Dios con apego completo, uno podría incluso tener acceso, a través de Él, al poder de revivir a un muerto, ya que este es el poder Divino más específico, más que cualquier otra cosa". (Fin de La Senda de los Justos, Capitulo 26, describiendo el nivel más elevado alcanzable por la humanidad, en los pasos hacia la Divinidad).

El sentimiento más cercano a obtener "vida" directo de Dios puede ser alcanzado a través de comer.

Egipto – La Personificación de la "Independencia de lo Divino"

Pesaj es la festividad que representa el nacimiento de la nación judía. Antes del éxodo, el pueblo judío estaba en el útero, no había nacido aún. Cuando un feto está en el vientre de su madre, es parte de ella, dependiente en todo aspecto, el feto come lo que ella come, toma lo que ella toma. Aún no tiene vida propia.

Egipto era conocido en esa época como el único país que no dependía de la lluvia para su subsistencia. El Nilo se desbordaba y regaba todos los campos. Por lo tanto los egipcios se sentían totalmente independientes de Dios, sin necesidad de mirar hacia el cielo para pedir por lluvia. El Faraón expresó este sentimiento cuando dijo, "Mío es el Nilo y yo me creé a mí mismo" (Ezequiel 29:3).

Por lo tanto, mientras el pueblo judío estaba formándose en Egipto como un feto comiendo lo que su "madre" comía, ellos eran una parte intrínseca de esa nación, y esa era también su esencia, completamente desconectados de lo espiritual y de Dios. Ellos aún no tenían su propia existencia e identidad.

Noche del Seder – Nacimiento y Comer

Cuando un bebé nace, un barullo de actividad lo rodea. Hay mucha tensión hasta que escuchas ese primer llanto, mientras el bebé se sostiene en una zona situada entre la vida y la muerte. En el punto en el cual se entra en existencia, la vida es extremadamente frágil. Ciertas cosas críticas deben cambiar rápidamente para permitirle al niño convertirse en una entidad independiente, separada de su madre. Su cordón umbilical ya no está más conectado a su fuente de sustento y en vez de ello su boca y garganta, las cuales estuvieron cerradas todos estos meses, deben abrirse y comenzar a funcionar como un medio a través del cual el bebé recibirá su alimento. Su sistema respiratorio sufre un cambio radical también. Esta transformación y delicado comienzo traen con ellos vulnerabilidad y peligro. Solamente después de esos primeros momentos las cosas se calman un poco y el status quo de la vida toma lugar.

En la noche del Seder, la actividad más importante es posibilitar la existencia del nuevo bebé; la nación judía.

Cuando el pueblo judío abandonó Egipto, en ese momento comenzaron a vivir como una nación. Esa precaria noche estuvo llena de peligro. Habían estado sumergidos en tal impureza que ellos realmente no merecían comenzar a vivir del todo.

"Ellos estaban colgando en la balanza durante esos momentos, para ser salvados o destruidos junto con los egipcios" (Midrash, Yalkut Shimoni 233).

En la noche del Seder, la actividad más importante es posibilitar la existencia del nuevo bebé a nacer; la nación judía. Ninguna otra actividad puede ocurrir cuando estamos aún en el limbo, frágiles, en peligro. Todo lo que se puede hacer es fortalecer la fuerza de vida, creando la esencia de este niño, es decir: ¡comiendo!

Y el tipo de comida que comemos es crucial también. Tanto como no puedes dejar a un bebé recién nacido ingerir los primeros días nada que vaya a abrumar su recién activado sistema digestivo, ni exponerlo a bacterias contra las que su sistema inmune no puede luchar, así también, nosotros en Pesaj tenemos una dieta estricta a la cual debemos adherirnos: "Jametz asur be-masheu", ni siquiera una gota de levadura está permitida en esta festividad cuando nuestro sistema inmunológico espiritual está tan bajo. Debemos fortalecer nuestro sistema nuevamente en un ambiente "estéril", equipado con alimento especial, "leche materna" – matzá, que las fuentes místicas llaman "el pan de la fe". Más adelante a medida que nos desarrollamos y alcanzamos la entrega de la Torá en Shavuot, podemos permitir una cierta cantidad de "bacterias" – alimentos con levadura – en nuestra dieta. De hecho, estos alimentos pueden incluso ser parte de los mandamientos de la festividad.

Pero en Pesaj, mientras creamos la base de nuestra identidad como pueblo judío, deben existir cuidados extremos para fortalecer nuestra naturaleza espiritual, debemos comer solamente comida prescrita por Dios, la cual está hecha a medida para nuestras necesidades en este momento crucial.

En la noche del Seder, mientras comemos la matzá con sus requerimientos exactos, tengan en mente que estamos emergiendo a un nuevo mundo, convirtiéndonos en una nueva entidad, separada de las otras naciones, creando nuestra propia identidad judía. Estamos ingiriendo la "leche" de Dios, el alimento espiritual que crea bases sólidas de fe judía, abasteciéndonos para el resto del año.

Este articulo fue adaptado en su mayoría de un numero de ensayos en hebreo acerca de Pesaj por el Rabino Shimshon Pincus, zt''l.

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