7 hechos sobre la vida judía en la Rusia actual

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Algunos datos que te pueden sorprender.

1. Un renacimiento

Jonathan Sarna, profesor de la Universidad Brandeis, recuerda haber visitado Rusia en 1986, cuando la educación y la práctica del judaísmo eran brutalmente reprimidas. "Todo rastro de vida judía que existía en Moscú tenía lugar clandestinamente. Era ilegal enseñar hebreo, la mayoría de las reuniones judías estaban prohibidas, la Sinagoga Coral (la única sinagoga a la que se le permitía operar en Moscú) estaba llena de espías y los judíos más concientes de la ciudad eran los que buscaban dejar para siempre a la Madre Rusia".

Sinagoga Coral, Moscú.

En contraste, el Profesor Sarna resalta que: "En la actualidad, las actividades judías tienen lugar en público en todo Moscú". Hoy hay por lo menos cuatro escuelas judías en Moscú que enseñan una variedad de temas religiosos y seculares, por supuesto que también enseñan hebreo. Incluso la Universidad Estatal de Moscú tiene un departamento de estudios judaicos. En vez de una sola sinagoga, Moscú alberga en la actualidad alrededor de 20. La icónica Sinagoga Coral fue refaccionada y atrae a una gran cantidad de creyentes cada Shabat.

También en San Petersburgo revivió la vida judía: sinagogas, un Centro Comunitario Judío, escuelas, un centro Hilel y un centro para adultos, todos ellos dedicados a la educación judía. En una ciudad que antes del año 1917 prohibió la residencia de judíos, las cenas públicas de Shabat atraen a cantidades de judíos.

Galería del Museo Judío y Centro de la Tolerancia.

En el año 2012 abrió en Moscú el Museo Judío y Centro de la Tolerancia. El museo cuenta con una presentación multimedia de nivel mundial sobre la historia de la judería rusa y se convirtió en uno de los museos más prestigiosos de Europa. En su inauguración, Shimón Peres, quien en ese momento era el presidente israelí y que nació en Bielorrusia, recordó: "Mi madre me cantaba en ruso. Al entrar a este museo, los recuerdos de mi infancia inundaron mi mente y escuché en mi corazón la voz de mi madre". Muchos judíos rusos no podían creer que en el corazón de la capital rusa pudiera existir un museo tan importante dedicado a la historia de la judería rusa. El complejo del museo comprende una sinagoga, un centro comunitario, escuelas, una editorial, una biblioteca y oficinas de doctorados.

2. Una comunidad que empequeñece

De acuerdo con un censo del 2002, los judíos comprendían alrededor del 0,16% de la población rusa, y la comunidad judía va empequeñeciendo. En el año 1959 contaba con 2.279.800 miembros, pero muchos de ellos emigraron en las últimas décadas. Entre 1989 y 2002, el 40% de los judíos rusos abandonó el país, muchos para asentarse en Israel. En el 2002, cuando se realizó el último censo, vivían en Rusia unos 435.000 judíos. En la actualidad viven unos 180.000 judíos en la Federación Rusa.

Las familias pequeñas y las altas tasas de asimilación y matrimonios mixtos llevan a que menos judíos se identifiquen como judíos. Alrededor del 80% de los judíos no ortodoxos de Rusia se casan con personas no judías.

La comunidad judía rusa actual es abrumadoramente urbana: un poco más de la mitad de los judíos rusos viven en Moscú y su zona de influencia, un 20% viven en San Petersburgo y el resto vive en otras ciudades grandes. A pesar de que en las últimas décadas se crearon muchas organizaciones y programas judíos para educar e inspirar a los judíos rusos, muchos eventos judíos atraen más a las personas mayores que a los jóvenes. Tal como ocurre en muchas comunidades de la diáspora, los matrimonios mixtos y la asimilación son los mayores desafíos para los judíos de Rusia.

3. Redescubrir la educación judía

En la actualidad hay por lo menos cuatro escuelas judías que florecen en Moscú y una cantidad similar en San Petersburgo.

Un desafío que enfrentan las escuelas judías de Rusia es la durísima situación financiera en la que se encuentran muchos padres. Muchas escuelas judías rusas son sustentadas por filántropos rusos y extranjeros, que tratan de nutrir a los niños tanto dentro como fuera de las aulas. Como muchos padres deben trabajar largas horas para lograr pagar las cuentas, es común que los alumnos asistan desde la mañana temprano hasta la cena, lo que brinda gran ayuda a los padres y provee a los niños la protección de una comunidad judía.

4. El sorpresivo vínculo de Putin con los judíos

Un factor importante en el resurgimiento de la vida judía en Rusia es la aparente buena predisposición hacia el judaísmo de Vladimir Putin, el presidente de Rusia.

Vladimir Putin con Rav Berel Lazar

Rav Berel Lazar, Gran Rabino de Rusia y afiliado a Jabad, está cerca de Putin y explica una experiencia que moldeó la opinión de Putin sobre los judíos y el judaísmo: "Cuando (Putin) era un niño, creció en una familia muy pobre. Sus padres siempre estaban trabajando. Él tuvo la fortuna de que al lado de su casa viviera una familia judía jasídica que siempre lo invitaba a su casa… Eran extremadamente amables con él y él comprendió que no sólo eran amables con un niño ajeno, no sólo eran amables con un niño que no era judío, sino que eran amables con un niño en una época en que hacerlo era peligroso".

El padre de esta familia era Anatoly Rakhlin, el profesor de lucha de la escuela de Putin. En su autobiografía, Primera persona, Putín describe a Rakhlin y a su familia como "judíos observantes que no trabajaban los sábados y el hombre estudiaba Biblia y Talmud todo el día… en una ocasión hasta le pregunté qué estaba (estudiando). Me explicó lo que era ese libro y yo me interesé de inmediato".

En su libro Putin también recuerda haber llorado en el funeral de Anatoly Rakhlin. Otro maestro judío que dejó una huella duradera en Putin fue Mina Yuditskaya Berliner, su maestra de la escuela secundaria. Años después, al enterarse que la Sra. Berliner vivía en Tel Aviv y que tenía poco dinero, Putin le compró un departamento.

A medida que Putin creció en el ámbito político, sus cálidos sentimientos personales hacia la comunidad judía lo motivaron a ayudar. Cuando Putin sirvió como vice intendente de Leningrado (ahora San Petersburgo), dio permiso para que abriera la primera escuela judía en esa ciudad. Luego, cuando construyeron el Museo Judío en Moscú, donó al emprendimiento un mes de su salario. Su nombre figura como uno de los donantes en la pared del museo.

5. Incertidumbre política

La incertidumbre política es un gran desafío para la Rusia actual. La Casa de la Libertad, una organización no gubernamental, describe a Rusia como un país "no libre" y cita casos de represión sobre la sociedad civil, supresión de movimientos y partidos de oposición, saturación de los medios de comunicación con propaganda nacionalista y restricción de la libertad de expresión. “Periodistas Sin Fronteras”, una organización que compila un Índice Anual de Libertad de Prensa, ubica a Rusia en la posición 148 de entre 180 países. En los últimos años muchos políticos de la oposición fueron encarcelados con cargos de corrupción (muchos dicen que los cargos son inventados) o murieron bajo circunstancias misteriosas.

La represión a los políticos que piden una reforma golpeó duramente a la comunidad judía de Rusia. "Casi todos los líderes de la oposición liberal son judíos o tienen raíces judías" explica Michael Edelstein, un profesor de la Universidad Estatal de Moscú. En la era de la Unión Soviética, los judíos tenían vedado el ingreso a las universidades más prestigiosas del país y muchos asistían a universidades de menos renombre, como el Instituto de Petróleo y Gas de Moscú. Esto llevó a que estuvieran sumamente preparados para desarrollar la industria petrolera rusa después de la caída del comunismo. A principios de los 90, seis de cada siete de los oligarcas rusos más adinerados tenían alguna ascendencia judía. Posteriormente muchos oligarcas incursionaron en la política y formaron parte de la oposición actual.

Boris Nemtsov

Un líder de la oposición que murió bajo circunstancias misteriosas fue el ex Viceprimer Ministro Boris Nemtsov, a quien le dispararon en el 2015 después de haber alentado a la población rusa para que asistieran a una manifestación de protesta contra las acciones militares rusas en Ucrania (el Kremlin negó toda conexión con su muerte). Al igual que muchos políticos opositores de Rusia, Nemtsov tenía raíces judías. Aunque él se consideraba a sí mismo cristiano, era judío.

Otras figuras de la oposición fueron puestas en prisión. Mikhail Kodorkovsky, un oligarca con raíces judías (su padre es judío) fundó en el 2001 la Fundación Rusia Abierta para promover los valores liberales. Alabado fuera del país, en su propia patria Kodorkovsky cada vez corría más peligro. En el 2003 lo arrestaron bajo cargos de corrupción y lo enviaron a prisión. Tras la presión ejercida por líderes extranjeros, en el 2013 lo liberaron y en la actualidad vive en Suiza. Aunque muchos empresarios rusos temen a las acusaciones de corrupción, a menudo los judíos rusos son el foco de las acciones represivas del gobierno. Micah Naftalin, quien sirvió como Director Nacional de la Unión de Concejos para los judíos soviéticos, señaló que en la Rusia post-soviética: "en todos los casos, la fiscalía se mantuvo enfocada en los oligarcas judíos".

Muchos oligarcas judíos rusos y figuras de la oposición encontraron un refugio en Israel. La revista Economist notó que muchos rusos prominentes (muchos de ellos judíos), fueron "forzados a elegir entre estar a favor o en contra de Vladimir Putín… Israel se convirtió en una zona neutral en la que se pueden reunir, a salvo de la extradición por acusaciones motivadas por razones políticas".

6. El resurgimiento del antisemitismo

A pesar de la próspera vida judía y los gestos a favor de los judíos del presidente Putin, la Rusia actual presenta niveles preocupantes de antisemitismo. Una encuesta de la Liga Antidifamación del 2015 reveló que el 23% de los rusos tienen opiniones antisemitas. En los últimos meses, una serie de incidentes antisemitas de alto perfil generó que algunos judíos rusos reconsideren su lugar en la sociedad rusa.

En enero del 2017 Peter Tolstoy, el vocero del Parlamento Ruso, acusó a los judíos de continuar la obra de sus “ancestros”, quienes "derrumbaron nuestras iglesias" y persiguieron a los cristianos en la época de la Unión Soviética. Rav Alexander Boroda, Presidente de la Federación de Comunidades judías de Rusia, indicó que esto representa una escalada peligrosa. "Por lo general estas declaraciones vienen de irresponsables que instigan campañas antisemitas" explicó Rav Boroda. "Cuando oímos esto de boca del vocero Delegado del Duma (Parlamento) del Estado en una conferencia de prensa oficial, entendimos que esta acción socava directamente la coexistencia interétnica en el país y aumenta la tensión".

Las declaraciones de Tolstoy llegaron una semana después de que una corte de distrito de la ciudad de Yekaterinbug sentenciara a un acusado a servicio comunitario por incitar el odio hacia los judíos acusándolos en un medio social de "dominar" a Rusia y al mundo.

En febrero del 2017, se le ordenó dejar Rusia a una familia de prominentes líderes judíos, el rabino estadounidense Ari Edelkopf, su esposa Jana y sus siete hijos, porque los oficiales decidieron que el rabino Edeklopf era una amenaza para la seguridad nacional. La orden no fue acompañada por ninguna acusación ni explicación oficial. El rabino Edelkopf y su esposa se volvieron conocidos durante los Juegos Olímpicos de Invierno del 2014 en el centro turístico ruso de Sochi, donde lideraban una fuerte comunidad judía de 3.000 miembros. Durante las olimpiadas, los visitantes judíos podían rezar en tres sinagogas, disfrutar de cinco centros de información y disfrutar de un catering kósher las 24 horas del día. Un vocero de la Federación de las Comunidades Judías de Rusia dijo que la orden "genera seria preocupación sobre el futuro de las comunidades judías del país".

7. La emigración a Israel

Dada la incertidumbre política y el antisemitismo de la Rusia actual, muchos judíos planean emigrar. Rusia es el principal proveedor de inmigrantes a Israel. En el 2015 llegaron a Israel 6.716 judíos rusos, estableciendo un récord de diez años. Ese récord fue batido en el 2016, cuando la cifra llegó a 7.000 inmigrantes.

Muchos rusos que se identifican como judíos visitaron Israel y muchos tienen parientes que viven allí. Comprar propiedad en Israel es algo popular entre los judíos rusos que pueden costearlo, porque eso les asegura tener un lugar al que mudarse si llegaran a sentir la necesidad de abandonar Rusia.

En el año 2014 David Nazarov, residente judío de Moscú, le explicó al Times of Israel que él, al igual que muchos judíos rusos, pensaba en mudar a su joven familia al estado judío. "Me encantaría ver a mis hijos y nietos crecer en Israel. El país es pequeño y está rodeado de enemigos, pero me siento mucho más seguro en Israel que en Rusia. Es por la gente, porque sé que estoy en un estado judío". En los tres años posteriores a su comentario, varios miles de judíos rusos convirtieron su sueño en realidad, se despidieron de la madre patria rusa y construyeron una vida nueva en Israel.

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