El antisionismo, la nueva cara del antisemitismo

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No gritan “Muerte a los Israelíes”, gritan “Muerte a los judíos”.

La guerra en Gaza ha expuesto muchos mitos.

Ahora sabemos hasta qué punto Hamás engañó al mundo mientras declaraba pobreza y utilizaba la ayuda del mundo para municiones y misiles —e incluso como convirtió a sus líderes in absentia en multimillonarios—.

Ahora sabemos cómo el cemento que entraba a Gaza bajo el pretexto de que sería utilizado para la construcción de escuelas e infraestructura básica fue mal utilizado para construir en vez los más sofisticados túneles para actividades terroristas a una escala inimaginable y sin precedentes.

Ahora sabemos cómo aquellos que hablan con devotos clichés en CNN sobre cómo sólo quieren asegurar una buena vida para sus hijos, los usan finalmente como escudos humanos y alaban la muerte y el martirio como sus ideales más nobles.

Pero hay un mito más, que por mucho tiempo tuvo demasiados partidarios alrededor del mundo, y que ahora ya no puede seguir sosteniéndose. La discusión sobre el verdadero significado del antisionismo ha terminado.

Hace muchos años había aquellos quienes ya percibían la verdad, pero cuando lo expresaban, a menudo eran ridiculizados, si no denigrados. Sin embargo, uno tendría que ser ciego hoy en día, para no estar de acuerdo.

Martin Luther King fue profético en reconocer esto durante su vida. Él no tenía miedo de hablar la verdad. Sus palabras resuenan aún más enfáticamente ahora, en la secuela de la respuesta del mundo ante la reacción de Israel frente a los misiles lanzados indiscriminadamente sobre sus habitantes:

“Cuando las personas critican a los sionistas, en realidad, se refieren a los judíos. ¡Estás hablando de antisemitismo!”.

Como Stephen Harper, el primer Mandatario canadiense en dirigirse a la Kneset, dijo abierta y claramente en enero del año pasado: “El antisionismo es la nueva cara del antisemitismo”.

Y Harper fue criticado. Los críticos repitieron su mantra: la oposición a Israel no es oposición a los judíos. Odiar a Israel no es lo mismo que odiar a los judíos. Solamente porque las personas tienen problemas con las políticas de Israel eso no significa que tienen algo en contra de los judíos del resto del mundo.

Ahora abre tus ojos y ve lo que está ocurriendo en las supuestas capitales civilizadas de Europa. En Francia, manifestantes asaltaron físicamente a judíos en sinagogas. No israelíes. No la embajada israelí. Judíos. Judíos rezando, judíos que pueden inclinarse a la izquierda o a la derecha en relación a sus visiones sobre los asentamientos o pueden estar en desacuerdo con las políticas israelíes. Mientras sean judíos, ellos siguen siendo el enemigo.

Lemas asesinos de los días de Hitler se escuchan en reuniones pro palestinas en Alemania. Tiendas de dueños judíos fueron atacadas y quemadas. El embajador israelí en Alemania, Yakov Hadas-Handelsman, dijo: “Persiguen a los judíos en las calles de Berlín… como si estuviéramos en 1938”. Ha habido reportes de manifestantes cantando “judíos a las cámaras de gas”.

Estamos experimentando actualmente una explosión de odio violento hacia los judíos que nos escandaliza y consterna.

Dieter Graumann, presidente del Consejo Central de Judíos en Alemania, dijo que el alza en los ataques era un espantoso recordatorio de una era que supuestamente estaba en el pasado distante. “Estamos actualmente experimentando en este país una explosión de mal y odio violento hacia los judíos que nos escandaliza y consterna. Nunca pensamos que visiones antisemitas de la forma más repugnante y primitiva serían cantadas nuevamente en calles alemanas”.

Roger Cukierman, del Consejo Representativo de Instituciones Judías en Francia, dijo que los judíos están viviendo con temor. “No están gritando “Muerte a los israelíes” en las calles de París”, dijo él. “Están gritando “Muerte a los judíos”.

En Bélgica, un cartel en un café de San-Nicolás, un pueblo ubicado justo al este de la ciudad sureña de Lieja dice: “Se permiten perros en este establecimiento pero bajo ninguna circunstancia judíos”. En ciudades grandes hay reportes de tiendas judías que fueron boicoteadas, y de tiendas que se niegan a vender a judíos.

Concedamos por un momento que puede ser que existan aquellos que sienten que los árabes tienen reclamos legítimos. ¿No debiéramos preguntarnos de todas formas por qué invariablemente el desacuerdo con las políticas de Israel legitima llamadas al genocidio y a renovar los esfuerzos de Hitler de aniquilar a los judíos donde sea que estén?

En el 2008 un reporte del Departamento de Estado ya advirtió que “Nuevas formas de antisemitismo a menudo incorporan elementos de antisemitismo tradicional. Sin embargo, la característica que distingue al nuevo antisemitismo es la critica al sionismo o a la política israelí que —ya sea intencional o involuntariamente— tiene el efecto de promover ciertos prejuicios en contra de todos los judíos al demonizar a Israel y a los israelíes, y atribuir las faltas percibidas de Israel a su carácter judío. Este nuevo antisemitismo es común en el Medio Oriente y en comunidades musulmanas de Europa, pero no está confinado a estas poblaciones…”

La mejor forma de reconocer las raíces antisemitas de la actual histeria anti Israel es, utilizando la brillante advertencia de Seymor Martin Lipset hace un tiempo en contra de “la peligrosa confluencia entre antisionismo y antisemitismo” y su receta para reconocer la diferencia entre ellos. Le rogaría a todos revisarlas cuidadosamente y considerar luego las críticas contemporáneas de las acciones israelíes en Gaza:

  • “Ten en cuenta la fuente”. ¿El que habla es alguien con una historia de actitud anti judía? Probablemente su antisionismo es sólo una excusa para su antisemitismo”.

  • “Los críticos que habitualmente señalan a Israel mientras ignoran acciones peores a manos de otros países (especialmente otros países del Medio Oriente) son antisemitas”.

  • “Asemejar Israel a la Alemania Nazi, o a otras conductas anti judías tradicionalistas estereotípicas es otro signo seguro de antisemitismo”.

  • “Los ataques en relación al derecho de existir de Israel en vez de a políticas gubernamentales individuales son antisemitas”.

De acuerdo a estos estándares, podemos finalmente enterrar el mito detrás del cual aquellos que odian a los judíos han camuflado tan inteligentemente su racismo. Cuando Israel es atacado por sus críticos simplemente porque se rehúsa a cometer suicidio, sabemos con certeza que ellos no son mejores que la larga lista de figuras históricas que no buscaron nada menos que la aniquilación de los judíos, y de paso, que probablemente tendrán el mismo destino que todos nuestros enemigos.

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