El judío secreto y su manuscrito perdido

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La asombrosa historia de Luis de Carvajal, un judío secreto que fue asesinado en el siglo XVI, y la insólita supervivencia del escrito de sus recuerdos.

Hace aproximadamente 500 años, Luis de Rodríguez Carvajal, un judío secreto viviendo en el terror de la Inquisición Española, escribió las siguientes palabras, poniendo en gran riesgo su vida: “Practicar judaísmo no es herejía, es la voluntad del Señor nuestro Dios”.

El libro judío que escribió en secreto fue encontrado y está en exposición por primera vez en décadas.

Luis de Rodríguez Carvajal y su familia vivieron en el siglo XVI en España. El judaísmo había sido prohibido allí en 1492, pero muchos judíos, incluyendo a la familia Rodríguez, continuaron aferrándose secretamente a su fe y sus rituales, mientras públicamente vivían como católicos. La temible Inquisición Española cazaba brutalmente a estos judíos secretos, torturando y ejecutando a todo el que estuviera involucrado en rituales judíos.

Foto del manuscrito Carvajal.

Alrededor de 1580, Luis de Rodríguez, su madre, su padre y hermanos fueron invitados a asentarse en el estado de Nuevo León —un área que hoy es parte de México— gobernada por su tío, Don Luis Carvajal. La familia se mudó y se volvió cercana a Carvajal, cambiando su apellido de Rodríguez y aceptando públicamente la fe católica de su poderoso pariente.

En la “Nueva España”, Luis de Rodríguez, ahora de Carvajal “el Joven”, continuó manteniendo su identidad judía lo mejor que pudo. Los viernes, antes de shabat, la mamá de Luis y sus hermanas lavaban las sábanas y preparaban comidas festivas, incluyendo un pollo para cenar el viernes en la noche. Toda la familia vestía sus mejores ropas el sábado, y las mujeres de la familia dejaban la costura que normalmente las mantenía ocupadas (aunque se aseguraban de tener sus costuras a mano por si aparecía un visitante inesperado).

Durante un mes, le transmitió su conocimiento a Luis, preparándolo para ser el líder de su círculo secreto de judíos.

Antes de Pésaj, Luis y otros judíos secretos en su comunidad mexicana mataban un cordero, lo asaban y lo comían, tratando de recrear, como Luis describía, el primer festín de Pésaj: “De pie, como personas a punto de salir de viaje, con bastones en las manos y los lomos ceñidos”. Su comunidad también celebraba en secreto las festividades judías de Purim y Iom Kipur.

En 1585, Luis y su padre, Francisco Rodríguez, que trabajaban como mercaderes, viajaron juntos a la Ciudad de México por negocios. Allí, Francisco se enfermó de gravedad. Temiendo nunca recuperarse, le dijo a su hijo Luis todo lo que pudo sobre su secreta fe judía. Durante un mes, le transmitió su conocimiento a Luis, preparándolo para ser el líder de su círculo de judíos secretos. Fue una época intensa que cambió profundamente el curso de la vida de Luis.

Cuando volvió a casa, Luis estaba más comprometido que nunca con su fe secreta. Se circuncidó y comenzó a declarar sus creencias judías públicamente. También alentó a otros judíos secretos a hacer lo mismo. En algún momento cerca de 1590, Luis y su familia fueron arrestados por alentar el judaísmo. Su madre, Francisca Núñez de Carvajal, fue torturada casi hasta la locura. Las autoridades de la Inquisición dijeron después que, bajo tortura, implicó a su esposo e hijos como judíos secretos.

Durante esta época, Luis comenzó a escribir sus recuerdos, titulados “Memorias”, con letras pequeñas en páginas miniatura, de unos 7,5 x 10 cm. En su libro secreto, Luis pareció darle libertad a su imaginación, llamándose con un nombre nuevo que puede haber tenido un significado secreto en su comunidad: Yosef Lumbroso.

El libro comienza: “Salvado, por el Señor, de terribles peligros, yo, Yosef Lumbroso, de la nación hebrea…” y continúa dirigiéndose a “todo el que cree en el Santo Sanctórum y que tiene esperanza por grandes misericordias”.

Memorias” eventualmente creció hasta 180 pequeñas páginas escritas con una letra tan pequeña que es casi imposible leerla. Además de las memorias de Luis, incluía plegarias judías, los Diez Mandamientos y los 13 Principios de Fe de Maimónides. Luis cosió minuciosamente el libro; su pequeño tamaño sugiere que estaba oculto en uno de sus bolsillos y que lo llevaba siempre con él.

Luis saltó de una ventana para escapar de su horrenda tortura. De alguna forma, sobrevivió.

Luis fue brevemente liberado de la prisión. Algunos eruditos modernos creen que fue para que las autoridades de la Inquisición pudieran rastrear sus actividades. Trágicamente, en 1596, fue arrestado, junto a su madre, cuatro hermanas, su hermano y muchos otros judíos, y fueron torturados. En un punto, a Luis se le mostró su manuscrito y reconoció que era propio. Fue torturado con tanta severidad que saltó de una ventana para escapar de la agonía. De alguna forma, sobrevivió.

Finalmente, después de semanas de durísima tortura y cautiverio, nueve de los judíos fueron asesinados en una quema pública en masa por el “crimen” de ser judíos. Las víctimas incluyeron a la madre de Luis, sus hermanas Isabel, Catalina y Leonor, y a Luis mismo. Luis tenía 30 años de edad (cinco años después, Mariana, otra hermana, fue quemada públicamente en la estaca).

Milagrosamente, el libro secreto de Luis sobrevivió. Hecho harapos, gastado, con las páginas aparentemente pasadas una y otra vez por una cantidad desconocida de lectores a través de los años, “Memorias” eventualmente fue puesto en los Archivos Nacionales de México, en donde permaneció durante cientos de años, hasta que desapareció en 1932.

Durante ocho décadas, “Memorias” permaneció perdido. En diciembre de 2015, reapareció repentinamente en una casa de remates en Londres.

Nadie sabe quién lo llevó, pero los eruditos modernos tienen una teoría. En la época, al menos tres académicos estaban investigando a la familia Carvajal en los Archivos Nacionales. Un historiador acusó a un rival, un académico judío de la Northwestern University cerca de Chicago, de robar el libro. El académico judío pasó cerca de tres meses en prisión por el robo, pero no había evidencia que lo implicara en el crimen. Se piensa que el académico que lo acusó del robo fue el verdadero ladrón.

Durante ocho décadas, “Memorias” permaneció perdido. Luego, en diciembre de 2015, reapareció repentinamente en una casa de remates en Londres. Bloomsbury Auctions no reconoció la importancia del libro, describiéndolo insípidamente en su listado de remates como “pequeños manuscritos devotos” y poniéndole un precio de $1.500, una pequeña fracción del valor real de la obra.

En relación al origen del documento, todos los rematadores revelaron que provenía “de la biblioteca de una familia de Michigan… en su posesión durante varias décadas”. Timothy Bolton, un especialista en Bloomsbury Auctions, justificó su decisión de mantener en secreto las identidades de los propietarios anteriores diciendo: “uno de los pilares del mundo de subastas es la privacidad de nuestros clientes”.

Memorias” fue adquirido en Londres y puesto nuevamente a la venta, de inmediato, en Nueva York. Allí, Leonard Milberg, un prominente coleccionista neoyorkino de 85 años, lo vio y reconoció su importancia. Consultó con expertos, quienes concordaron en que el pequeño libro era de Luis de Carvajal, y también le advirtieron al Sr. Milberg que había sido robado. “Es la más antigua narrativa personal sobreviviente de un judío del Nuevo Mundo… y el más antiguo manuscrito de adoración y relato de la llegada al Nuevo Mundo en existencia”, explica el erudito David Szewczyk.

El Sr. Milberg se puso en contacto con Diego Gómez Pickering, el Cónsul General de México en Nueva York, e hizo los arreglos para repatriar el libro, pagando decenas de miles de dólares de su propio dinero para adquirirlo y que sea devuelto a los Archivos Nacionales de México. Sólo tuvo dos exigencias. Una fue antes de su repatriación en marzo: que “Memorias” esté en exposición en Nueva York, como está en la actualidad en la New York Historical Society.

El Sr. Milberg observando el manuscrito de Luis de Carvajal en la New-York Historical Society. Foto de Sara Krulwich /The New York Times.

El Sr. Milberg también pidió que se hicieran copias digitales del libro de Luis de Carvajal para la Princeton University y para la Manhattan’s Spanish-Portuguese Synagogue. Esto, explicó el Sr. Milberg, es una forma de “vengarse del antisemitismo. Quería mostrar que los judíos fueron parte de los primeros inmigrantes al Nuevo Mundo”. “Este libro fue escrito antes de que llegaran los peregrinos”.

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