La verdadera realidad de los solteros judíos

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El problema no es de ellos, ¡es de todos nosotros!

Hace poco oficié la boda de una hermosa pareja que se conoció a través de la página web de citas para judíos frumster.com. Después de la jupá, estaba llenando el registro de casamientos de la sinagoga cuando me encontré con una línea punteada para el ‘nombre y dirección del casamentero’. Debo admitir que me reí cuando comencé a llenar el espacio en blanco con las letras www.

Con la increíble tecnología de Internet se ha vuelto mucho más accesible salir de citas para los judíos solteros de todas partes del mundo, y no sólo eso, sino que ¡además funciona! Sin embargo, una gran desventaja de las citas concertadas por Internet es que deja la responsabilidad de encontrar el alma gemela exclusivamente en las manos de la persona. En el pasado, la comunidad judía jugaba un importante rol sugiriéndoles parejas a las personas solteras, pero actualmente la comunidad podría perfectamente quedarse cruzada de brazos y excusarse de la responsabilidad mientras los solteros se ven forzados a arreglárselas por sí mismos.

La realidad es que muchas personas conocen solteros en las bodas y pronuncian el cruel comentario de: “Que seas el próximo”, o alternativamente dicen: “Conozco a la persona perfecta para ti” y luego no hacen ningún esfuerzo por presentarlos. Independientemente de lo bienintencionados que sean estos comentarios, pueden ser una fuente de mucho dolor y frustración para quien sigue volviendo solo a casa a su solitario departamento. Muchos de nosotros no estamos conscientes de lo insensible que es aumentar las esperanzas de otra persona para luego no hacer nada al respecto. Por desgracia, somos rápidos para hablar y lentos para actuar.

Miles de veces por día nos hacen la pregunta: “¿Se te ocurre alguien para tal o cual?”, ante la cual solemos responder escaneando nuestra lista mental de las tres o cuatro personas que se nos vienen inmediatamente a la mente y, por lo general, el tema nunca va más allá de esa fugaz conversación. Nada cambia, no hay intercambio de números telefónicos y nadie presenta a nadie.

La mitzvá de amar incondicionalmente a todo judío nos recuerda que cada uno de nosotros, ya sea soltero o casado, tiene que interesarse lo suficiente como para hacer algo al respecto.

La pregunta es: ¿cómo convertimos esas bien intencionadas conversaciones, pensamientos y comentarios en acciones que puedan marcar una diferencia?

Creo que el primer paso es que nos demos cuenta de que el problema de los solteros judíos no es su problema, sino que es el problema de todos nosotros. La mitzvá de amar incondicionalmente a todo judío nos recuerda que cada uno de nosotros, ya sea soltero o casado, tiene que interesarse lo suficiente como para hacer algo al respecto. Cuanta más gente asuma la responsabilidad, más rápido podremos realizar el cambio que literalmente impactará a las generaciones futuras.

Haz la lista

Si eres como yo, probablemente ya estás listo para asumir el compromiso de ayudar, pero no te sientes capaz de desempeñar el papel de shadján, ‘casamentero’.

Me gustaría sugerirte el siguiente método: tómate unos minutos y haz una lista de todas las personas que conoces que aún no están casadas. Ten esta lista contigo en todo momento, en tu teléfono o en tu billetera. Cada vez que conozcas una nueva persona o que recuerdes el nombre de un viejo amigo o compañero de clases que sigue soltero, agrégala a la lista. Te sorprenderá la cantidad de gente que tendrás en tu lista (lo cual es razón más que suficiente para que intentes hacer algo al respecto).

Luego, la próxima vez que alguien te pregunte si conoces a alguien para presentarle a tal o cual, en lugar de continuar la conversación informalmente estarás en posición de ponerte a trabajar. Saca tu lista, revisa las docenas de nombres que has recolectado y explora las posibilidades. Nunca sabrás cuándo tu participación terminará desencadenando una llamada telefónica, una cita o incluso un matrimonio. Planear las parejas es trabajo de Dios, pero ser los intermediarios para que el plan divino se ejecute es nuestra responsabilidad.

Hay otra razón importante para que mantengas esta lista contigo en todo momento. Todo el tiempo que tengas nombres en tu lista, tendrás más posibilidades de acordarte de ellos durante tus rezos. Imagina el impacto que puede tener si, de repente, miríadas de nosotros comenzáramos a rezar todos los días para que quienes nos rodean encuentren a su bashert, ‘alma gemela’. Nunca debemos subestimar el poder de nuestra plegaria.

Comprometámonos a invertir unos cuantos minutos a la semana para interesarnos en quienes nos rodean, mantenerlos en mente y rezar por ellos. Cuanto más hagamos, más sabrán que a pesar de su soledad jamás estarán solos. Por favor comparte este valioso método en tu sinagoga, con tus amigos y con tus vecinos. Si nuestros sinceros esfuerzos y plegarias logran generar aunque sea sólo una pareja, ¡entonces todo habrá valido la pena!

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