Purim entonces, Irán ahora

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Persia es el Irán actual, nuestro Hamán contemporáneo que busca nuestra destrucción.

La antigua Persia de los tiempos bíblicos es conocida actualmente como Irán.

Ya son más de dos milenios desde que ocurrió allí la historia de Purim y que fue milagrosamente abortado un intento de genocidio en contra del pueblo judío.

El Hamán de entonces tenía un plan. “Muerte a los judíos” era su esquema. Celebrar Purim es nuestra conmemoración de su fracaso. Pero la historia se repite. Hamán como persona fue colgado, pero Hamán como prototipo de quien odia a los judíos sigue viviendo, renovando sus esfuerzos con más dedicación y perseverancia que nunca.

Desde Irán —el hogar bíblico de Hamán— volvemos a ver el eslogan de “muerte a los judíos”, esta vez en un video que fue lanzado por la televisión estatal de Irán. En éste, se muestra el lanzamiento de varios misiles balísticos, los cuales aparentemente tendrían un sistema guía, e Israel estaría dentro de su radio de alcance. Prominentemente pintado en las cabezas de los misiles, y en hebreo para que las pretendidas víctimas entendieran el mensaje, se encontraba su meta final: “Israel debe ser borrado de la faz de la Tierra”.

El momento en que llega esta horrible amenaza no es coincidencia. El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, se encontraba en ese preciso instante visitando Israel. Las pruebas balísticas, según declaró el comandante de la división aeroespacial iraní, Amir Ali Hajizadeh, buscaban “intimidar a Israel”. Pero los comentaristas políticos vieron un mensaje más profundo. Poco después de que el tratado con Irán fuera firmado el pasado mes de julio —lo cual permitió que fueran removidas las sanciones, con lo que el gobierno iraní pudo cosechar los beneficios de la legitimidad internacional, así como miles de millones de dólares—, el liderazgo de Irán quería dejar en claro que el tratado en ningún caso menguaba su meta de lograr la aniquilación total de su vecino israelí y que no tenían miedo de una eventual represalia de Estados Unidos o de otro país en lo relacionado a la remoción de las sanciones.

Biden no dijo nada, y tampoco el presidente de Estados Unidos.

Los misiles ilegales con claras amenazas al estilo de Hamán fueron ignorados, tal como los líderes iraníes sabían que ocurriría. Y el gobierno iraní —ahora inundado de dinero por la remoción de las sanciones— anunció con orgullo su nuevo programa de “entrega de regalos”. Ya identificado como el mayor patrocinador estatal del terrorismo, Irán ahora pagará el equivalente a 7.000 dólares a “toda familia de un mártir de la intifada en Jerusalem”. Es más, Teherán pagará 30.000 dólares a la familia de cualquier terrorista cuya casa sea destruida por Israel, una táctica que ha utilizado el estado judío para frenar los ataques.

Ya ha pasado casi un año desde que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, justificó el acuerdo con Irán con gran fanfarrea y con duras palabras para quienes no compartían su optimista visión (como el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu). En ese entonces, declaró ante la radio nacional estadounidense que, como consecuencia de las negociaciones nucleares, “Irán comenzará a tomar decisiones diferentes, que serán menos ofensivas para sus vecinos; bajará el tono de su retórica en términos de su virulenta oposición a Israel”.

¿Acaso los misiles que llevaban un claro mensaje sobre la destrucción de Israel validan esa añoranza?

Purim continúa siendo celebrado porque su mensaje necesita ser recordado. Quienes buscan la destrucción del pueblo judío son malvados. Debemos tomar conciencia de su mal. Sus palabras deben ser tomadas en serio. Su meta debe ser evitada. Hamán y sus descendientes deben ser derrotados.

¿Y cómo celebramos Purim hoy en día, con el moderno Irán creciendo en poder, fuerza y riqueza?

Probablemente las palabras más importantes de la Meguilat Ester son “ve-nahafoj Hu”, ‘y fue revertido’ (Ester 10:1). La tragedia fue revertida a última hora, y todos los planes de Hamán para destruir a los judíos fueron utilizados finalmente para salvarlos. Pero debemos recordar que pasó un largo período de tiempo entre el decreto inicial y la resolución final, entre el miedo y la intervención divina.

No hay dudas de que estamos viviendo nuevamente la historia de Purim. Persia es actualmente Irán, nuestro Hamán contemporáneo que busca nuestra destrucción. Lo que debemos destacar es que aún no estamos al final de la historia. Todavía se está desarrollando. Pero nuestro pasado debe tranquilizarnos. Purim culmina con el mal que nuestros enemigos pretendían causarnos, recayendo sobre ellos en cambio.

“Y fue revertido”. Así fue para nuestros ancestros y así será también para nosotros. En Purim, brindemos por ello. ¡Lejaim!

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