Siete principios para mantener el diálogo entre los judíos

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Cómo superar respetuosamente nuestros desacuerdos para poder seguir prosperando como pueblo.

En tan sólo unos días es el ayuno del 17 de tamuz y con él comienza el período de duelo del calendario judío que es conocido como las ‘Tres Semanas’. Estas tres semanas concluyen con el día más triste del año, el nueve de av.

Dos veces Israel sufrió la derrota y el exilio. La primera vez (la conquista del reino del norte y un siglo y medio más tarde la destrucción del Primer Templo y el exilio de Babilonia) fue una consecuencia directa de la división del reino en dos partes tras el fallecimiento de Salomón. La segunda vez (la derrota ante los romanos y la destrucción del Segundo Templo), fue el resultado de las intensas divisiones y la lucha interna, sinat jinam, u ‘odio gratuito’

Hoy, a lo largo del mundo judío, siguen existiendo muchos conflictos internos. Cuando judíos individuales o grupos de judíos tienen desacuerdos (algo inevitable), tenemos que encontrar la manera de superarlos respetuosamente, para asegurar que podamos seguir prosperando como pueblo.

Con este objetivo, a continuación enumero lo que considero siete principios claves para mantener el diálogo entre los judíos. Espero que puedas poner en práctica alguno de ellos, o todos.

PRINCIPIO 1: Seguir conversando, aunque no se esté de acuerdo. Mientras más se habla, más probable es que eventualmente se llegue a encontrar una forma de resolver juntos el problema.

PRINCIPIO 2: Escuchar atentamente al otro. Escuchar lo que dice tu oponente. Escuchar es profundamente terapéutico. También es profundamente espiritual. La buena noticia sobre el pueblo judío es que estamos entre los mejores oradores del mundo, La mala noticia es que estamos entre los que menos saben escuchar. Esto tiene que cambiar. Shemá Israel, el importante mandamiento, significa: “Escucha, Israel”.

PRINCIPIO 3: Debes ser siempre humilde y modesto al esforzarte por entender el punto de vista con el cual no estás de acuerdo. Ese era el camino de Hilel, y sigue siendo la primera regla en la resolución de conflictos.

PRINCIPIO 4: Nunca busques la victoria. Nunca busques lograr derrotar a tus oponentes. Si tú intentas derrotar a tu oponente, él (así es la psicología humana) buscará tomar represalias derrotándote a ti. El resultado final será que incluso si hoy ganas, mañana perderás, y al final todos terminarán perdiendo. No pienses en términos de victoria y derrota. Piensa en términos de lo que es mejor para el pueblo judío.

PRINCIPIO 5: Si tú manifiestas desprecio hacia otros judíos, ellos manifestarán desprecio hacia ti. Si tú manifiestas respeto hacia otros judíos, ellos te manifestarán respeto. Si buscas respeto, brinda respeto.

PRINCIPIO 6: Recuerda que la base del pueblo judío es: “kol Israel arevim zé la-zé”, ‘Todos los judíos son responsables los unos por los otros’. Podemos no estar de acuerdo en todo, pero seguimos siendo una misma familia. Si tienes un desacuerdo con un amigo, mañana él puede no ser más tu amigo. Pero si tienes un desacuerdo con un miembro de la familia, mañana seguirá siendo parte de tu familia. Ser una familia es lo que nos mantiene juntos. No necesitamos estar todos de acuerdo, pero tenemos que preocuparnos los unos por los otros.

PRINCIPIO 7: Dios nos eligió como pueblo. Él no eligió sólo a los rectos. Nos eligió a todos. Como un pueblo nos presentamos ante Dios y también como un pueblo nos presentamos ante el mundo. El mundo no hace distinciones, los antisemitas no hacen distinciones. Estamos unidos por un pacto de memorias compartidas, identidad compartida, destino compartido, incluso si tenemos diferentes perspectivas respecto a nuestra fe.

Los Sabios dijeron que la Torá fue entregada para que haya paz en el mundo. ¿Cómo es posible que el pueblo judío o el Estado de Israel puedan estar en paz con el mundo si no somos capaces de vivir en paz entre nosotros mismos? Recuerda esto la próxima vez que estés tentado de alejarte de algún grupo de judíos que pienses que te han ofendido. Debemos hacer algún esfuerzo, algún gesto, escucharnos mutuamente, perdonarnos y permanecer unidos como una familia extensa y con infinitas variedades. Este es el máximo tikún para el dolor de las Tres Semanas que devastó nuestra historia y sigue reverberando. 

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