Super Bowl 2018: 6 aspectos judíos

7 min de lectura

Incluyendo tres propietarios judíos y un director general judío

Los Philadelphia Eagles se enfrentan a los New England Patriots en el Super Bowl 2018. Ambos equipos tienen sorprendentes conexiones judías. He aquí seis datos que tal vez desconocías sobre el Super Bowl LII.

1. Los dueños de los equipos son judíos

Por tercera vez desde el 2012, ambos equipos del Super Bowl tienen dueños judíos. Jeffrey Lurie de los Eagles, y Robert Kraft de los Patriots. De hecho, nueve de los 32 equipos de la NFL tienen dueños judíos, un testimonio del profundo amor al fútbol americano entre los judíos de los Estados Unidos.

Robert Kraft, de los New England Patriots:

Robert Kraft es conocido como uno de los mayores filántropos judíos. El director ejecutivo del grupo Kraft, Robert, ha donado más de 100 millones de dólares a caridad, la gran mayoría a causas judías. Hilel en la Universidad de Columbia, su alma mater, se encuentra en el Centro Kraft para la vida estudiantil judía. Su bella fachada está cubierta con piedras doradas de Jerusalem y trae a Manhattan el sabor de la Tierra Sagrada.

Robert creció en un hogar observante en Brookline, Massachusetts. Su padre Harry era un modisto que también enseñaba en la Escuela Hebrea en la sinagoga Krafts, y deseaba que Robert se convirtiera en un rabino. En la secundaria, Robert nunca jugó en equipos deportivos porque no quería asistir a los partidos en Shabat. Como adulto, Robert y su difunta esposa Myra, se convirtieron en filántropos, apoyando a docenas de causas judías y no judías en los Estados Unidos y en Israel.

La pareja tenía una afinidad especial hacia el estado judío, invirtiendo en Israel e incluso enviaron a los jugadores de los Patriots a visitar el país en diversas ocasiones. El nuevo y moderno estadio deportivo de Jerusalem es el Estadio de la Familia Kraft, un tributo a la generosidad de Robert y Myra. Myra también apoyó al equipo nacional femenino de futbol americano, los proyectos de absorción para los inmigrantes etíopes y ayudó a Robert a alentar a que la ciudad de Boston se convirtiera en una ciudad hermana de Haifa.

Robert Lurie, Philadelphia Eagles

Robert Lurie, el dueño de los Philadelphia Eagles, también es judío. Él se describe a sí mismo primordialmente como un judío cultural, aunque hay una tradición judía a la que se apega fielmente: cada año viaja a visitar la tumba de su padre en el Cementerio del Templo Israel, cerca de Boston, para honrar el recuerdo y el legado de su padre. Allí, él derrama su corazón, hablando en silencio con su padre, repasa lo que ocurre en su vida y comulga con el recuerdo de su padre. El padre de Robert Lurie falleció cuando Robert tenía apenas nueve años. Durante décadas, Robert mantuvo la tradición de visitar su cementerio judío.

2. Un súper fanático judío en Philadelphia

En el curso previo al Super Bopwl, un anciano judío de 99 años emergió como el súper fanático de los Philadelphia Eagles: “Philadelphia Phil”. Phil Basser asistió a su primer partido de la NFL en 1936 y ha sido un acérrimo seguidor de los Eagles desde que tenía 15 años, cuando los Eagles se convirtieron en un equipo en 1933. Sigue semanalmente el destino de su equipo amado, y a menudo duerme una siesta antes de los partidos para poder permanecer despierto.

Phil Basser

Durante el partido de los Vikings y los Eagles, el 21 de enero, Millie Wall de 99 años y fanática de los Vikings, asistió por primera vez a un partido de pretemporada. Millie se convirtió en una sensación en los medios sociales. Josh Potter, el nieto de 18 años de Phil Basser, respondió con un tweet sobre su abuelo, afirmando que él es un firme defensor de los Eagles: “¡Aparentemente estamos presenciando una batalla entre centenarios!”, escribió Josh y su post se volvió viral. Pocos días después, Phil Basser apareció en Sports Illustrated, fue entrevistado en las noticias locales y se convirtió en una sensación en los medios sociales en su Philadelphia nativa.

Phil nació en una familia judía pobre de Philadelphia en 1918. Su madre falleció cuando Phil tenía apenas cuatro años y su hermana falleció cuando él tenía ocho. Al no encontrar la forma de llegar a fin de mes, el padre de Phil lo dejó durante la semana en un orfanato judío y sólo lo llevaba a casa los fines de semana. Phil sirvió en el otro lado del océano durante la Segunda Guerra Mundial y también durante la Guerra de Corea.

El abuelo Phil y su nieto Josh

Luego de su carrera militar, Phil fundó una agencia de publicidad en Philadelphia y tuvo una carrera exitosa. Él y su esposa Pearl tuvieron 4 hijos y 14 nietos. Pearl falleció el año pasado. Phil se mudó a Nueva York para vivir con su hija. De todas maneras, sigue siendo un fanático de los Eagles y planea asistir al Super Bowl por primera vez. “Uno puede observar mi vida y ver las dificultades y la tragedia”, le dijo a Philly Voice. “Todo eso fue devastador, pero yo elegí despertarme cada día y ver lo mejor que la vida tenía para ofrecerme”.

3. Una bienvenida judía en Minneapolis

Por tercera vez en la historia de la NFL, no sólo los dueños de ambos equipos del Super Bowl son judíos, sino que también lo es el dueño del equipo en cuyo estadio se jugará el gran partido: Mark Wilf de los Vikings de Minnesota. Los padres de Wilf son sobrevivientes del Holocausto, y él recuerda: “Ellos siempre fueron muy sionistas y tuvieron un enorme amor por Israel, pero en la misma medida amaban a los Estados Unidos, lo que este país significa para nuestra familia y para el mundo”.

Mark recuerda haberse sentido destruido cuando era pequeño y perdía su equipo preferido de la infancia (los New York Giants). Su padre les decía a él y a su hermano: “Mírenlo de esta forma, las cosas podrían haber sido todavía peor, ustedes podrían haber sido los dueños del equipo”. Ahora Mark se ríe cálidamente ante el recuerdo.

Durante los últimos 50 años, la Fundación de la Familia Wilf donó más de 200 millones de dólares a causas judías e israelíes. Los Wilf se encuentran entre los principales benefactores de Yad Vashem en Jerusaklem, y han fundado el Hospital Infantil Wilf en el Centro Médico Shaarei Tzedek en Jerusalem, el Harry Wilf (Independencia) en Jerusalem, el Campo Wilf en la Yeshiva University en Nueva York y el Centro Wilf en el Complejo de Servicio para la Familia Judía en Nueva Jersey, entre muchas otras causas.

Los visitantes que lleguen a Milwaukee para el Super Bowl verán una exhibición con fuerte contenido judío al llegar al Aeropuerto Internacional en Minneapolis-Saint Paul: “Transferencia de la memoria”, una muestra con 44 fotografías de sobrevivientes del holocausto del área de Minneapolis. La exhibición cambió de localidades desde el 2012 y fue instalada en el aeropuerto de Minneapolis para el período previo al Super Bowl. “Dada la gran cantidad de gente que llegará a la zona, este es un tema que precisa mayor consciencia, no sólo dentro de la Comunidad judía sino en la sociedad en general”, afirmó Mark Wilf respecto a la muestra sobre el Holocausto.

4. El director general de los Eagles aprende de sus errores

El director general de los Eagles, Howie Roseman, es judío, y en los últimos años ha encarnado una enseñanza clave del judaísmo: la disposición a aprender de los errores del pasado. Al terminar de estudiar Derecho, Howie se ofreció como voluntario a los Eagles como un interno sin sueldo, y eventualmente fue nombrado a los 35 años como el director más joven de la liga. Él efectuó una serie de intercambios, más que cualquier otro director en la liga, pero muchas de sus decisiones no fueron exitosas. En el 2015 fue relevado y sólo volvió al puesto un año más tarde, cuando comenzó a dar forma al equipo que eventualmente llegaría al Super Bowl del 2018.

A pesar de su reivindicación profesional y de haber sido elegido el Ejecutivo del Año de la NFL por la Asociación de Escritores de Futbol Americano, Roseman se mantuvo modesto respecto al éxito de los Eagles, resaltando los esfuerzos de su equipo y de los jugadores y evitando las entrevistas. Sin importar cuáles sean los resultados del Super Bowl LII, la disposición de Roseman a aprender de sus errores y su actual modestia en vistas del éxito son un ejemplo para todos.

5. Shabat Super Bowl

Como los fanáticos están llegando a Minneapolis desde todos los rincones del mundo, la comunidad judía ha abierto sus puertas, ofreciendo su hospitalidad para el Shabat, un día antes del gran partido.

“Por aquí tenemos sangre violeta”, explicó Wendy Khabie, la directora de marketing de Darkei Noam, una sinagoga ortodoxa en Minneapolis, en referencia a los profundos lazos de su comunidad con los Vikings de Minnesota. Aunque muchos siguen estando desilusionados porque los Eagles vencieron a los Vikings y obtuvieron ellos el puesto en el Super Bowl, su sinagoga anunció que abrirá sus puertas a todos los fanáticos que lleguen a la ciudad para el partido. Aproximadamente doce personas ya llamaron a la sinagoga, efectuando arreglos para los servicios y las comidas de Shabat.

6. Apuestas para tzedaká

En medio de la tensión entre Philadelphia y New England, algunas comunidades judías comenzaron a apostar respecto al resultado, y las caridades locales son los principales ganadores. La Congregación Rodef Shalom de Filadelfia y el Templo Israel de Boston (donde asistió Jeffrey Lurie, el propietario de los Eagles, cuando era un niño), han hecho una apuesta. La sinagoga cuyo equipo pierda donará 18 veces la diferencia de puntos en el marcador final del partido para caridad, y ambas sinagogas alientas a sus miembros a donar también de forma individual.

En California, dos rabinos que trabajan a 17 kilómetros de distancia pero que vienen de Boston y de Philadelfia, han entrado en una apuesta pública: el perdedor llevará a la otra congregación para el kidush de la mañana del Shabat delicias originarias de su pueblo de origen (Pretzels suaves de Philadelfia o Donas Dunkin, originarias de Boston). A medida que se acerca el partido, los rabinos, Paul Kipnes y Joshua Aaronson, también han prometido donativos de caridad si sus equipos pierden. En la Academia Judía Berman en Rockville, Maryland, el director Joshua Levisohn apostó con el presidente de la escuela, Dave Sloan, prometiéndoles a los estudiantes donas de crema de Boston (si ganan los Patriots) o pretzels suaves de Philadelphia si la victoria se la llevan los Eagles.

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