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Mi respuesta a una persona que está considerando el matrimonio mixto.

Querida Jennifer,

Como sabes, yo te respeto muchísimo y siempre he considerado tus opiniones muy seriamente. Estoy involucrándome en este intercambio de cartas no para molestarte, sino para afilar tanto tu percepción como la mía sobre este tema tan vital.

Yo sé que tú quieres mucho a Paul. Y todo lo que he escuchado sobre él indica que es una gran persona. Yo verdaderamente te creo cuando escribes que debes casarte con él porque lo amas, porque él es tu “alma gemela” y porque él te llena. El hecho de que resulte ser no judío es terriblemente decepcionante. Sin embargo, estoy preparado para reconocer que tú y Paul pueden probablemente convivir y ser inmensamente felices en su matrimonio, a pesar de sus diferentes creencias.

Creo que debes estar sorprendida por mi última frase. Déjame explicarte. La verdad del asunto es que la mayoría de los judíos hoy en día son muy parecidos a un no judío occidental promedio. Eso es porque, a pesar que no nos demos cuenta, 99,9% de nuestros estímulos diarios son no judíos. Un judío promedio sabe quién fue la madre de Jesús, pero no tiene idea quién fue la madre de Moshé. (No, no era Miriam (su hermana); era Yojeved). Un niño judío promedio conoce las canciones de navidad, pero no tiene idea que es Maoz Tzur (el himno de Januca). Así que efectivamente las diferencias entre judíos y no judíos han disminuido hasta el punto de ser intrascendentes.

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Es por eso que creo que para muchos judíos hoy en día no hay realmente una razón verdaderamente fuerte de por qué judíos y no judíos no puedan realizar una búsqueda de pareja independiente de su fe. Aún más, no creo que la tasa ligeramente más alta de divorcios entre parejas mixtas marque una gran diferencia; después de todo, 3 de cada 5 matrimonios terminan en divorcio de todas maneras.

La integración cultural por la cuál nuestros abuelos rezaron al llegar a América se convirtió en la disolución de la vida judía.

Tampoco creo que por el hecho de que seis millones de judíos murieron en el Holocausto tú o algún otro tenga la obligación de casarse con un judío para perpetuar el pueblo judío. Si alguien esta positivamente inspirado a perpetuar el pueblo judío en aras del Holocausto, bien. Sino, es importante que cada persona haga lo que es bueno para ella.

Sí, es verdad que la integración cultural por la cual rezaron nuestros abuelos al llegar a América se convirtió en la disolución de la vida judía. Pero, aquellos son asuntos cósmicos de la continuidad y de la supervivencia judía, y no es razonable para nadie esperar que estos asuntos jueguen un rol decisivo en nuestras elecciones de parejas individuales. Nosotros tenemos que vivir nuestras vidas lo mejor que podamos, y dejar a los poderes cósmicos trabajar con los asuntos cósmicos.

Sin embargo, sí creo que hay una razón de peso por la cual un judío podría elegir no tener un matrimonio mixto. Verás, a través de la historia humana, las personas judías hemos trabajado por lo que nosotros los judíos llamamos Tikún Olam (la perfección del mundo). Nuestra Torá introdujo ideas revolucionarias al mundo, y nosotros, los judíos, hemos sido “elegidos” para ser “una luz entre las naciones” y traer estas ideas al vasto mercado de la civilización humana.

Nuestra Torá fue la que introdujo los conceptos revolucionarios de “amar al prójimo como a uno mismo”, cuidar al huérfano, a la viuda, al enfermo, al extranjero. Nuestra Torá menciona “amar al extranjero (guer)” 36 veces, ¡eso es más que cualquier otra mitzvá mencionada en la Torá!

Nuestra Torá fue la que introdujo al mundo el concepto de no causar dolor innecesario a los animales, y sí, también el concepto de cuidar el medio ambiente. Es nuestra Torá la que dice que una persona debe “trabajar” y “proteger” la tierra, que la tierra debe descansar un año cada siete para regenerarse. Es nuestra Torá que dice que incluso en tiempos de guerra, uno no debe cortar un árbol frutal, incluso cuando las vidas de los soldados judíos están en juego, o desviar el abastecimiento de agua de una ciudad que está en estado de sitio.

Es nuestra Torá la que dice que incluso en tiempos de batalla, los soldados deben deshacerse de los desperdicios de sus cuerpos correctamente. De hecho, nosotros fuimos los primeros miembros de la gran organización ecologista “Sierra Club”; nosotros fuimos los primeros revolucionarios en salvar a las ballenas y preservar el ‘Percina Tanasi’.

Es esta hermosa y revolucionaria tradición la que hemos transmitido exitosamente a las naciones del mundo, a través de modelos y de osmosis. De hecho fue nuestra Torá la que proclamó por primera vez “No asesinarás”. Y a pesar de que Hammurabi grabó exactamente las mismas palabras 300 años antes en su código Cananita, su significado para los cananitas era completamente diferente. De acuerdo con el código de Hammurabi, si yo mataba al hijo de mi vecino, mi vecino podía venir y matar a mi hijo. Si yo violaba a la hija de mi vecino, mi vecino podía venir y violar a mi hija, o tomarla como su concubina. Si yo mataba al esclavo de mi vecino, yo podía darle a mi vecino 15 camellos y estaríamos iguales. Para Hammurabi, la vida humana era simplemente una “propiedad”. Por lo tanto, si yo causaba que alguien sufriera una pérdida en su propiedad, tenía que restituirla, o sufrir una pérdida similar.

300 años después la Torá dijo “no matarás”; las palabras fueron exactamente las mismas, pero la intención estaba a años luz de diferencia. Nuestra Torá postula que cada persona es responsable por sus acciones, o por sus crímenes. La Torá insiste que uno no puede castigar al hijo inocente de un asesino por un crimen que cometió su padre.

Nosotros podemos mirar orgullosamente la historia judía como una serie de triunfos y logros tanto morales como éticos.

De hecho, nuestra Torá iluminó al mundo con el concepto de la santificación de la vida humana - que cuando uno toma una vida humana, ha cometido un crimen en contra de lo que los pueblos antiguos llamaban “Dios”, o lo que los filósofos modernos han llamado “sociedad”. Es por eso que las acusaciones de asesinatos en Estados Unidos son usualmente en la forma de “Estado de California versus Fulano”, porque el mundo entero ha adoptado nuestra visión de que “no asesinarás” significa la idea judía de la santificación de la vida humana.

Yo podría seguir y citar cientos o quizás miles de ideas revolucionarias que la tradición judía introdujo a este mundo, y que la sociedad occidental ha adoptado. El pueblo judío ha trabajado asiduamente por el perfeccionamiento de este mundo, y aunque el mundo todavía no es perfecto, podemos mirar orgullosamente la historia judía como una serie sin fin de triunfos y logros tanto morales como éticos.

Y tal vez más destacable es el hecho de que los judíos no iluminaron el mundo imponiendo sus creencias sobre otros o a través de las cruzadas o guerras santas. Los judíos no dicen “besa la estrella judía o te cortaremos la cabeza”. Sino que lo hicimos con el ejemplo. Y, a pesar de que aún tenemos un largo camino por delante, podemos estar extremadamente orgullosos de lo que hemos alcanzado por el momento.

Sí Jennifer, puedes vivir muy feliz por siempre con Paul. Pero si eliges casarte con él, no serás más parte de este increíble grupo de personas que han trabajado en la purificación espiritual y en iluminar el mundo. Tú puedes pensar que no es gran cosa – esa es tu opción. Yo y muchos otros judíos sentimos que es una gran cosa. De hecho, que es la cosa más importante que podemos hacer con nuestras vidas – “iluminar el mundo bajo el gobierno de Dios”.

Nosotros sabemos que incluso cuando judíos se casan con judíos, es muy difícil vivir el tipo de vida comprometida que le trae honor al pueblo judío y a Dios. Hay muchos judíos casados con judíos que no tienen idea cuál es nuestra misión Divina. Pueden seguir siendo judíos, pero su impacto es despreciable. Es muy probable que solamente un pequeño número de judíos, quienes dedican sus vidas a preservar y transmitir este mensaje divino, continuarán marcando una diferencia en este mundo.

Desgraciadamente, para aquellos que no están casados con judíos, las probabilidades de transmitir estas ideas e ideales, sin importar cuán nobles sean sus intenciones, son virtualmente nulas.

La decisión que estás tomando es si ser parte o no de un legado inquebrantable para mantener viva la cadena de esta misión Divina.

Y así en el análisis final, tienes que darte cuenta que la decisión que estás tomando no es solamente una decisión de vivir tu vida con un hombre particular, quien resulta ser no judío. La decisión que estás tomando ahora es si ser parte o no de un legado inquebrantable, de 150 generaciones de judíos que te precedieron quienes lucharon por sus valores e ideales, en muchas instancias con sus vidas, para mantener viva la cadena de esta misión Divina. Es esta determinación la que nos ha permitido tener el privilegio de ver un entorno iluminado que ha adoptado tanto de nuestra tradición y lo ha incorporado dentro de su propio sistema de valores.

Yo quiero que sepas que siempre te querré. Pero si eliges casarte con Paul y él no se convierte, tú te habrás cortado a ti misma de una cadena de 3.300 años de la más gloriosa e iluminada tradición, una tradición que está únicamente dedicada a la sagrada misión de enseñarle al mundo la idea de la santificación de la vida humana y el “perfeccionamiento del mundo bajo el gobierno de Dios”.

Todo lo que te puedo pedir ahora es que consideres mis palabras y tomes una decisión inteligente.

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