5 lecciones que espero que el príncipe William se lleve de Israel

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Bienvenido al mejor país del mundo

El príncipe William es uno de los pocos miembros de la familia real británica que efectúa una visita oficial al estado judío. A partir del 26 de junio, durante tres días el Duque de Cambridge visitará Jerusalem y Tel Aviv, se reunirá con políticos israelíes y palestinos y asistirá a una ceremonia en Yad Vashem, el museo del Holocausto.

Su visita ya ha despertado controversia y cada uno de sus movimientos parece estar bajo escrutinio. Mientras William viaja por el estado judío, hay 5 lecciones sobre Israel que sinceramente espero que se lleve de regreso a su hogar.

1. Israel es el hogar eterno del pueblo judío.

El viaje del príncipe William tiene lugar en un momento importante en Gran Bretaña, cuando el gobierno se ha esforzado en enfatizar su apoyo a la existencia de una patria judía.

Hace 101 años, el gobierno británico declaró su apoyo oficial a “un hogar nacional para el pueblo judío” en la tierra de Israel en la Declaración Balfour. En el año 2017, algunos pidieron que Gran Bretaña se retractara de ese compromiso centenario. En vez de hacer eso, Gran Bretaña redobló su apoyo histórico a una patria judía en Israel. Sajid Javid, un musulmán que es secretario del gabinete británico, habló en nombre de millones de sus ciudadanos al declarar: “Pedir perdón por la Declaración Balfour sería pedir perdón por la existencia de Israel y cuestionar su derecho a existir”. Él afirmó que Gran Bretaña celebraría la Declaración Balfour “con orgullo”.

La visita del príncipe William parece ser parte de ese espíritu de celebración, normalizando por fin la relación de la realeza británica con Israel. Cuando William visite el Muro Occidental en Jerusalem, estará en el sitio donde una vez se irguió el Templo judío de Jerusalem, el corazón de la capital del estado judío durante los últimos 3000 años.

La visita del príncipe William también resalta la necesidad urgente de un estado judío en la actualidad. En su visita él se encontrará con judíos cuyos ancestros huyeron de más de 100 países, todos buscando la seguridad de poder vivir como judíos en el estado judío. Cuando visite Yad Vashem, el príncipe William ayudará a recordar a los millones de judíos que fueron asesinados apenas una generación atrás porque no contaban con un hogar nacional dispuesto a aceptarlos.

2. Israel es un bastión de derechos civiles y libertad religiosa.

Uno de los tantos héroes honrados en Yad Vashem como los “justos entre las naciones” no es otra que la propia bisabuela del príncipe William, la princesa Alice. Ella era la hija de la Reina Victoria que se casó con un príncipe griego y durante el holocausto albergó y protegió a su amiga judía Rajel Cohen y a sus dos hijos en su departamento en Atenas. Después de la guerra, la princesa Alice dio la espalda a la vida real y se convirtió en monja. Ella está enterrada en la iglesia María Magdalena en Jerusalem, y el príncipe William planea dejar allí una corona de flores durante su visita.

La princesa Alice

Al hacerlo, William no podrá evitar notar que los cristianos son libres para practicar su fe sin ninguna molestia en Israel, al igual que todos los otros grupos étnicos y religiosos. De hecho, la libertad de religión y la no discriminación están incluidas dentro del marco legal en base al cual se fundó el Estado de Israel. Todos los ciudadanos de Israel disfrutan de esta protección. Además, miles de peregrinos cristianos visitan el estado judío cada año. En el año 2009 Israel inauguró un sendero de caminata de 64 kilómetros a través de los impresionantes paisajes de Israel que incorporó en su recorrido sitios cristianos. La red de caminos, centros informativos, áreas de descanso y otras amenidades transmiten un claro mensaje a los cristianos de todo el mundo respecto a que son valorados y bienvenidos en el estado judío.

En una época en que los cristianos mismos se encuentran bajo ataque de los extremistas islámicos en gran parte del Medio Oriente (incluso en áreas bajo el control de la Autoridad Palestina), la libertad religiosa en Israel y la seguridad garantizada a todos sus ciudadanos es más importante que nunca.

3. Israel es uno de los principales destinos turísticos del mundo.

Este fue el veredicto de la revista Travel and Leisure, que consideró a Jerusalem como una de las 10 ciudades del mundo que no se debe dejar de visitar.

El príncipe William se alberga en el Hotel King David, uno de los primeros hoteles de Jerusalem. Aunque los que saben un poco de historia conocen el lugar como el cuartel militar de los británicos antes de 1948 y el lugar que en 1946 fue atacado con una bomba por el grupo clandestino Irgún, hoy en día el King David es un “lujoso refugio con vista a la Ciudad Vieja de Jerusalem, con un elegante diseño interior, habitaciones espaciosas, un fino restaurant y vistas espectaculares”, de acuerdo con el Daily Telegraph de Inglaterra.

En el 2017, la revista Forbes publicó un artículo titulado: “Por qué es posible que Israel cuente con lo mejor de la escena mundial de restaurantes”. Con arte y música vibrante, maravillosos restaurantes, senderos de caminatas de clase mundial, sitios históricos y algunas de las playas más espectaculares del planeta, Israel es un vibrante destino turístico. Al parecer se corrió la voz: en el año 2017 3,6 millones de turistas saborearon los placeres del estado judío, un incremento del 25% respecto a las visitas del año previo. La cantidad de visitantes en el 2018 es todavía superior, y parece haber superado el récord del último año.

4. Israel, al igual que los jóvenes príncipes, mira hacia adelante

El príncipe William y su hermano, el príncipe Harry han quebrado varias convenciones antiguas de la realeza y van forjando su propio camino en el mundo moderno y multicultural. Recientemente el príncipe Harry se casó con Meghan Markle, una mujer divorciada, de padres de razas mezcladas y que es mayor que Harry, algo impensable para un príncipe británico hasta unos pocos años atrás. Kate, la esposa del príncipe William nació siendo una plebeya; la pareja real debió luchar una increíble batalla contra el prejuicio y el esnobismo.

Dadas sus credenciales pioneras, es probable que el príncipe William vaya a valorar la sensibilidad y la mirada hacia el futuro de Israel. Israel es el único país del Medio Oriente que garantiza la educación universal, la atención médica, igualdad de derechos, protección a las minorías y extiende el voto a todos sus ciudadanos sin importar género, religión ni etnia. Una prensa robusta e independiente y cortes de justicia independientes aseguran que Israel siga siendo una de las sociedades más libres y abiertas de la tierra.

Irónicamente, aunque a menudo Israel es acusado de ser un “estado de apartheid” y es menospreciado, nada puede estar más lejos de la verdad.

Quienes visitan Israel, como el príncipe William, a veces se sorprenden de descubrir que en Israel todos los ciudadanos disfrutan de igualdad de derechos y en general están orgullosos de ser parte del estado judío. Como declaró en la televisión nacional Sarah Zoabi, una árabe israelí que apareció en el programa israelí “Master Chef”: “Quiero decirles a todos los árabes de Israel… nosotros vivimos en un paraíso. Comparado con otros países, con países árabes, vivimos en un paraíso”. Este es un sentimiento que comparten muchos israelíes, incluyendo a árabes israelíes.

Cuando las mujeres sauditas celebran haber recibido por primera vez el derecho de conducir, en contraste las mujeres israelíes constituyen más del 60% de los estudiantes que completan su título de bachillerato, 61% de los estudiantes que completan un máster y 50% de los estudiantes que completan un doctorado. En la Kneset de Israel más del 28% son mujeres, y 54% de los jueces son mujeres. Como sin duda descubrirá el príncipe William, Israel está sintonizado con el mundo moderno y su énfasis en los derechos humanos y las libertades.

5. El mundo comienza a valorar a Israel más que nunca.

Hace mucho que el príncipe William se encuentra en la cresta de la ola de las tendencias sociales, y su visita a Israel demuestra que el comprensivo príncipe puede percibir el sentimiento público. Si bien su abuela, la reina Elizabeth II nunca visitó el estado judío, el príncipe William estuvo dispuesto a hacerlo. Su visita en el 2018 coincide con una encuesta reciente de Gallup que revela que cerca de tres cuartos de los norteamericanos ven favorablemente a Israel, casi una cifra récord.

En la Gran Bretaña nativa del príncipe William, las percepciones sobre Israel son un poco más complejas. Una encuesta del 2015 sobre las actitudes de los británicos hacia Israel demostró que Israel era visto tanto como uno de los países menos admirados como uno de los más admirados por los británicos. Chatham House, un gabinete estratégico con base en Londres, reveló que si bien algunos británicos consideran a Israel como el segundo entre los peores países del mundo (el único que le sigue es Corea del Norte), otro grupo lo eligió como el octavo país más admirado. Al parecer, si bien a algunas personas en Gran Bretaña realmente no les agrada el estado judío, un número mucho mayor tiene una visión más clara y valora las muchas y admirables cualidades de Israel.

Esperemos que la visita del príncipe William ayude a sus compatriotas (y a la gente de todo el mundo) a ver a Israel por lo que realmente es: una sociedad vibrante, abierta y moderna que garantiza los derechos humanos y las libertades religiosas de todos sus ciudadanos; un lugar donde la historia es palpable, donde se encuentran visitantes de todo el mundo y el hogar eterno del pueblo judío.

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